sábado, 9 de julio de 2011

LO SENCILLO ES LO ADECUADO.

Pero para ti es justo lo contrario. Siempre eliges lo difícil porque la dificultad representa un desafío y el desafío alimenta al ego. La dificultad es adecuada para ti; lo fácil o sencillo nunca es suficiente. Como en lo sencillo no hay conquista, el ego no puede sentirse satisfecho. Cuanto más difícil es una tarea, más se regocija el ego, más extático se siente. Tiene que conseguirse, el Everest debe conquistarse, la luna debe conquistarse.

Alguien le preguntó a Edmund Hillary, que fue el primero en llegar a la cima del Everest: “¿Para qué tanto esfuerzo? Los hombres lo habían intentado durante cien años y muchos habían muerto. Nunca regresaron. ¿Por qué ese deseo de escalar el Everest? ¿Qué tiene?”. ¡No tiene nada!

A lo largo de cien años fueron muchos los que murieron, los que perdieron sus vidas, los que nunca regresaron; pero, no obstante, un año tras otro aparecía un nuevo grupo que lo intentaba. Y esto es interesante: ningún indio se atrevió nunca a hacerlo, y eso que el Everest está en la India. Ningún tibetano se preocupó nunca de hacerlo. ¡Y eso que el Everest está en la frontera del Tíbet! ¿Para qué? Pero cada año llegan grupos de Occidente. Cuando Edmund Hillary lo escaló, al regresar alguien le preguntó por qué. Dijo: “Porque el Everest estaba allí, y a menos que fuese conquistado, no podía sentirme tranquilo. Permanecía allí, inconquistado como un desafío para el ego. Tenía que ser conquistado porque estaba allí”.

Lo difícil atrae. Cuanto más difícil, más te atrae. Se hace más valioso porque a través de ello, si lo conquistas, también logras un ego más grande. Aunque fracases también lograrás un ego más grande, porque al menos lo habrás intentado, mientras que otros ni siquiera se atrevieron.

Si lo logras con sencillez, con facilidad, es como si no se lograse nada, porque el ego no puede sentirse más grande. Y si fracasas es mucho lo que se pierde, porque todo el mundo dirá: “¿No has podido conseguir algo tan fácil?” La dificultad atrae al ego como un imán, pero lo sencillo es lo adecuado. Por ello el ego nunca se ve atraído hacia lo adecuado, siempre es atraído hacia lo erróneo.

Una persona se convierte en criminal porque el crimen es algo difícil, se convierte en político porque la política es difícil, se vuelve loco por el dinero porque el dinero es difícil. La gente se vuelve loca por todo lo que es difícil. No por conseguir nada, sino simplemente porque está ahí, como un Everest, como un desafío; tiene que ser conquistado.

Mira a la gente que tiene éxito, a los que han triunfado. ¡Míralos! ¿Qué han conseguido? Puede que hayan logrado ascender al Everest, vale, pero allí no hay nada. Hay que regresar. Mira a los presidentes, primeros ministros, Rockefellers: ¿qué han conseguido? ¡Nada! En su fuero más interno saben que no han logrado nada. Pero una cosa sí que han conseguido, la más difícil: la historia los recordará. La historia siempre recuerda a los insensatos, porque

los insensatos hacen la historia y los insensatos la escriben.

¿Cómo se puede hacer historia si se es sencillo? Si ganáis una guerra y matáis a millones de personas, entonces hacéis historia. Si os limitáis a cepillaros los dientes por la mañana, ¿cómo podéis llegar a hacer historia? ¡Y lo sencillo es lo adecuado! Te das un baño, cantas un poco… ¿Cómo puedes llegar a hacer historia de esa manera? Comes tus alimentos y te vas a dormir en silencio sin sueños… ¿cómo puedes llegar a hacer historia así?

¡No! La historia no repara en personas sencillas y naturales. La historia repara en gente que está loca, obsesionada por algo, que crea dificultades. Y lo difícil es erróneo, lo fácil o sencillo es correcto; sé sencillo y no trates de pasar a la historia. Deja eso para los insensatos y los locos, pero tú permanece fuera. Porque no puedes tener ambas cosas. Puedes tener una vida, o puedes ser recordado por la historia. Si tienes una vida, solo serás un hombre sencillo haciendo cosas sencillas y pequeñas, y nadie reparará en ti. Existirás como si nunca lo hubieras hecho. Eso significa sencillo: existir como si no existieses, existir como si no fueras, sin meterte en el camino de nadie. Nadie sabrá de ti pero no hay necesidad. Disfrutarás; alcanzarás las cumbres del éxtasis. Lo sencillo es lo adecuado.

Continúa con sencillez y lo estarás haciendo bien.

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