sábado, 9 de abril de 2011

ENCUENTRA TU ROSTRO ORIGINAL

Sé quien eres y no te preocupes del mundo. Sentirás una enorme tranquilidad y una profunda paz en tu corazón. Esto es lo que la gente de zen llama «tu rostro original», relajado, sin tensiones, sin pretensiones, sin hipocresías, sin las supuestas normas de cómo te debes comportar.

El rostro original es una bella expresión poética, pero esto no quiere decir que vayas a tener un rostro diferente. El mismo rostro dejará de estar tenso, el mismo rostro estará relajado, el mismo rostro no estará juzgando, no pensará que los demás son inferiores. Tu rostro original es el mismo rostro con valores nuevos.

Hay un antiguo proverbio: «Muchos héroes son hombres que no han tenido el coraje de ser cobardes. »

Si eres cobarde, ¿qué hay de malo en eso? Eres cobarde, no pasa nada. También es necesario que haya cobardes, si no, ¿de dónde saldrían los héroes? Son absolutamente necesarios para tener una base con la que crear héroes.

Sé tú mismo, sea lo que sea.

El problema es que nadie te ha dicho antes que seas tú mismo. Todo el mundo quiere husmear, te dicen que deberías ser así, que deberías ser asa... incluso en los asuntos corrientes.

Nadie permite que los demás sean ellos mismos. Has aprendido estas ideas tan profundamente que parece que son tus ideas. Relájate. Olvídate de los condicionamientos, déjalos caer como si fuesen las hojas secas de un árbol. Es mejor ser un árbol desnudo sin hojas que tener las hojas de plástico, el ramaje de plástico y las flores de plástico; eso es horrible.

El rostro original significa que no estás dominado por ninguna moralidad, religión, sociedad, padres, profesores, sacerdotes, no hay nadie que te domine. Basta que vivas tu vida según tu sentido interno —tienes esa sensibilidad— y tendrás tu rostro original.

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