domingo, 11 de agosto de 2013

EL REBELDE


El rebelde, por su naturaleza misma, no puede pertenecer a ninguna categoría. El es una nueva categoría, introduce un nuevo hombre al mundo. Es el heraldo de un nuevo amanecer, un nuevo comienzo. No puede ser clasificado en categorías del pasado. Todas las categorías que han existido hasta ahora han demostrado ser, ya sea fracasos, o insuficientes para cambiar toda la humanidad.

El rebelde es la semilla de la transformación total.

Han existido grandes hombres en el mundo, pero aún el más notable de ellos es muy pequeño en comparación con el auténtico rebelde sobre el que estoy hablando, porque todos ellos, de una manera u otra se han comprometido con lo establecido. Y es aquí donde el rebelde difiere de todos ellos.

Eran sabios, artistas creativos, músicos, bailarines, toda clase de gente - el pasado ha producido muchas figuras brillantes, pero hay algo que carecen, una cosa básica - todos ellos vivieron en compromiso con los intereses establecidos. Ninguno de ellos fue total en su rebeldía. Sí, rebeldes parciales han existido, pero un rebelde parcial no es suficiente. El hombre necesita rebeldes totales para cambiar el destino de la humanidad, y en vez de encaminarse hacia el cementerio, cambiar su rumbo hacia el jardín del edén.

El rebelde tendrá que crear una categoría propia, con su propia forma de vida, con sus propias respuestas, con su propia creatividad, con su propio amor, con su actitud de no transacción, convirtiéndose en un ser absolutamente desligado del pasado. El rebelde no tendrá ningún pasado ni ninguna historia. Solamente tendrá el presente y un vasto futuro abierto, no dominado por el pasado muerto, porque para el rebelde no existe el pasado.

El rebelde significa libertad absoluta, amor absoluto, creatividad absoluta. Es una especie de hombre totalmente nueva, soñada por algunos hombres del pasado, poetas, filósofos, místicos, pero nunca ha sido más que un sueño - hasta tal punto que la gente comenzó a llamar utópicos a esos poetas y místicos.

La palabra utopía significa en sus raíces, “aquello que nunca se cumple”. Puedes soñar con ello, pero tu sueño no es más que una tarea inútil; es utópico, nunca se hará realidad, nunca. Es una esperanza vana. Es un opio para mantener a la gente soñando y alucinando, para que puedan soportar el sufrimiento y la miseria del presente.

El rebelde no es un sueño.
El rebelde es una realidad. No es una utopía.

Es la realización verdadera del potencial humano, es una promesa cumplida, un sueño convertido en realidad. Naturalmente, no puede pertenecer a ninguna categoría existente. Tendrá que crear su propia categoría. Será creado, por el hecho de que mucha, mucha gente inteligente, joven, llena de vida, está preparada para aceptar el desafío de un futuro desconocido..., paso a paso la categoría se formará por sí misma.
Existen impedimentos para el rebelde que ha de surgir. La barrera más importante es, que tendrá que ir en contra de la muchedumbre, y a la muchedumbre pertenece todo el poder. El rebelde es muy vulnerable, tan vulnerable como una rosa. Puedes destruirlo con mucha facilidad, crucificarlo sin ningún esfuerzo.

Pero estoy sintiendo ahora, una tremenda seguridad, de que el rebelde nacerá..., quizás, ya haya nacido. Sólo que la gente tardará un poco en reconocerlo. Es tan nuevo, que no se ajusta a ninguna categoría; por lo tanto se precisa un lapso de tiempo para crear una categoría y para reconocerlo.

¿Por qué estoy tan seguro? Porque, el hombre ha llegado a una crisis que nunca antes había afrontado. Tiene que elegir, ya sea por un hombre nuevo, o por un suicidio global. Y no creo, que la gente elija cometer un suicidio global. Esta es mi garantía, mi esperanza de que el nuevo hombre está destinado a surgir.

Los días del hombre antiguo han pasado. Ha vivido demasiado tiempo..., casi póstumamente. Debería haber muerto hace mucho tiempo, ha estado arrastrando su propio cadáver. Pero ya es el momento de acabar. Él mismo ha creado la situación, en la cual, sólo el nuevo hombre, el hombre rebelde, rebelde contra todas las religiones, todos los gobiernos, todo lo establecido, todos los intereses creados, todo lo que ha mantenido ciego al hombre, haciéndolo prisionero, forzándolo a vivir en túneles oscuros, nunca permitiéndole disfrutar las bellezas de la vida....

El hombre antiguo, ha creado tal situación, que estaba destinada a ocurrir; se la veía venir poco a poco. Cada guerra era más y más peligrosa. Se le preguntó a Albert Einstein: “¿Tiene Ud. algo que decir acerca de la tercera guerra mundial?”.
El contestó: “Lo siento, no puedo decir nada acerca de la tercera guerra mundial, pero si quiere saber algo sobre la cuarta, le complaceré”.

El hombre que había preguntado simplemente, no pudo creer, que al no poder decir nada acerca de la tercera guerra mundial, pudiera en cambio hablar acerca de la cuarta.
Le preguntó, con incredulidad: ¿De acuerdo, dígame lo que sepa acerca de la cuarta? Y Albert Einstein dijo: “La cuarta no ocurrirá..., eso es todo lo que se puede decir acerca de la cuarta. Sobre la tercera, no hay nada que se pueda decir”.

Todos vuestros grandes guerreros, todas vuestras figuras históricas, todos los llamados grandes hombres, han acercado tanto la muerte, que ahora, el hombre tiene que elegir. No existe otra alternativa, que un hombre nuevo. El hombre antiguo se ha borrado a sí mismo de la existencia. El rebelde tendrá una nueva moral - no de acuerdo a ningún mandamiento, sino de acuerdo a su propia conciencia.

Tendrá una nueva religiosidad, no pertenecerá a ninguna religión porque esto es absolutamente estúpido. ‘Religiosidad’ es un fenómeno completamente privado y personal. Es igual que el amor, no puede ser organizada. En el momento que organizas al amor o la verdad, los matas. El organizar funciona casi como un veneno. El hombre nuevo no será cristiano, hindú, mahometano o budista. Simplemente será religioso.

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