domingo, 7 de diciembre de 2008

TRANSFORMACIÓN

Cada deseo es un amo, y los deseos se cuentan por miles, así que, tú eres un esclavo de miles de amos. Cada deseo te azuza hacia su propia meta, no se preocupa por ti. Y si no vas será un problema, el deseo no te va a abandonar fácilmente, porque se trata de ver quién manda a quién; y si vas, te frustrarás, porque la meta era la meta del deseo, nunca fue la tuya. Y no sabes cual es tu meta, porque no sabes quien eres.

Un deseo dice: “Acumula dinero, porque el dinero significa seguridad.Quién te va a ayudar cuando seas viejo? Ten una cuenta en un banco, ahí está tu protección”. El deseo del sexo te dice: “Porqué pensar en la vejez? Estás desperdiciando tu juventud, ve y diviértete antes de que pase el momento y pierdas tu energía. ¡Úsala disfrútala!”, se aquí y ahora.” El deseo de la codicia te dice: “No pienses en este momento, piensa en los objetivos a largo plazo”. Hay conflicto, todo deseo está en conflicto con otro, hay tantos amos y un solo esclavo.

Vas a que el sacerdote te consuele porque la vida tiene mucho sufrimiento, y el te dirá: “No tengas miedo, solo reza y Dios hará todo”. “Dios es compasivo, perdonará todos tus pecados”. Si te sientes demasiado culpable, te provee de maneras de sentirte libre de culpa y te dirá: “Dona un poco de tu dinero al templo, la donación es buena, porque mediante la donación niegas tus pecados. Haz algo bueno, construye un hospital, una iglesia, ve y sirve a los enfermos, a los oprimidos”. Esas son la formas de consolarte, pero en ellas no hay transformación porque seguirás siendo el mismo, lo viejo continuará en tí. Tal vez ya no explotes a nadie y en cambio quizá te pongas a servir, pero lo viejo sigue ahí, es una continuidad. No se trata de un cambio, solo será deshacerse de la culpa por la que te sentías culpable de explotar a la gente.

El donar se transforma en una liberación, te da la sensación de que eres bueno, pero es solo un sentimiento. Como has sido malo, solo tratas de equilibrar las cuentas, pero sigues siendo el mismo.

El codicioso sigue siendo codicioso, el iracundo sigue siendo iracundo, el sexual sigue siendo sexual, irse al polo opuesto no cambia nada.

Tienes que trascender esa polaridad. Si tus ojos no están llenos de deseos, sueños, esperanzas, frustración, si solo están vacíos, entonces estarás en el primer escalón a tu verdadera transformación, toda tu energía se volverá hacia adentro y allí encontrarás poco a poco al reino de Dios.

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