sábado, 10 de abril de 2010

LA FALTA DE CONSCIENCIA (AVIDYA)

Qué es avidya? La palabra significa "ignorancia", pero avidya no es la ignorancia corriente. Has de comprenderlo en profundidad. "Ignorancia" es falta de conocimiento. La igno­rancia puede ser disuelta muy fácilmente; puedes adquirir cono­cimiento. Es cuestión de adiestrar la memoria. El conocimiento es mecánico; no necesita nada de consciencia. Es tan mecánico como lo es la ignorancia corriente. Avidya es falta de consciencia. Has de tratar de adquirir más y más consciencia, no más y más conocimiento.

Avidya es lo que Gurdjieff solía llamar "sueño espiritual". El hombre vive, muere, se mueve, sin saber porqué está vivo, sin saber de dónde viene, sin saber hacia dónde va, para qué lo hace. Gurdjieff lo denomina sueño, Patanjali lo denomina avidya; signi­fican lo mismo. No sabes por qué existes. Desconoces el propósito de tu estancia aquí; en este mundo, en este cuerpo, el por qué vives estas experiencias. Haces muchas cosas sin saber por qué las estás haciendo, sin saber que tú las estás haciendo, sin saber que tú eres el que las ejecuta. Todo transcurre como en un sueño profundo, avidya: si tuviera que traducirlo para ti, significa "hipnosis".

El hombre vive en una profunda hipnosis. He estado trabajando con la hipnosis porque es la única forma de sacar al hombre de este estado: comprenderla. Todo despertar es una deter­minada clase de des-hipnotización, así que el proceso de hipnosis ha de ser comprendido muy, muy claramente. Solamente enton­ces podrás salir de ella. Has de comprender que se debe diagnosticar la enfer­medad y solamente entonces podrá ser tratada. La hipnosis es la enfermedad del hombre y la des-hipnosis será el camino.

De repente una mujer te resulta atractiva, o un hombre, pero tú desconoces la razón. Es parecido a la hipnosis. Desde luego, es natural. Nadie te ha hipnotizado; la naturaleza te ha hipnotizado. Este poder de la naturaleza para hipnotizarte es lo que los hindúes denominan maya, el poder de lo ilusorio. Estás bajo una ilusión, bajo una gran alucinación. Vives como un sonám­bulo; continúas haciendo cosas profundamente dormido, sin saber por qué. Y todas las razones que argumentas son simplemente justificaciones; no son auténticas razones.

Ves a una mujer, te enamoras y dices, "Me he enamorado". Pero eres incapaz de decir por qué. ¿Por qué ha sucedido? Encuentras algunas justificaciones. Dices, "Sus ojos son muy hermosos, su nariz es muy fina y su rostro es como una estatua de mármol". En­cuentras razones, pero son justificaciones. En realidad, no lo sabes y no tienes el suficiente valor como para decir que no lo sabes. ¡Ten valor! Cuando no sabes... es mejor saber, que no saber. Eso será un punto de partida. Podrás salir de toda esa alucinación que te rodea. Patanjali la denomina avidya. Avidya significar "falta de consciencia". Esto sucede debido a la falta de consciencia.

La naturaleza es el mayor hipnotizador que existe; te sugestiona. Esas sugestiones se encuentran en los cromosomas, en las células de tu cuerpo. En la actualidad, los científicos dicen que una sola célula es capaz de contener casi diez millones de mensajes dirigidos a ti. Los llevas en ti. Cuando un niño es concebido, se encuentran dos células: una de la madre y la otra procedente del padre. Dos cromosomas se juntan; con­tienen millones de mensajes. Se convierten en tu genotipo y de este nace un niño. Van multiplicándose; así es como se desarrolla el cuerpo.

Todo tu cuerpo está constituido por pequeñas células invisi­bles; millones de ellas. Y cada célula lleva mensajes de la misma forma que cada semilla contiene todo el mensaje del árbol: la clase de hojas que tendrá, la clase de flores que dará, si serán rojas, azules o amarillas. Una pequeña semilla contiene el genoma de toda la vida del árbol. El árbol puede que viva cuatro mil años. La semilla contiene todo lo necesario para esos cuatro mil años. El árbol no tiene que ocuparse ni preocuparse de ello; todo lo lleva implementado. Tú también contienes semillas: una de tu pa­dre y otra de tu madre. Y proceden de hace miles de años porque la semilla de tu padre también le fue dada por su padre y por su madre. De esta forma, la naturaleza penetra en ti.

Tu cuerpo procede de la naturaleza; TÚ vienes de alguna otra parte. Esa otra parte es Dios. Eres el punto de encuentro entre la consciencia y la inconsciencia del cuerpo. Pero el cuerpo es muy, muy poderoso y a menos que hagas algo permanecerás prisione­ro bajo su poder.

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