sábado, 22 de mayo de 2010

LOS SUEÑOS Y LA CONSCIENCIA II

Los sueños son importantes. Si un hombre está enfermo, los sueños son importantes; revelan los síntomas de la enfermedad. Pero no sabes nada del hombre que carece de sueños. El soñar es en sí mismo una patología; el sueño es en sí una patología. Buda nunca soñó. ¿Qué habría hecho Freud? Si Freud hubiera estado allí, ¿cómo habría actuado con un Buda? ¿Qué habría interpretado respecto a él? No había nada que interpretar. Si Freud hubiera indagado en Buda, no habría encontrado nada que interpretar. Toda su psicología hubiera resultado completamente inútil.

Oriente dice, "El soñar es, en sí, la patología". Es una especie de enfermedad, una alteración. Cuando estás verdaderamente en silencio, el pensar desaparece durante el día y el soñar desaparece por la noche. El pensar y el soñar son dos aspectos de lo mismo. Durante el día, mientras estás despierto, es pensar; y por la noche mientras duermes, es soñar. El soñar es una forma primitiva de pensar; es pensar en representaciones, tal y como los niños hacen.

El soñar y el pensar son lo mismo. Cuando el soñar se detiene, el pensar se detiene; cuando el pensar se detiene, el soñar se de­tiene. En Oriente todo el esfuerzo se ha centrado en cómo dejarlo todo. No nos preocupa cómo ajustarnos, o cómo interpretarlo, sino como abandonarlo. Y si puede ser abandonado, ¿por qué preocuparse de su interpretación? ¿Por qué perder el tiempo?

El psicoanálisis u otras tendencias consumen mucho tiempo; cinco años, tres años, simplemente interpretando sueños. Resultan muy aburridos y solamente unos pocos pueden permitírselo. E incluso esos que pueden permitírselo, ¿qué obtendrán? Mucha gente que ha sido psicoanalizada ha venido a mí; la auto-realiza­ción no ha aparecido. Han estado inmersos en el psicoanálisis durante muchos años. Y no sólo ellos han sido psicoanalizados; muchos otros han sido psicoanalizados y nada ha sucedido, han seguido igual; el ego es el mismo. O más bien al contrario: se siente un poco más fuerte, un poco más firme. Y la ansiedad exis­tencial continúa.

En realidad, el psicoanálisis nunca se completa. Incluso des­pués de cinco años, no es completo. Nunca ningún psicoanálisis podrá completarse porque la mente continúa tejiendo nuevos sue­ños. Tú continúas interpretándolos; ella continúa tejiendo nue­vos sueños. Posee una infinita capacidad; es muy creativa, muy imaginativa. Acaba sólo cuando se extingue la vida... o con la meditación, si das el salto y mueres por ti mismo.

La mente necesita la muerte, no el análisis. Y si la muerte es posible, ¿para qué sirve el análisis? Esos son dos hechos absolu­tamente distintos y has de ser consciente de ello. Jung y Freud son genios que se extraviaron; grandes intelectos, pero perdieron su tiempo. Y el problema es que descubrieron muchas cosas so­bre la mente, pero no supieron utilizarlas en ellos mismos. Y ése debería ser el criterio.

Auto-realización es alcanzar el no-yo, es alcanzar un absoluto vacío interior, es alcanzar el punto en que dejas de ser. La gota se ha disuelto en el océano y solamente el océano existe. Entonces, ¿quién es el que sueña? Entonces, ¿quién queda ahí para soñar? La casa está vacía, no hay nadie.

1 comentario:

Thiferet dijo...

Magnifico :)
Coincido en que soñar y pensar son lo mismo, la diferencia podría estar en la mente usa un lenguaje distinto.

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