sábado, 9 de febrero de 2013

LO UTIL DE LO INUTIL. PARTE II

Chuang Tse insiste mucho en esto: Permanece alerta y no seas muy útil, pues de lo contrario la gente te explotará. Comenzarán a utilizarte y te verás en problemas. Y si eres capaz de producir algo, te forzarán a producir toda tu vida. Si eres capaz de hacer algo en concreto, si eres habilidoso, no se te puede dejar de lado.

El asevera que la inutilidad contiene en sí misma su intrínseca utilidad. Si puedes ser útil a los demás, has de vivir entonces para los demás. Como inútil nadie te presta atención, nadie te mira, nadie se preocupa por ti. Se te deja solo. Vives en el mercado como si vivieras en los Himalayas. En esa soledad creces. Toda tu energía se dirige hacia adentro.

Chuang Tse replicó:''Si no aprecias lo que no tiene utilidad alguna no puedes empezar a hablar de lo que puede ser utilizado".

El decía que lo inútil es la otra cara de lo útil. Eres capaz de hablar sobre lo útil debido a lo inútil. Es una parte vital. Si lo descartas totalmente, nada será útil. Hay cosas que son útiles porque hay cosas que son inútiles.

Pero esto es lo que ha ocurrido a la humanidad. Hemos cercenado toda actividad lúdica creyendo que toda nuestra energía se desplazaría hacía el trabajo. Pero ahora el trabajo se ha vuelto algo aburrido. Uno tiene que desplazarse al extremo opuesto, buscar el descanso, salir de vacaciones, sólo entonces se rejuvenece uno.

Durante todo el día estás despierto, por la noche te duermes. ¿Qué utilidad tiene el sueño? Es un desperdicio del tiempo, y no poco tiempo en verdad. Si vives noventa años, treinta años te los pasarás dormido, una tercera parte, ocho horas cada día. ¿Qué utilidad tiene esto?

Algunos científicos han estado pensando que esto es un desperdicio del tiempo. Que es antieconómico, que algo debía de hacerse: son necesarios algunos cambios químicos u hormonales. O incluso, que si algo tenía que ser cambiado en los genes, en la misma célula, debería hacerse. Deberíamos obtener un hombre que fuera consciente, que estuviera despierto, consciente, alerta las veinticuatro horas del día.

Piénsalo tan sólo si lo consiguieran, se suicidarían. Te convertirían en un autómata, en un mecanismo que trabaja y trabaja, sin días ni noches, sin descanso y sin trabajo. ¡No habría opuesto al que pudieras irte y olvidar!

Y han empezado muchas cosas. Han comenzado a educar a los niños pequeños mientras duermen. Miles de niños duermen hoy en día en el mundo con auriculares en sus oídos. Mientras duermen, se les está enseñando. Durante toda la noche la grabadora les repite una cosa u otra. Lo escuchan una y otra vez y llega a formar parte de su memoria. Enseñanza durmiendo, hipnopedia. Y aseguran que antes o después lo que se hace en las escuelas puede conseguirse mientras el chico duerme, y así el día puede utilizarse para otra cosa.

Incluso el sueño tiene que ser explotado. No se te deja ser tu mismo ni cuando estás dormido. No se te concede ni la libertad para dormir. Y entonces, ¿qué eres tu? Te vuelves un diente en el engranaje. Te vuelves tan sólo una parte más del mecanismo del engranaje. Si eres eficiente, vale; sino, eres descartado, arrojado a la basura y alguien más eficiente que tú te reemplazará.

¿Qué ocurre al acabar la jornada de trabajo? Te duermes. ¿Qué ocurre? Pasas de lo útil a lo inútil. Y por eso es por lo que por la mañana te sientes tan fresco, tan vivo, tan aliviado. Tus piernas tienen un toque de baile, tu mente puede cantar, tu corazón puede sentir de nuevo, todo el polvo del trabajo es despejado, el espejo está de nuevo limpio. Por la mañana tienes cierta claridad. ¿De dónde viene? Viene desde lo inútil.

Por eso es que la meditación puede darte los más grandes vislumbres, porque es la cosa más inútil del mundo. Simplemente no haces nada, tan sólo te sumerges en el silencio. Es superior al sueño porque en el sueño estás inconsciente; ocurra lo que ocurra, ocurre inconscientemente. Puede que estés en el paraíso, pero no lo sabes.

En la meditación te mueves conscientemente. Eres consciente del camino: cómo ir del mundo útil exterior al mundo inútil del interior. Y una vez que conoces el camino, en cualquier momento puedes dirigirte adentro.

Ve desde lo útil a lo inútil, y hazlo de forma tan espontánea y natural que no haya lucha ni conflicto. Hazlo tan natural como el entrar y salir de casa. Cuando requieras de la mente, utilízala como un mecanismo; cuando no la uses, déjala de lado y olvídala. Se inútil y haz algo inútil y entonces tu vida será enriquecida, tu vida se volverá un equilibrio entre lo útil y lo inútil. Y este equilibrio trasciende ambos. Eso es trascendental: ni utilidad ni inutilidad.

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