sábado, 21 de diciembre de 2013

ABANDONARSE

El abandono, del que habla mucha gente no es el mismo del que hablo yo; el tuyo simple¬mente es una actitud derrotista. Básicamente quieres luchar, pero hay situaciones en las que no puedes luchar, o quizá hayas llegado al final de tu energía de lucha. Entonces, para encubrir tu derrota, comienzas a abandonarte. Tu abandonarte no es verdad, es falso.

El verdadero abandonarse no va en contra de la lucha. El verdadero abandonarse es una ausencia de lucha.

Y no puedes mezclar el verdadero abandono con las actitudes de lucha, por la simple razón de que la presencia del abandono implica una ausencia de la actitud de lucha. ¿Cómo puedes mezclar algo que está presente con algo que está ausente? De la misma forma que no puedes mezclar la luz y la oscuridad, aunque seas un gran artista, no puedes mezclar la luz y la oscuridad por la simple razón de que la oscuridad sólo es la ausencia de luz. No puedes ponerlas juntas; sólo una de ellas puede estar presente.

Así, lo primero que hay que recordar es que la actitud básica de todo ser humano es la lucha. Por eso no piensas en ella como si fuera un problema personal. Te ayudará mucho comprender que es un problema humano. Entonces puedes mantenerte descomplicado y verla, observarla, comprenderla.

La lucha es la actitud básica porque alimenta el ego. Cuanto más luchas, más fuerte se hace tu ego. Si sales victorioso, el ego tiene una gran alegría. El ego se revitaliza con tus victorias. Pero por otro lado, a medida que el ego se fortalece, tu ser retrocede cada vez más.

A medida que el ego se fortalece, te vas perdiendo a ti mismo. Puede que estés luchando y que consigas la victoria sin saber que no es una ganancia sino una pérdida. A cada niño se le enseña a luchar de diversas formas. Competir es una lucha, ser el primero de la clase es una lucha, ganar un trofeo deportivo es una lucha. Son preparativos que haces para tu vida. Después viene la lucha en las elecciones, la lucha por el dinero, la lucha por el prestigio. Toda la sociedad está basada en la lucha, en la competición, en el forcejeo, en poner a cada individuo en contra de la totalidad.

Por eso estás en la misma situación que casi todo el mundo. Y después me escuchas hablar de abandono.

Abandono significa no competición, no forcejeo, no lucha...; simplemente relajarse en la existencia, lleve donde lleve. No intentar controlar el futuro, no intentar controlar las consecuencias, sino permitir que ocurran..., sin pensar en ellas siquiera. El abandono ocurre en el presente; las consecuencias vendrán mañana. Y abandonarse es una experiencia tan deliciosa, una relajación total, una profunda sincronicidad con la existencia.

El abandono no ha sido enseñado a la gente porque iría en contra de toda la estructura social, que está basada en la competición y en una lucha en la que todo el mundo es tu enemigo. Incluso tu amigo es un enemigo, incluso tu esposa es un enemigo, incluso tus hijos son tus enemigos, porque todo el mundo está tratando de arrebatarte todo lo que puede.

Y tú estás tratando de hacer lo mismo. Se podría decir que el mundo de la miseria se crea porque todo el mundo está intentando arrebatar cosas de todos los demás. No es una existencia pacífica, silenciosa, amorosa; todavía somos bárbaros y animales.

El abandono es un planteamiento totalmente diferente. Su primer paso es abandonar el ego, recordar que no estás separado de la existencia: ¿Con quién estás luchando? No estás separado de la gente: ¿Con quién estás luchando? Contigo mismo..., y esa es la raíz de la miseria. Luches con quien luches, estás luchando contigo mismo, porque no hay nadie más.

Abandonarse es comprender profundamente el fenómeno de que somos parte de la existencia una. No podemos permitirnos tener egos separados; somos uno con todo. Y el todo es vasto, inmenso. Tu comprensión te ayudará a ir con la totalidad, vaya donde vaya. No tienes un objetivo aparte de la totalidad, y la totalidad no tiene objetivos. No va a ninguna parte. Simplemente está aquí.

Comprender el abandono te ayuda a estar simplemente aquí, sin objetivos, sin la intención de lograr nada, sin ningún conflicto, forcejeo, ni lucha, sabiendo que sería luchar contigo mismo; y eso sería simplemente estúpido.

Abandonarse es una comprensión profunda.
No es un acto que tengas que hacer.

Cada acto es parte del mundo de la lucha. Cualquier cosa que tengas que hacer va a ser una lucha. Abandonarse es simplemente comprender.

Y después, una relajación silenciosa- fluyendo con el río, despreocupado de a dónde vaya, despreocupado de que puedas perderte..., sin ansiedad, sin angustia, porque no estás separado de la totalidad; por eso, cualquier cosa que pase, va a ser buena.

Al comprender esto descubrirás que no hay mezcla posible: la comprensión no puede mezclarse con la ignorancia; la percepción de la existencia no puede mezclarse con la ceguera; la consciencia no puede mezclarse con la inconsciencia.

Y el abandono no puede mezclarse con los distintos tipos de lucha; es una imposibilidad.

Simplemente deja que penetre dentro de tu corazón, y descubrirás una nueva dimensión de apertura, en la que cada momento es una ale¬gría, en la que cada momento es la eternidad misma.

1 comentario:

api dijo...

Gracias, muchas gracias...
Me a encantado lo que he leído... Lo pondré en practica y se que será un enriquecimiento espiritual muy valioso... Gracias de nuevo.

Un saludo,
Gabriela .

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