sábado, 12 de diciembre de 2009

EL SUEÑO

El ser humano duerme casi una tercera parte de su vida, pero el dormir ha sido desaprovechado, terriblemente desaprovechado. Nadie piensa en ello nadie medita sobre ello, esto ha sucedido porque el hombre ha prestado demasiada atención solo a su mente consciente.

La mente, como la materia tiene tres dimensiones, solamente una dimensión es consciente: otra dimensión es inconsciente y la otra es superconsciente.

Lo primero que hay que recordar sobre la mente es que es como un iceberg, su parte superior se encuentra en la superficie, puedes verla, pero solo es una décima parte del total, nueve décimas partes están ocultas debajo. Generalmente no puedes verlas a menos que te sumerjas en las profundidades, pero estas son solo dos dimensiones. Existe una tercera dimensión, es la que como una parte del icberg se hubiera evaporado y se hubiera convertido en una pequeña nube suspendida en el cielo. Alcanzar el inconsciente es difícil, alcanzar esa nube es casi imposible, desde luego, forma parte del mismo iceberg, pero como vapor.

Por eso la meditación es tan difícil requiere de toda tu energía, exige total devoción. Solamente entonces se hace posible el movimiento vertical hacia esa especie de nube que es la superconsciencia, en donde no existe nada, ni pensamientos ni sentimientos, simplemente te vuelves un vacío, una ausencia.

Estas son las tres dimensiones de la mente. Mientras estas despierto, vives en el consciente: trabajas, piensas, haces esto y lo otro. Cuando te duermes, el consciente deja de funcionar, descansa y otra dimensión comienza a trabajar: el inconsciente, entonces no puedes pensar, pero puedes soñar. Y durante la noche se suceden ininterrumpidamente unos ocho ciclos de sueños. Solo durante unos pocos instantes dejas de soñar, durante el tiempo restante sueñas. Te deslizas en el sueño como si fuera una cierta clase de ausencia. No lo es, tiene una presencia propia. El estar dormido no solamente es una negación del estar despierto. Si lo fuera entonces no habría nada sobre lo que meditar. El dormir no es como la oscuridad, una ausencia de luz; no, el dormir tiene su propia positividad. Existe, y existe al igual que existe tu estar despierto. Y cuando medites y los misterios del sueño te sean revelados, entonces descubrirás que no existe diferencia alguna entre estar despierto y estar dormido. Ambos existen por si mismos.

Soñar es una actividad tremenda, más poderosa que tu pensar, más importante, porque pertenece a una parte de tu ser más profunda que el pensar.

Cuando te duermes, la mente que funcionó todo el día se encuentra cansada, agotada. Es una mente diminuta, una décima parte comparada con el inconsciente que es nueve veces más grande y poderoso. Y si la comparas con el superconsciente…la comparación no es posible, porque el superconsciente es infinito, omnipotente, omnipresente, omnisciente, es lo que Dios es.

“Medita sobre ello y descubrirás muchas cosas en tu propio ser”

No hay comentarios:

Buscar este blog