sábado, 27 de diciembre de 2014

DIOS Y DIABLO

Esa es la diferencia entre religión y ciencia. La ciencia cree que los problemas son objetivos, que provienen de alguna parte en el exterior, que pueden ser cambiados sin que tú cambies. La religión cree que los problemas están en el interior, en mí, o mejor, que yo soy el problema. A menos que yo cambie, nada será distinto. Las apariencias cambiarán, los hombres serán diferentes, pero la substancia seguirá siendo la misma. Crearé otro mundo de problemas. Seguiré proyectando nuevos problemas.

Este hombre, inconsciente de su propio ser, inconsciente de sí mismo, es el creador de los problemas. Sin saber quién es, qué es, con un desconocimiento absoluto de sí mismo, sigue generando problemas porque, a no ser que te conozcas a ti mismo no puedes saber para qué estás viviendo y existiendo. No puedes saber adónde has de ir, no puedes saber cuál es tu destino, y nunca podrás percibir cuál es el sentido. Seguirás haciendo muchas cosas, pero todo te conducirá, en último término, a la frustración. Porque si haces algo sin saber por qué existes, sin saber qué es lo que eres, eso no te va a proporcionar satisfacción alguna. Carecerá se sentido. Has errado el objetivo, tu esfuerzo será desperdiciado y al final todo el mundo se sentirá frustrado.

Los que alcanzan el éxito se sienten más frustrados que los que no lo alcanzan porque los que no lo alcanzan pueden seguir albergando esperanzas. Pero aquellos que tienen éxito no poseen ni esperanzas. Su caso no tiene solución. Por eso digo que no hay fracaso tan grande como el éxito.

La religión piensa en términos subjetivos, en términos objetivos: “Cambia la situación no al hombre”. La religión dice: Cambia al hombre; la situación es irrelevante”. Sea cual sea la situación, una mente distinta, un ser transformado se sitúa más allá de los problemas. Por eso Buda puede estar en absoluta paz viviendo como un mendigo y un Midas no puede vivir tranquilo ni poseyendo el milagro alquímico: toque lo que toque se transforma en oro. La situación con Midas se ha vuelto dorada; todo lo que toca se convierte en oro. Pero esto no cambia nada, al contrario, Midas se encuentra en una situación más complicada.

Nuestro mundo ha creado, mediante la ciencia, una situación como la de Midas. Todo lo que tocamos se convierte en oro. Un Buda, viviendo como un mendigo, se encuentra en una paz y en un silencio tan absoluto que los emperadores se sienten celosos de él. ¿Cuál es el secreto? El énfasis en el hombre, en el interior del hombre, es lo importante, no la situación. Debes pues cambiar el interior del hombre. Y solamente hay un cambio posible. Si creces en consciencia, cambias, mutas. Si disminuyes tu consciencia, también cambias, mutas. Pero si tu consciencia es disminuida retrocedes hacia el mundo animal. Si tu consciencia es incrementada, asciendes hacia el mundo de los dioses.

Una vez adquieres el hábito de sumergirte en la inconsciencia, será más y más difícil incrementar tu consciencia. Será más y más difícil, porque tu cuerpo será incapaz de sostenerte en un estado de consciencia incrementada. Te ayudará a mantenerte inconsciente. No te ayudará a ser consciente. Y cualquier cosa que se convierta en una barrera en la adquisición de consciencia es un problema religioso, no un problema moral.

Sería adecuado comprender la antigua historia bíblica de Adán y Eva. Fueron expulsados del Paraíso; fueron expulsados del Jardín del Edén. Es una historia profundamente psicológica. Dios les permitía comer cualquier fruto excepto uno. Había un árbol que no debía ser tocado y ése era el Árbol del Conocimiento. ¡Es algo extraño ver a Dios prohibiendo a sus criaturas comer el fruto del Árbol del Conocimiento! Parece algo muy contradictorio. ¿Qué clase de Dios es éste? ¿Y qué clase de padre es aquel que está en contra de que sus hijos crezcan en conocimiento y sabiduría? Esta historia ha preocupado a muchos. ¿Por qué Dios tuvo que prohibir el conocimiento? Valoramos en mucho al conocimiento, pero fue prohibido

Adán y Eva existían en un mundo animal. Eran dichosos, pero eran ignorantes. Los niños son felices, pero también son ignorantes. Y los niños, si han de crecer, han de crecer en conocimiento. No hay otra forma de crecimiento. Si eres ignorante puede que seas feliz, pero no eres consciente de tu felicidad.

Esto se ha de entender correctamente. Puedes ser dichoso siendo ignorante, pero entonces no puedes percibir tu dicha, no puedes ser consciente de tu felicidad. En el instante en que empiezas a percibir tu felicidad, dejas de ser ignorante.

El conocimiento ha entrado, te has convertido en uno que sabe. Por eso Adán y Eva existían como animales, absolutamente ignorantes y dichosos. Pero de cerca, esta felicidad no era algo de lo que ellos se dieran cuenta. Eran sencillamente felices sin saberlo.

La historia dice que el Diablo tentó a Eva para que comiera del fruto y la razón por la que el Diablo pudo tentar a Eva fue ésta: le dijo, “Si comes de esta fruta, serás como los dioses. Esto es altamente significativo. A menos que comas de ese fruto del Conocimiento, del fruto del Árbol del Conocimiento, nunca podrás ser como los dioses, seguirás siendo como los animales. Y ese fue el motivo por el cual Dios les había prohibido, vedado, el tocar ese árbol. ¡Pero fueron tentados!

Esta palabra “diablo” (*) es muy hermosa y en particular para los hindúes. Tiene un significado diferente que para los cristianos porque “diablo” proviene de la misma raíz, de la misma palabra, de la cual proviene “deva” o “devata”, dios. “Diablo” y “divino” provienen de la misma raíz. De este modo parece que la historia cristiana es parcial, incompleta de alguna forma. Una cosa si se sabe: el Diablo mismo era un dios rebelde, un ángel rebelde que se alzó contra Dios. Pero en sí, él era un dios.

¿Por qué digo esto? Porque para mí no existen dos fuerzas en el mundo como Dios y el Diablo. Esa dicotomía es falsa. ¡Solamente existe una fuerza! Y la dicotomía no es de dos enemigos, sino de dos polaridades de una misma fuerza, de Dios y el Diablo. Es una misma fuerza operando a través de dos polaridades porque a menos que una fuerza se manifieste en dos polaridades, no puede operar.

Para mí esta historia bíblica adquiere un nuevo significado. Dios lo prohibió porque sólo puedes tentar si prohíbes. Si no se hubiera mencionado para nada al Árbol del Conocimiento, parece improbable que Adán hubiera pensado o imaginado comer de este árbol en particular. El Jardín del Edén era inmenso, había infinitos árboles. Desconocemos el nombre de cualquier otro árbol.

Este árbol se volvió importante debido a que fue prohibido. Esta prohibición se convirtió en una invitación; esta prohibición se convirtió en la tentación. No fue realmente el diablo quien tentó. El primero fue Dios mismo. Esta fue la tentación, “No os acerquéis al Árbol del Conocimiento; no comáis de su fruto. Solamente hay un árbol prohibido excepto en eso, sois libres”. De repente este árbol se convierte en el más importante del Jardín.

Y para mí, “Diablo” es simplemente otra denominación de Divino, la otra polaridad. Y el Diablo tentó a Eva porque entonces podría ser como los dioses; ésta era su promesa. ¿Y a quién no le gustaría ser como los dioses? ¿A quién no le gustaría?

sábado, 20 de diciembre de 2014

LOS DERECHOS HUMANOS (PARTE II)

El Artículo II dice: Todo el mundo es libre de ejercer los derechos y libertades establecidos en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, lengua, religión, opiniones políticas o de otra clase, origen social o nacional, propiedad, nacimiento u otros estados.

Esto son tonterías.

En todas partes hay discriminación... de diferentes formas, en diferentes países, pero la discriminación está ahí.

La Humanidad necesita rebelarse contra los que se dicen humanitarios. Ellos creen que están haciendo un gran servicio.

Por ejemplo, en la India y en muchas partes del mundo, por la misma cantidad de trabajo, a la mujer se le paga menos. Y en esta Declaración se dice que a igual cantidad de trabajo, igual remuneración, se trate de hombre o mujer, blanco o negro; no importa. Pero no es verdad.

Los gobiernos siguen haciendo toda clase de cosas ilegales, toda clase de cosas en contra de los derechos humanos. Y los representantes de los gobiernos hacen esa Declaración sin ninguna vergüenza. Quizá sin sentir siquiera lo que están haciendo. Mienten descaradamente, ¡blancas mentiras!

El Artículo III dice: Todos tienen derecho a la vida, la libertad y la seguridad personal.

Pero la muerte no está incluida; y es importante. Porque el nacer no está en tus manos; sin tu consentimiento, naces. Sólo queda la muerte. Tienes la elección: morir sin tu consentimiento o morir con la dignidad de un ser humano, con tu propio consentimiento, sin darle la oportunidad a la muerte. Yéndote tú mismo cuando has vivido.

Y es que incluir la muerte les preocupa. Entonces todas las religiones y todos los partidos políticos crearían problemas. Todo ha de ser consolador. Vida, pero ¿qué clase de vida?

Varios países que pertenecen al Mercado Común Europeo habían acumulado montañas de mantequilla y otros alimentos. La gente, en Etiopía, se estaba muriendo –mil personas por día- y ellos tenían excedentes. No se los dieron. Los excedentes han de ser arrojados al océano. Aunque para hacerlo se malgasten dos billones de dólares. Y no era el valor de la comida; era simplemente el costo del trabajo de llevarlo y arrojarlo al océano. Lo están haciendo cada seis meses, porque cada seis meses hay excedentes, y se necesitan más almacenes. ¿Y qué van a hacer con ello? Nuevas cosechas siguen llegando. Pero no las darán a Etiopía.

En la India el cincuenta por ciento de la gente vive por debajo del nivel médico de nutrición y otro veinticinco por ciento de la gente en los pueblos come sólo una vez al día; y cuando digo come, no pienses en el Hotel Taj Mahal. Se trata sólo de pan, sal, un poco de salsa de mangos y otras frutas..., eso es todo. No es comida.

A menos que el mundo sea uno, no seremos capaces de darles suficiente alimento a todos.

¿Y qué significa decir que tienes derecho a la vida? Porque la gente está ahí, la gente está muriéndose, la gente se ha muerto. EE.UU está haciendo lo mismo, la Rusia de Stalin hacía lo mismo. No es algo que suceda sólo en Europa. EE.UU arroja cada tres meses sus excedentes, por valor de millones de dólares. Rusia, en tiempos de Stalin, estuvo utilizando trigo en lugar de carbón para sus trenes. Porque el trigo es barato, hay excedentes y el carbón es costoso y difícil de obtener.

La gente se está muriendo; eso no es importante.

La gente se está muriendo de hambre; eso no es importante.

El Artículo XVIII dice: Todo el mundo tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia, y la libertad, ya sea solo o en comunidad, en público o en privado, de manifestar éstas en la enseñanza, en la práctica, el culto y la observancia.

“Libertad de pensamiento y expresión”. Nunca he hecho otra cosa que expresar mis pensamientos. Si eso es un derecho humano, ningún gobierno tiene nada contra mí. No soy activo políticamente, no estoy interesado en ningún poder. Tan sólo, digo lo que veo de manera más clara que todos esos políticos ciegos.

¿De qué tiene miedo?

Precisamente el Papa convocó a una Conferencia Mundial de Religiones. Todos los principales sacerdotes y líderes de otras religiones han sido llamados. Mis sannyasins en Italia me han escrito: “Estamos insistiendo ante el Papa; su secretario está muy interesado en ti y desea extenderte una invitación, pero el Papa está en contra”. De hecho, durante ocho meses el gobierno italiano ha estado pensando en si me otorgaba un visado de turista por tres semanas o no. El Papa ha sido el causante de toda esta demora.

Y esta gente sigue diciendo: “Amamos la libertad de pensamiento, la libertad de expresión. Nadie ama la libertad de pensamiento. Tiene que ir a tu favor; entonces la amas.

“Libertad de expresión...”. El Papa ha puesto mis libros en la lista negra, ningún católico debe leerlos. Tienen una lista negra. En la Edad Media, cuando un libro aparecía en ella, era quemado en toda Europa. Ahora no pueden hacerlo, pero sí pueden hacer esto: que ningún católico los lea. Y los católicos no son una pequeña minoría: setecientos millones de personas; un mundo en sí mismo. Impedirles que los lean, simplemente significa que se ha aceptado la derrota; significa que no se tiene ninguna respuesta. Entonces, ¿por qué toda esta insensatez acerca de la Declaración de los Derechos Humanos?

El Artículo XIX dice: Todos tienen el derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye la libertad de mantener opiniones sin que sea objeto de intromisiones, y de buscar, recibir e impartir información e ideas mediante cualquier medio de comunicación, prescindiendo de fronteras.

Esto no es cierto. El Parlamento de la India ha iniciado a la gente y a los periodistas indios a que no le concedan ningún espacio a mis ideas. El gobierno americano ha presionado al gobierno indio para que no permita a ningún periodista occidental hacerme una entrevista.

El gobierno americano ha estado haciendo dos cosas: diciendo a todos los gobiernos de Europa y de Australia que deben prohibirme la residencia en sus países, y que desde cualquier lugar debo ser enviado de vuelta a la India.

Así que todos los países de Europa han tramitado resoluciones en sus Parlamentos para que no se me admita ni siquiera como turista por tres semanas.

La idea americana es que no sea permitida mi entrada en ningún país, que a nadie que quiera verme o reunirse conmigo, le sea permitido venir a la India.

Así creen poder destruir el movimiento sannyasin.

Esto sucede en la realidad. Y en palabras, grandiosos y bellos slogans... pero vacíos.

El Artículo XXII dice: Todos tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad.

No veo que te sea permitido tener libertad para desarrollar la personalidad. En primer lugar la gente que escribió esto no sabe que la personalidad es tu parte falsa y no debería ser desarrollada en absoluto. Tu realidad es tu individualidad, la cual tiene que ser descubierta. Pero ellos no hablan de individualidad. Es posible que ni siquiera lo hayan pensado. Porque ellos son sólo personalidades, no tiene todavía su individualidad despierta, alerta. Naturalmente, escriben la palabra “personalidad”. “Personalidad” es una fea palabra. Significa “máscara”; “máscara” es la verdadera raíz de la palabra.

No queremos que la gente lleve máscaras. La gente debería ser natural, espontánea, ella misma.

sábado, 13 de diciembre de 2014

LOS DERECHOS HUMANOS (PARTE I)

En la introducción de esta declaración se dice: “Estamos decididos a eliminar toda forma de intolerancia o discriminación basada en la religión o creencia”. Esto no es cierto en ningún país. Las religiones luchan constantemente y si el gobierno está compuesto de fanáticos religiosos, la minoría es aplastada y destruida por todos los medios posibles. Es un buen deseo, pero la gente que lo desea está completamente equivocada.

En la convención en la cual la ONU proclamó estos Derechos Fundamentales, la Unión Soviética estaba ausente, así como otros ocho países comunistas. EE.UU estaba presente. La Declaración fue adoptada por unanimidad –todos a favor, nadie en contra-. Lo menciono porque el hacer esta declaración fue básicamente una iniciativa de EE.UU. Y éste es el primer país que va en contra de cada derecho humano.

En la década de los 60 EE.UU financió doscientos millones de dólares a los terroristas en Nicaragua, para destruir a un pequeño país que, como Cuba, se hizo comunista, América lo ha inundado de terroristas; miles de millones de dólares son vertidos continuamente, para apoyar a los terroristas con armas y con todo. Y esta Declaración dice que todos los Países son soberanos y ninguno debería interferir en la vida de otro, en su religión –eso es asunto suyo-, en cómo quieren vivir, en qué quieren creer o no creer. No es asunto de nadie más. Si en algún pequeño país la gente ha aceptado como estilo de vida y estructura social el comunismo, ¿quiénes son los EE.UU? ¿Y qué derecho tienen?

Nicaragua apeló al Tribunal Mundial; y el Tribunal Mundial aunque lleno de jueces americanos, le dijo a EE.UU: “Vuestra acción está en contra de la Declaración de los Derechos Humanos. Es criminal”. Ronald Reagan simplemente lo ignoró. Dijo: “No nos importa el Tribunal Mundial, ni sus declaraciones”.

Ahora bien, ésta es la gente que hizo la Declaración. Crearon este Tribunal para decidir en situaciones en las que surgiera algún conflicto, pero esta gente no está dispuesta a escuchar. ¿Ves a los políticos detrás de todo esto? El Tribunal Mundial, la Declaración, todo son fachadas para esconder las cosas. Si algún país pequeño hiciera lo mismo, se le daría la razón al Tribunal, y EE.UU actuaría a su favor para destruir a ese país por estar cometiendo un acto criminal. Pero al ser EE.UU quien comete esta acción criminal, puede simplemente decir: “No nos importa el Tribunal Mundial”.

¿Y qué puede hacer este Tribunal? No tiene ejércitos, no tiene poder. Tiene todo el poder que le ha sido dado a los políticos; pero si los mismos políticos ignoran la ley que ellos han hecho, ¿qué puede hacer el Tribunal?

Y la ONU guarda silencio. Su Tribunal ha sido insultado. Si la gente de la ONU tuviese alguna dignidad, debería disolverla y disolver el Tribunal Mundial, porque, ¿qué sentido tiene? Hoy lo hace EE.UU; otros países lo harán mañana.

En el Artículo 1 se dice: Todos los seres humanos nacen libres.

Esto es una absoluta tontería.

Si todos los seres humanos nacen libres, deja a un niño en libertad: morirá en veinticuatro horas. El hijo del hombre es la criatura más desamparada del mundo. ¿Qué libertad puede tener? No puede caminar, no puede hablar, no puede volar...

De hecho, un científico tuvo la idea –y yo siento alguna simpatía por ella- de que el niño nace más temprano de lo que debería. Necesita por lo menos, nueve meses más en el vientre de la madre, porque no está completo; está creciendo. Mira las crías de los animales. Nacen y empiezan a caminar y a buscar comida; son más independientes y completas. Al niño le es imposible sobrevivir sin el sostén de la madre, del padre, de la familia u otros seres humanos.

¿Qué es lo que te digo, la parte más sibilina de la mentalidad de los políticos es proporcionarte la idea de que no necesitas libertad. “No pidas libertad. Naces libre, todos los seres humanos nacen libres”.

Todos los seres humanos nacen totalmente desamparados y dependientes. Liberarse les puede llevar años. E incluso millones de personas nunca llegan a ser libres. Esta Declaración dice que nacen libres. Yo digo, millones de personas mueren... y aún entonces no son libres. Y tú lo sabes por tu vida: no eres libre.

El marido está presente, la esposa no es libre. La esposa está presente, el marido no es libre. He visto maridos y mujeres caminando por la calle, ¡el marido ni siquiera es libre de mirar aquí o allá! Mira hacia delante como un monje budista, sólo algunos centímetros delante de él. Y su mujer está mirándole de reojo, ¿dónde está él?... ¿qué clase de libertad es ésta? En el momento en que el marido llega a casa, la primera pregunta es: “¿Dónde has estado?” –y eres un hombre libre-. “¿por qué llegas tarde?”.

Y este artículo primero dice: “Todos los seres humanos nacen libres”.

Estas son las estrategias para hipnotizar y condicionar a la Humanidad. Te han dado la idea de que naces libre, así que no hay necesidad de luchar por la libertad, no hay necesidad de crear una revolución interna que te haga realmente libre; libre de todo, libre del cuerpo... porque el cuerpo es una esclavitud.

Oriente es más verás. Dice que naces esclavo, no que naces libre. Tu cuerpo es una prisión, tu cuerpo y tu cerebro son prisiones. Tu conciencia está confinada en un espacio muy pequeño. Y es capaz de expandirse por todo el universo. Como no conoces tu potencial, crees que no eres más que eso.

Para mí estos son los criminales –criminales mayores que los que van a la horca- porque están engañando a toda la Humanidad. Pero el engaño es muy sagaz: “Tú naces libre”. Naturalmente tu libertad no es algo que deba crearse, merecerse, ganarse, algo de lo que tengas que ser digno: ¡Tú ya eres libre! Todo el mundo, todas las religiones, creen que tienes alma, que vienes con un alma. La voz de George Gurdieff es la única en toda la Historia que dice que ningún hombre nace con alma. Que el lugar del alma está vacío. Hay una posibilidad; puedes trabajar, crear el alma, pero no naces con ella.

Yo sé, y Gurdieff sabe, que naces con alma, pero la idea de que naces con alma no ha servido de ayuda. Ha adormecido más al hombre. Nacemos con un alma. Dios está en ti, el reino de Dios está en ti, así que, ¿qué te queda por hacer? Trabajas con ahínco para obtener las cosas que no están en ti –dinero, poder, respetabilidad- porque nadie dice, “Todo niño nace con dinero, con poder político, con respetabilidad”. Nadie dirá eso. Esas cosas hay que ganárselas.

La libertad, la conciencia, Dios... llámalo como quieras, tiene que ser descubierto. Está escondido, dormido. Tienes que convertirlo en algo totalmente dinámico, tienes que hacerlo madurar totalmente. Deberá convertirse en flores y frutos. Pero decirle a la gente: “Has nacido libre e igual en dignidad y derechos...”. Los políticos pueden seguir mintiendo tranquilamente con palabras tan hermosas... destruyendo esas palabras.

Nadie es igual.

Esta es una verdad psicológica.

Ni los cuerpos, ni las mentes, ni los talentos... Entre los genios, no hay ninguno igual. Un Sigmund Freud es un Sigmund Freud, un Bertrand Russell es un Bertrand Russell, un D. H. Lawrence es un D. H. Lawrence. No hay siquiera otro D. H. Lawrence, ni nunca lo habrá.

Cada individuo es único.

Esta idea de igualdad es muy fea, pero se ha vuelto casi la religión del hombre contemporáneo: igualdad.

Yo te digo que es la idea más destructiva que ha penetrado en la mente humana. ¡Hay que recordarte tu ser único!

sábado, 6 de diciembre de 2014

LA CIVILIZACION Y LOS DERECHOS HUMANOS

Una vez le preguntaron a un gran filósofo: “¿Qué piensas de la civilización?”.

El filósofo contestó: “Es una buena idea, pero alguien tiene que transformar la idea en realidad. La “Civilización” todavía no ha ocurrido. Es un sueño del futuro”.

La gente que está en el poder –político, religioso, social-, lo está porque la “Civilización” no ha ocurrido. Un mundo civilizado, un hombre maduro, no necesita naciones –todas esas fronteras son falsas. No necesitas religiones, porque todas las teologías son sencillamente ficciones.

Los que han estado durante miles de años en el poder sacerdotes, políticos, super ricos- tienen todo el poder para impedir la evolución humana. Pero el mejor modo de impedirla es convencer al hombre de que “Ya estás civilizado”. Convencerlo de que “Ya eres un ser humano. No necesitas una transformación; es innecesario”.

Y la debilidad del hombre consiste en que sabiendo perfectamente que no existe lo que denominamos “Civilización”, que no existe lo que denominamos sensibilidad humana, aún cree en todas las mentiras que los políticos le han estado contando, que los sacerdotes le han estado predicando, que los educadores le han estado enseñando, porque parece más sencillo simplemente creer; no necesitas hacer nada más.

Reconocer el hecho de que todavía no eres hombre, crea miedo. La tierra desaparece bajo tus pies.

La verdad te desnuda totalmente, te desnuda de todas las mentiras, te desnuda de todas las hipocresías. Por eso nadie la desea, todos creen poseerla ya.

¿Puedes ver la estrategia psicológica? Si no le quieres dar algo a alguien, convéncelo, hipnotízalo, repítele una y otra vez: “Ya lo tienes”. Y cuando miles de personas a tu alrededor –tus padres, tus maestros, tus sacerdotes, tus líderes- creen en ello, es casi imposible para los recién llegados a este mundo –niños pequeños- no dejarse convencer por esta vieja idea milenaria. Millones de personas vivieron y murieron creyendo que la “Civilización” estaba aquí.

Así que lo primero que quiero que entiendas es que todavía somos bárbaros. Sólo los bárbaros pueden hacer cosas como las que hemos estado haciendo durante miles de años. No seres humanos. En tres mil años, cinco mil guerras... ¿Y llamas al hombre civilizado?

Viendo la Segunda Guerra Mundial, uno puede pensar que se necesita muy poca inteligencia para darse cuenta de que debería ser la última- ¿sólo con ver lo que el hombre se ha hecho a sí mismo...! Pero no, nos estamos preparando para la Tercera Guerra Mundial... y la última.

A Albert Einstein le preguntaron: “¿Puede decirnos algo acerca de lo que va a suceder en la Tercera Guerra Mundial?”.

Y Einstein contestó: “Perdone, no puedo decir nada sobre la Tercera, pero sí sobre la Cuarta”. Su interlocutor no lo podía creer; le dijo: “¡No puede decir nada acerca de la Tercera; ¡tan complicado es...! Pero sí puede decir algo sobre la Cuarta, lo cual es aún más complicado!”.

Albert Einstein dijo entonces: “Ud. no me comprende. Sobre la Cuarta puedo decir algo definitivo, categórico. Y es que la Cuarta nunca sucederá, porque la Tercera destruirá toda la vida; no sólo a los seres humanos; también a las rosas. Todo lo que viva desaparecerá de la Tierra”.

¿Y dices que la Humanidad se ha civilizado?

No, te han engañado. Y la Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, es la misma hipocresía.

Lo primero... mi primera objeción a la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, es que los derechos existen únicamente cuando hay deberes. Los deberes son las raíces; los derechos, las flores: No puedes tener derechos sin deberes. Y celebrar un día al año por los Derechos Humanos... Sin embargo, no se celebra un día por los Deberes Humanos, que es lo primero.

¿Por qué no hablan sobre los deberes? Porque no quieren darte tus derechos humanos. Sin deberes, tan sólo puedes hablar de derechos, pero no los tendrás en tus manos.

Y los políticos que han hecho esta declaración no tienen la menor noción sobre deberes. Te daré algunos ejemplos.

Ellos dicen que todos los seres humanos son iguales. Y, por supuesto, esto satisface el ego de cada ser humano; nadie pone objeciones. Es una de las mentiras más peligrosas que se le han contado al hombre. Y yo te digo, la igualdad es un mito. No hay ni siquiera dos seres humanos iguales, de ningún modo, en ninguna dimensión. No digo que sean desiguales; digo que son únicos, incomparables, así que la cuestión de igualdad o desigualdad no aparece. ¿Eres igual a las columnas de este recinto? Las columnas pueden ser hermosas, pero tú no eres igual a ellas. ¿Significa esto que tú eres inferior a las columnas? Significa simplemente que tú no eres una columna; las columnas, son columnas; tú eres tú.

Cada ser humano es una categoría en sí mismo. Y a menos que reconozcamos el “ser único” de cada individuo, no habrá derechos humanos, ni habrá un mundo civilizado, humano, amoroso, gozoso.

En la Declaración, una y otra vez enfatizan el hecho de que debes amar a todos los seres humanos; sois todos hermanos. ¿Pero has visto alguna vez hermanos que se amen? ¿Hermanos que sean amigos? Nadie pelea como pelean los hermanos. Y el hecho de decir: “Sois todos hermanos”, no lo convierte en realidad.

La gente que proclama estos Derechos Humanos, ¿qué autoridad tiene? ¿Quiénes son? Políticos... Ellos son la causa de todas las guerras, ellos son la causa de toda clase de violencia que suceden en el mundo. Son los que mantuvieron a casi la mitad de la Humanidad –la mujer- en estado de esclavitud. Pero leyendo la Declaración, realmente disfruté mucho... Porque no habla de hermanas, sino sólo de hermanos; las hermanas no cuentan, a pesar de ser la mitad de la Humanidad. Ni siquiera son mencionadas.

Estos políticos se expresan muy bien, son inteligentes, astutos... casi todos provienen de profesiones liberales. Dicen que no debería haber discriminación entre el hombre y la mujer, entre negros y blancos, entre razas, religiones, ideologías políticas. ¿Y quién crea esta discriminación? La misma gente que hace la Declaración.

Esclavizan a la mujer durante siglos, y todavía no están dispuestos a darle su libertad, que, según su propia declaración, es un derecho humano básico.

Los negros fueron tratados como animales. Hasta fines del siglo pasado, eran vendidos, subastados en los mercados como mercancías. Y aún hoy, no son respetados como lo son los blancos.

Y son los blancos –todos estos políticos son blancos- quienes han llevado a la Humanidad al estado de esclavitud durante trescientos años. Todos tenían sus imperios. Inglaterra poseía el mayor; se decía que el sol nunca se ponía en este Imperio. En algún lugar del Impero el sol siempre brillaba y siempre era de día.

Pero otros blancos no se quedaban atrás: franceses, portugueses, españoles, tenían grandes imperios, explotando toda la Tierra. Han sido los parásitos. Y es gracioso que todos estos parásitos estén ahora proclamando los derechos humanos.

sábado, 29 de noviembre de 2014

EL SER HUMANO FALSO

En primer lugar, hay algo en el hombre que le hace seguir el mal camino. Y en segundo lugar hay gente interesada en guiar a los demás por el mal camino. Ambas cosas, en conjunto, crean un ser humano falso, engañoso. Su corazón anhela el amor, pero su mente condicionada le impide amar.

Te sorprenderá saber que Adolf Hitler nunca permitió a sus novias dormir en la misma habitación que él por una razón muy simple: no podía confiar en ellas. La mujer podría dispararle por la noche, ponerle veneno en el agua. ¿Qué garantías tenía? Ellas podrían estar aparentando que lo querían. Podía tratarse de una conspiración. No había forma de averiguar si se trataba de una conspiración o si sentían verdadero amor por él. Para estar seguro nunca permitió que ninguna mujer con la que hubiera estado en contacto durmiera en su habitación.

Nunca permitió que nadie fuera amistoso con él, ni Goebbels ni ningún otro de sus colaboradores cercanos. Siempre les mantenía a distancia. Se decía que no había ni una sola persona que le pudiera poner la mano sobre el hombro en un gesto de amistad. El exceso de amistad es un peligro, ese era su condicionamiento. El otro puede hacerte daño. Puede averiguar algo de ti que podría usarse en tu contra. Es mejor mantenerle a distancia. Y todo el mundo era ambicioso, todo el mundo quería estar en su lugar, por eso aunque parecieran muy amistosos, en el fondo todos eran competidores, enemigos; podían matarle. No tenía amigos. Y qué tipo de amor era ese que no le permitía confiar en que la mujer durmiera en su habitación.

Una de sus mujeres estuvo enamorada de él durante muchos años y no tenía ninguna razón para sospechar de ella. Pero la sospecha no necesita razones. Un día quiso visitar a su madre enferma, en la misma ciudad. Y Adolf Hitler le dijo que no. Le costaba mucho decir sí a cualquier cosa.

Esto tiene significado psicológico muy profundo. El No da poder. El Sí no da ningún poder. Cuando dices que no, puedes sentir tu poder; cuando dices que sí, puedes sentir amor, compasión, pero no poder. Las palabras tienen sus propias cualidades. Cualidades que no puedes encontrar en el diccionario. Pero en realidad si entras en la psicología de las palabras, cada palabra tiene su individualidad única. El «no» no es una simple negación; es una confirmación del propio poder.

No había necesidad de decirle que no. Sólo iba a ver a su madre enferma y estaría de vuelta cuando él regresara del despacho. Pero el sí no era su palabra. Sólo sabía dar órdenes y rechazar las ideas de los demás. Incluso en cosas tan pequeñas que no tenían nada que ver con el poder...

Él se fue al despacho; la mujer creyó que podría ingeniárselas: podía ir ver a su madre y regresar; él aún no habría vuelto. Fue y regresó; ciertamente se las ingenió. Pero lo primero que él preguntó al guardia al llegar a casa fue: «¿Ha salido? ¿Cuánto tiempo ha estado fuera?»

Hitler cargó su arma, entró en casa y le disparó: ni siquiera preguntó, no le dio la oportunidad de decir nada. Ya era suficiente. Aquello tuvo que ser una prueba para todos los demás de que no seguir sus órdenes significaba morir.

Hitler deseaba amor, pero su mente anhelaba el poder, y no puedes pedir ambas cosas a la vez.

Éste es el problema. El niño nace con un corazón que anhela el amor, pero también nace con un cerebro que puede ser condicionado. Y la sociedad tiene que condicionarlo en contra del corazón, porque el corazón siempre será rebelde a la sociedad, siempre seguirá su propio camino. No puede convertirse en un soldado. Puede convertirse en un poeta, puede convertirse en un cantante, puede convertirse en un bailarín, pero no puede convertirse en soldado.

Puede sufrir por su individualidad, puede morir por su individualidad y por su libertad, pero no puede ser esclavizado. Ese es el estado del corazón…

Pero la mente... El niño llega con un cerebro vacío, sólo es un mecanismo del que puedes disponer como quieras. Aprenderá el idioma que le enseñes, aprenderá la religión que le enseñes, la moralidad que el enseñes. Sólo es un ordenador; tú le vas proporcionando la información.

Y cada sociedad se encarga de fortalecer la mente cada vez más, de forma que si hay algún conflicto entre la mente y el corazón, la mente ganará. Pero cada victoria de la mente sobre el corazón supone más miseria. Es una victoria de los demás sobre tu naturaleza, sobre tu ser: sobre ti. Y ellos han cultivado tu mente para servir a sus propósitos.

La mente está vacía, es un cerebro; puedes ponerle cual-quier cosa dentro. Y tras veinticinco años de educación estará tan fortalecida que te hará olvidarte de tu corazón; así siempre te sentirás miserable. La miseria se debe a que tu corazón sólo puede darte alegría, sólo puede darte felicidad, sólo puede hacerte bailar. La mente puede estudiar aritmética, pero no puede cantar una canción. Sencillamente la alegría, la felicidad y el baile no forman parte de las capacidades mentales. Entonces te sientes desgarrado entre tu naturaleza, que es tu corazón, y los valores sociales que te han inculcado en la cabeza. Y ciertamente has nacido -todo el mundo nace- con estos dos centros. Ahí reside la dificultad.

Uno de los dos centros está vacío. Cuando la sociedad sea mejor se usará en concordancia con el corazón, para servir al corazón. Y entonces la vida será estupenda, estará llena de alegrías. Pero hasta ahora hemos estado viviendo en una sociedad horrible, llena de ideas podridas, que ha utilizado la mente. Y esa vulnerabilidad está presente: la mente puede ser usada.

De hecho es una bendición de la existencia, pero está mal empleada, explotada. Te dan una mente vacía para que pueda ser una fiel servidora de tu corazón, de tus anhelos, de tus potenciales. No hay nada malo en ella. Pero los intereses creados del mundo han encontrado en esta situación la oportunidad perfecta para ellos: usar la mente en contra del corazón. Así tú sigues sintiéndote desgraciado y ellos pueden usarte como quieran.

Por eso el mundo entero es miserable. Cada persona quiere ser amada, cada persona quiere amar; pero la mente es una barrera tal que no te permite amar ni ser amado. En ambos casos la mente se interpone y comienza a distorsionarlo todo. Y si por causalidad te encuentras con una persona a la que amas y la persona te ama a ti, vuestras mentes serán incompatibles. Han sido formadas por sistemas distintos, costumbres diferentes y hasta sociedades y religiones distintas.

Este proceso de condicionamiento debería cambiar completamente. La mente debe ser entrenada para servir al corazón. La lógica debe servir al amor. Y entonces la vida se puede convertir en un festival de luz.

sábado, 22 de noviembre de 2014

VER LO QUE PENSAMOS Y LA REALIDAD

Ver lo que pensamos que es y lo que es en realidad, la diferencia es tremenda.

Vivimos nuestra vida en medio de ilusiones de agua clara como el cristal, pero la realidad es totalmente diferente.

Las personas se ríen de los demás, y si alguien se ríe de ellas se sienten heridas, pero llegar a entender que puedes ver tu propia estupidez... y toda tu vida está llena de estupidez.

Vivimos sueños, ilusiones, alucinaciones. No corresponden a la realidad en absoluto.

Simplemente observa tu mente, cómo crea ilusiones respecto a todo y a continuación se queda desilusionada y alterada. Amas a un hombre, amas a una mujer; creas una cierta ilusión respecto a ese hombre o mujer. En lo profundo de ti lo sabes, estás imponiendo una imagen. Pronto se hará añicos, porque ante la realidad, ninguna ilusión puede durar mucho tiempo.

Entonces lo más normal es que te sientas decepcionado, desgraciado y que no entiendas lo sucedido. Si te hubieras podido reír, lo habrías entendido.

Incluso cuando comprendes que las cosas no son como te las imaginabas, vuelcas toda la responsabilidad en la otra persona. Una mujer que te parecía preciosa acaba siendo insoportable. Un hombre que creías un héroe acaba siendo un marido dominado. No os vais a reír de vosotros mismos. Pondréis toda la responsabilidad en la otra persona: os ha engañado, aparentaba ser algo que no es, no era tan hermosa, sólo aparentaba: logró engañarte con todo su maquillaje. Pero no hace falta maquillaje. Vuestras ilusiones, vuestras alucinaciones, vuestra ansia es suficiente: son el mayor maquillaje del mundo.

Cualquiera cosa que quieras, cualquier cosa que desees, la proyectas y cuando esa proyección resulta estar equivocada, hay dos posibilidades. Una es volcar toda la culpa en la otra persona, que simplemente es inocente de lo que estabas viendo en ella.

En cada relación amorosa ambas personas son inocentes respecto a sí mismas, pero, ambas son responsables de proyectar en la otra persona algo que no es…

Lo hacemos a cada momento de nuestra vida, proyectamos ilusiones -sobre la gente, sobre las cosas- y constantemente nos sentimos frustrados, disgustados.

Si pudieras entender que todo son proyecciones tuyas…. Ese sería el momento de reírte de ti mismo, de tu propia estupidez, de tu propia necedad. Eso sería un acto de una gran inteligencia. Y te liberaría de la constante proyección y frustración, de todo ese círculo vicioso.

Un viejo monje atravesaba el bosque con su discípulo, iban hacia otra ciudad. Pero el joven se sentía muy confuso, porque el anciano nunca había caminado así, iba casi corriendo y llevaba su bolsa agarrada. Y de vez en cuando palpaba algo dentro de la bolsa. El joven no podía imaginar qué tendría en aquella bolsa. Y el anciano no dejaba de preguntar una y otra vez: «¿Podremos llegar a la ciudad antes del atardecer?»

El joven decía: «Aunque no lleguemos, no tenemos nada que temer. Podemos quedarnos en el bosque. Lo hemos hecho muchas veces, no es nada nuevo. Pero hoy parece que te pasa algo, estás muy extraño.»

El anciano dijo: «Eso ya lo discutiremos después. Primero, vayamos rápido. No quiero quedarme en el bosque esta noche.»

Encontraron un pozo al lado del camino y el sol ya se estaba ocultando. Antes de que el sol se ocultara, se lavaron. Estaban muy cansados. Bebieron y mientras el anciano se lavaba la cara, pasó la bolsa al joven y le dijo:, «Ten cuidado.»

El joven se dijo a sí mismo: «Nunca antes ha estado así.» Y miró dentro de la bolsa por curiosidad. Había dos lingotes de oro. Ahora estaba muy claro por qué no quería quedarse en el bosque y por qué tenía tanto miedo.

Mientras el anciano se lavaba la cara y rezaba su oración nocturna, el joven tiró los dos lingotes al bosque, encontró dos piedras que pesaban casi lo mismo y las metió en la bolsa. El anciano terminó su oración en la mitad del tiempo habitual, ¡tenía tanta prisa! Arrebató inmediatamente la bolsa al joven y su peso le mostró que todo estaba en orden. Continuaron a toda prisa. Un kilómetro más adelante, empezó a oscurecer. El anciano dijo: «Parece difícil que podamos llegar a la ciudad y este lugar es peligroso.»

Pero el joven dijo: «No temas. He dejado el peligro junto al pozo.»

Él dijo: «¿Qué quieres decir con que has dejado e! peligro junto al pozo?»

El joven respondió: «Mira dentro de la bolsa y lo sabrás.»

Miró dentro de la bolsa y dijo: «¡Dios mío!» El anciano se rió, tiró la bolsa y se sentó debajo de un árbol; no podía parar de reír.

El joven le preguntó: «¿Por qué te ríes tanto?

El anciano respondió: «Me río porque has hecho lo adecuado, y durante casi un kilómetro he pensado que esas piedras eran el oro. Ahora podemos quedarnos a dormir tranquilamente debajo de este árbol. Está bien. Ya no hay miedo ni prisa.» Podría haberse enfadado con el joven y; entonces no habría entendido nada. Pero se rió, se rió locamente, porque pudo ver el sentido: «Fue tan estúpido de mi parte. El joven ha demostrado ser mucho más inteligente que yo. Mi propio discípulo tuvo que enseñarme esta lección.»

Estuvieron durmiendo durante toda la noche y por la mañana el anciano tocó los pies del joven en señal de agradecimiento y le dijo: «Aunque soy tu maestro, me has ayudado a liberarme de una ilusión. He dormido profundamente toda la noche. Llevaba varios días sin dormir por esa bolsa; los lingotes de oro no me dejaban dormir. Los palpaba a tientas por la noche para asegurarme de que seguían allí. Se habían hecho tan importantes que había perdido mi alegría, incluso abreviaba mis plegarias, acortaba mi meditación.»

Para la existencia, el oro y las rocas no son muy distintos: es una ilusión humana, lo hemos proyectado. Si el ser humano deja de estar en este mundo, el oro ya no será oro; aunque seguirá siendo lo que es, no habrá diferencia entre su valoración y la de una piedra. La valoración y la diferencia la proyectamos nosotros, y después sufrimos.

Por eso la enseñanza de esta pequeña anécdota es inmensa. Si te puedes reír de ti mismo cuando tus ilusiones se caen, pronto podrás vivir sin ilusiones, vivir sin alucinaciones, vivir sin proyecciones. Y vivir sin todo esto significa vivir en paz, en silencio, y celebrar las pequeñas cosas de la vida.

sábado, 15 de noviembre de 2014

DAR O RECIBIR AMOR

Todo el mundo quiere ser amado; ese es un mal comienzo.

Se empieza así porque el niño, el niño pequeño, no puede amar, no puede decir nada, no puede hacer nada, no puede dar nada; sólo puede tomar. La experiencia del amor que tiene el niño pequeño es la de tomar: toma del padre, de la madre, de los hermanos, de las hermanas, de los invitados, de los extraños; pero siempre tomar. Por eso la primera experiencia que se asienta en lo profundo del inconsciente es que tiene que conseguir amor. El problema surge porque todo el mundo ha sido niño y todo el mundo tiene el mismo impulso de conseguir amor; nadie nace de otra manera. Por eso todo el mundo pide: «Dame amor», y no hay nadie que lo pueda dar porque los demás han sido educados de la misma manera.

Uno debe ser consciente y estar alerta para que un simple incidente natal no se convierta en su estado mental constante y prevaleciente. En lugar de pedir: «Dame amor», comienza a darlo tú. Olvídate de conseguirlo, simplemente da; y te garantizo que recibirás mucho. Pero no tienes que pensar en conseguirlo. No tienes que comprobar que lo estás recibiendo ni siquiera indirectamente, lateralmente. Eso bastaría para alterarte. Simplemente da, porque dar amor es muy hermoso y recibirlo no lo es tanto. Éste es uno de los secretos.

Dar amor es realmente una experiencia muy hermosa porque entonces eres un emperador. Recibir amor es una experiencia muy pequeña, es la experiencia del mendigo. No seas un mendigo. Al menos, en lo tocante al amor, se un emperador, porque es una cualidad inextinguible en ti. Puedes dar todo lo que quieras. No te preocupes de que se pueda acabar, de que un día de repente descubras: «¡Dios mío! Ya no tengo ningún amor que dar.»

El amor no es una cantidad; es una cualidad, y una cualidad de cierta categoría, que crece cuando la das y muere si la retienes. Si eres mísero con él, se muere. Por eso, se generoso. No te preocupes de con quién, esta misma idea es propia de una mente avarienta: daré mi amor a ciertas personas que tengan ciertas cualidades.

No entiendes que tienes tanto...; eres una nube de lluvia. A la nube de lluvia no le preocupa dónde tiene que descargar -sobre las rocas, en los jardines, en el mar-, no importa. Quiere descargar. Y esa descarga es un alivio tremendo.

Por tanto, el primer secreto es: no lo pidas y no estés esperando y pensando que lo darás cuando alguien lo pida. ¡Dalo!

La fundadora del movimiento teosófico, la señora Blavatsky, tuvo un extraño hábito durante toda su vida. Y vivió mucho tiempo, viajó por todo el mundo y creó un movimiento mundial... De hecho no ha habido otra mujer tan poderosa en toda la historia humana, ni con tanta influencia a nivel mundial. Solía llevar con ella muchas bolsas llenas de semillas de flores. Todo su equipaje no era otra cosa que semillas de flores. ¡Mientras iba sentada en el tren, junto a una ventana, derramaba las semillas por la ventana, y la gente le preguntaba: «¿Qué estás haciendo?» Llevas mucho equipaje innecesario y después vas tirando semillas por la ventana, durante miles de kilómetros.»

Ella dijo:: «Éstas son semillas de flores, flores preciosas. Cuando acabe el verano y vengan las lluvias, las semillas se harán plantas. Pronto habrá millones de flores. Nunca volveré a pasar por esta ruta y no podré verlas, pero miles de personas las verán y disfrutarán de su fragancia.»

En realidad llenó de flores casi todas las vías de ferrocarril de India, y la gente decía: «Si no vas a volver a verlas, ¿a qué viene tu alegría?»

Ella dijo: «Mi alegría es que muchas personas se sentirán alegres. No soy avara. Haré todo lo que pueda para hacer feliz a la gente; es parte de mi amor.» Verdaderamente amaba a la humanidad e hizo todo lo que sentía que era correcto.

Da tu amor a cualquiera, al extraño. No se trata de dar algo valioso, basta con echar una mano.

Aprende a dar y descubrirás que mucha gente que ni te miraba se muestra amorosa contigo.

El problema es que tienes un corazón lleno de amor pero has sido avaro; el amor, se ha convertido en una carga para tu corazón. En lugar de hacer florecer tu corazón, has estado acaparándolo, por eso, de vez en cuando; cuando sientes un momento de amor, sientes que algún dolor desaparece. ¿Pero por qué ha de ser sólo un momento? ¿Por qué no a cada momento? Ni siquiera ha de tratarse de un ser vivo. Puedes tocar esta silla con una mano amorosa. Es algo que depende de ti, no del objeto.

Entonces descubrirás una gran relajación y una gran desaparición de tu yo -que es una carga-, y la fusión con el todo.

Quizá tengas más amor que los demás, quizás seas más afortunado y estás haciendo de tu fortuna una gran miseria.

Comparte tu amor, sin preocuparte de a quién se lo estás dando. Simplemente da, y encontrarás una paz y un silencio tremendos. Esto se convertirá en tu meditación. Uno puede llegar a la meditación por diversas vías; quizá ésta sea la tuya.

sábado, 8 de noviembre de 2014

LA INCONFORMIDAD PERMANENTE

Eres inconforme porque te han distraído. Has sido dirigido hacia un lugar para el que no estabas destinado. No estás avanzando hacia tu propio potencial. Estás tratando de ser lo que otros quieren que seas, y eso no puede ser satisfactorio. Cuando algo no es satisfactorio, la lógica dice: «Quizá no sea suficiente, hace falta un poco más.» Entonces vas a por más. Miras a tu alrededor y todo el mundo te muestra una máscara sonriente, todo el mundo parece feliz; cada uno engaña a todos los demás. Tú también vienes con tu máscara para que los demás piensen que eres más feliz de lo que eres. Tú también piensas que los demás son más felices.

La hierba parece más verde al otro lado de la valla, pero eso es algo que ocurre a ambos lados. La gente que vive al otro lado de la valla mira tu hierba y le parece más verde.

Verdaderamente parece más verde, más gruesa, mejor. Esa es la ilusión que crea la distancia. Cuando te acercas más, empiezas a ver que no es así. Pero la gente mantiene a los demás a cierta distancia. Incluso los amigos, incluso los amantes se mantienen mutuamente a cierta distancia; un exceso de intimidad es peligroso, puede que vean tu realidad.

Y como te han orientado mal desde el principio, hagas lo que hagas seguirás sintiéndote desgraciado. La naturaleza no tiene que ver nada con el dinero, si no los billetes crecerían en los árboles. La naturaleza no sabe nada de dinero, es una pura invención humana, útil, pero también peligrosa. Ves a alguien con mucho dinero y piensas que el dinero le da alegría: miras a esa persona, lo alegre que parece estar, y entonces vas tras el dinero. Alguien tiene salud, y tú corres tras la salud. Alguien está haciendo algo que parece ponerle muy contento; le sigues.

Pero siempre se trata de los demás, y la sociedad se lo ha montado de tal manera que nunca piensas en tu propio potencial. Toda la miseria proviene de que nunca eres tú mismo. Simplemente se tú mismo y no habrá miseria ni competición, no te molestará que los demás tengan más, o que tú no tengas tanto.

Y si quieres que la hierba sea más verde no hace falta que mires al otro lado de la valla; puedes hacer que sea más verde en tu lado de la valla. Es muy simple hacer que la hierba sea más verde. Pero sólo te dedicas a mirar a todas partes y todos los céspedes parecen muy verdes; menos el tuyo.

La persona debe enraizarse en su propio potencial, sea cual sea, y nadie debería darle consejos ni guía. Se le debería ayudar a ir donde desee ir, a ser lo que quiera ser. Entonces el mundo estaría tan contento que ni te lo podrías creer.

Desde mi infancia, nunca me he sentido descontento por la simple razón de que nunca permití que nadie me distrajera de lo que estaba haciendo o de lo que intentaba ser. Eso me ayudó enormemente. Fue difícil, y las dificultades fueron a más: ahora todo el mundo está contra mí. Pero eso no me molesta. Estoy perfectamente feliz, perfectamente contento. No pienso que pudiera haber sido de otra forma. En cualquier otra posición habría sido desgraciado.

No tengo casa, no tengo dónde vivir y no tengo dinero. Sin embargo, tengo algo que me produce un contento absoluto. He vivido de acuerdo a mi potencial, y ni la muerte puede hacer que me sienta molesto. He vivido a mi manera. Todo el mundo puede estar contra mí, pero eso no me molesta. La gente se siente molesta con que sólo otra persona esté contra ellos. Se sienten tan molestos; no puedo ni entenderlo.

El mundo está en contra de la individualidad.

Está en contra de que seas tu yo natural.

Quiere que seas un robot, y como accedes a ser un robot tienes problemas. No eres un robot. La intención de la naturaleza no era hacer de ti un robot. Y como no eres lo que estabas destinado a ser, sigues buscando constantemente: «¿Qué me falta? Quizá unos muebles mejores, mejores cortinas, una casa mejor, un esposo mejor, una esposa mejor, un trabajo mejor...» Lo intentas durante toda tu vida y vas corriendo de un lugar a otro. Pero la sociedad te ha distraído desde el principio mismo.

Mi esfuerzo es devolverte a ti mismo; y de repente verás que todo el descontento ha desaparecido. No hace falta ser más, eres suficiente. Cada cual es suficiente.

sábado, 1 de noviembre de 2014

LAS CRISIS

Los momentos de crisis son al mismo tiempo peligrosos e inmensamente importantes, peligrosos para los que no tienen el valor de explorar las nuevas dimensiones de la vida. Están obligados a desintegrarse en diversos tipos de locura, porque su mentalidad fue creada por la sociedad. Ahora que la sociedad se está desintegrando, la mentalidad no puede permanecer: sus raíces están en la sociedad. La mente se nutre constantemente de la sociedad y ahora ese alimento está desapareciendo.

Como la sociedad se está desintegrando, en los individuos surgirá una gran sospecha, una duda que nunca antes había estado presente. Y si sólo son gente obediente, gente que nunca han traspasado ningún límite impuesto por la sociedad, que siempre han sido ciudadanos honrados y respetables -en otras palabras, mediocres-, inmediatamente se volverán locos.

Empezarán a suicidarse, empezarán a saltar de edificios altos... y aunque sigan con vida, ya no contarán con una mentalidad que les ayude a resolver las situaciones de su vida. Se quedarán retrasados y puede que acaben esquizofrénicos, que se separen en dos personas, o quizá en una multitud.

En momentos de crisis, el peligro se presenta para los que han disfrutado los tiempos en los que la sociedad estaba asentada, cuando no había problemas, todo era fácil, y ellos eran honrados y respetados. Éstas son las personas que han disfrutado de la obediencia mental y ahora serán los sufridores. Se trata de una aritmética simple. Se volverán psicóticos, se volverán neuróticos; y entre estas dos palabras no hay mucha diferencia.

Recuerdo una definición que oí. Le preguntaron a un psicoanalista:

«¿Cuál es la diferencia entre psicosis y neurosis?»

Y el psicoanalista dijo: «La persona psicótica cree que dos y dos son cinco. Y la persona neurótica sabe que dos y dos son cuatro, pero no se siente cómoda con ese hecho.» Por eso la diferencia es muy fina. Ambos tienen problemas.

Pero los tiempos de crisis son tremendamente significativos, para las almas atrevidas a las que nunca les ha preocupado la respetabilidad social ni los honores sociales; para los que nunca se han preocupado por lo que los demás piensen de ellos, y sólo han hecho lo que les parecía justo hacer, los que de alguna forma han sido rebeldes; individualistas. Para estas personas, los tiempos de crisis son tiempos dorados, porque la sociedad se está desintegrando. Ya no puede condenar a nadie, ella misma está siendo condenada, maldecida. No puedo decir que los demás se equivocan. Se está demostrando que ella misma se equivoca; se está demostrando que toda su sabiduría es estúpida, supersticiosa.

El individuo atrevido puede utilizar esta oportunidad para ir más allá de la mente, porque ahora la sociedad no puede impedírselo, no puede ponerle trabas. Ahora es libre.

Es casi como la situación en una cárcel...; se han abierto las puertas y los guardas han desaparecido, el carcelero no está por ninguna parte. La gente que tiene algún sentido, alguna inteligencia, utilizará la situación para liberarse. Pero los que están tan esclavizados que no pueden pensar en la libertad -la prisión se ha convertido en su hogar-, simplemente sentirán pánico: «¿Qué va a ocurrir hoy? ¿No hay guardas? ¿No está el carcelero? ¡Las puertas están abiertas! ¿Quién cuidará de nosotros? ¿Quién nos dará de comer?»

Hay gente a la que la esclavitud le ha penetrado en el alma; esta gente se volverá loca. Pero la gente que siempre ha estado esperando el momento de escapar de la cárcel se sentirá inmensamente feliz. Éste es el momento que han estado esperando y por el que tanto han rezado. Escaparán de la prisión al cielo abierto. Ir más allá de la mente es ir a un cielo abierto, lleno de estrellas, la luna, el sol, la inmensidad de todo ello... Se vuelve tuyo; toda la existencia se vuelve tuya.

La mente es una pequeña jaula.

Por eso los momentos de crisis son ambas cosas..., y esto es lo que está pasando en todo el mundo. Nunca ha habido una búsqueda tan intensa del crecimiento espiritual, de la meditación. Pero nunca ha habido tanta locura tampoco. Ambas cosas están ocurriendo porque el estatus quo ya no es tan poderoso; ha perdido el control.

Cuando Galileo descubrió que la Tierra giraba alrededor del Sol, y no al revés como afirma la Biblia, el Papa le pidió que se presentara ante su tribunal. Aquel día ocurrieron muchas cosas, y una de ellas es muy importante. Galileo preguntó: «¿Qué importa si se prueba que una afirmación de la Biblia está equivocada? Eso no prueba que toda la Biblia esté equivocada. Yo soy un cristiano devoto, soy practicante, y no veo que el hecho de que una de sus afirmaciones esté equivocada marque ninguna diferencia.»

Pero el papa dijo: «No lo entiendes»; y el papa tenía razón. Dijo: «Si se prueba que una afirmación está equivocada, entonces surgirán miles de problemas. El primero es que Dios puede equivocarse. Y si se equivoca en una cosa, ¿qué certeza queda de las demás afirmaciones?» Si retiras un solo ladrillo, todo el palacio podría venirse abajo.

El papa dijo: «No puedo permitir que ninguna afirmación bíblica esté equivocada.»

Su argumento es significativo. Actualmente no es sólo una afirmación de la vieja mente, de la vieja sociedad, la que está equivocada; hay tantas cosas equivocadas que hace falta un idiota absoluto para creérselas. Siendo un poco inteligente es imposible ser parte de la vieja mentalidad. Ha perdido credibilidad, y no en un lugar, sino en todo el mundo. Hay distintos tipos de tradiciones antiguas, pero todas ellas han llegado al punto en el que se ha probado científicamente que muchas cosas están equivocadas.

Es un tiempo precioso. La sujeción social se ha soltado. Sí, los mediocres sufrirán, pero de todos modos no estaban disfrutando, no estaban viviendo verdaderamente; simplemente eran unos hipócritas. Al estar locos por lo menos serán reales, auténticos. No perderán nada, por supuesto que tampoco ganarán mucho...

Pero la gente que vaya más allá de la mente creará al hombre nuevo, la nueva mente. Y lo esencial que debe recordarse sobre la nueva mente es que nunca se convertirá en una tradición, se renovará constantemente. Si se convirtiera en una tradición, le pasaría lo mismo.

La nueva mente tiene que renovarse constantemente, ser nueva cada día, preparada para aceptar experiencias inesperadas, cualquier verdad inesperada...; simplemente estar disponible, vulnerable. Será tremendamente emocionante, un gran éxtasis, un enorme desafío.

Por eso no creo que una crisis sea mala; es buena. Unos pocos perderán sus máscaras, y serán realmente quienes son -neuróticos, psicóticos-, pero al menos serán verdaderos y honestos. Puede que pienses que están locos; no están locos, simplemente están en un estado de una gran sorpresa. Han creído demasiado en la vieja mente y ésta les ha traicionado.

Si la nueva mente prevalece, entonces la vida podrá convertirse en un proceso iluminador. Y la iluminación no será algo raro que le ocurre de vez en cuando a alguien muy especial; será una experiencia humana y muy ordinaria.

sábado, 25 de octubre de 2014

LA HIPNOSIS

Cada niño es hipnotizado desde la más tierna infancia. Así es como tiene lugar el condicionamiento; así es como te formas una mentalidad. Puede que tus padres no lo sepan, puede que tus profesores no lo sepan, puede que tus sacerdotes no sepan lo que están haciendo: están practicando técnicas hipnóticas. Para cuando sales de la universidad, ya conoces todas las técnicas para condicionar a los demás. Por eso todos los que vienen a mí ya están condicionados.

Yo trato primero de deshipnotizar a estas personas, dejo que se liberen de lo que la sociedad les ha impuesto; sólo entonces la hipnosis será limpia, joven, fresca, recién nacida.

En la hipnosis llegas a tu mente inconsciente, el lugar donde están todos los condicionamientos. Estás en un estado volcánico. Vas a encontrar horrores, porque posiblemente recordarás tu infancia y lo que te ha ocurrido desde entonces, todo lo cual está reprimido. Recuerda, nadie reprime una experiencia agradable, ¿por qué debería uno reprimirla? De hecho uno trata de exagerarla tanto como puede, para sí mismo y para los demás. Uno sólo reprime las cosas que cree desagradables.

Por eso tu inconsciente está lleno de las serpientes, escorpiones y dragones que has reprimido porque no querías saber nada de ellos y tampoco querías que los demás los conocieran. Si se te lleva a la hipnosis directamente, sin descondicionarte, llegarás a un infierno de tu propia creación: lo reprimido te mostrará su verdadero rostro; y lo natural es que te quedes aterrorizado.

El problema de los terapeutas es que ellos mismos no han pasado por el proceso; simplemente han estudiado para ser profesores. Nunca han trabajado en una escuela de misterios, cosa que les habría limpiado. Y en la escuela de misterios sólo se te da la técnica cuando puedes usarla sin entrar en puntos oscuros, en espacios de horror, estados terribles. Todos ellos son imaginarios, pero cuando te encuentras en ellos son reales para ti.

En realidad, la hipnosis es un método muy suave..., una música muy dulce. Puede ocurrir mientras estás sentado a mi lado en silencio. Puede ocurrir si estás escuchando con tanta intensidad que todas tus preocupaciones y tensiones desaparecen, y empiezas a moverte hacia lo profundo de tu ser. Pero en primer lugar deben desaparecer esas preocupaciones y tensiones, esas angustias y ansiedades.

La «hipnoterapia» es una palabra antigua, pero «deshipnoterapia» es una construcción mía. El proceso es completamente opuesto. La hipnoterapia puede llevarte a un sueño deliberado; la deshipnoterapia puede llevarte a un despertar deliberado.

He oído hablar de un agente de la propiedad inmobiliaria que vivía en una gran ciudad y era considerado el mejor en su profesión. Formaba parte de una gran compañía. Aquel día su jefe estaba muy enfadado y le estaba esperando. Cuando llegó, su jefe tuvo un estallido de ira y le dijo: «Esto es demasiado. El hombre al que le acabas de vender esa tierra al doble de su precio acaba de salir por la puerta. Podemos entender que eres astuto e inteligente y te las has ingeniado para hacer un gran negocio, por eso te pagamos tanto. Pero ese hombre ha dicho: "Ha llovido y la tierra que me vendisteis está bajo dos metros de agua. ¿Qué clase de empresa es ésta? ¡Esto es un timo!»

El vendedor le dijo: «No te preocupes jefe, me encargaré de él. Me voy.» Y después de una hora volvió sonriente, y dijo: «Hoy me tienes que dar un premio.»

El jefe dijo: «Primero cuéntame qué les ha pasado a ese hombre y a su tierra.»

Él respondió: «No ha pasado nada; hemos tenido por aquí dos barcas medio podridas durante muchos años; se las he vendido a ese hombre. Le he dicho: "Eres un estúpido. Esta tierra tan hermosa que en la estación de las lluvias se convierte en un lago..., toma estas dos barcas. Construye una casa suficientemente grande para poder disfrutar de ambas cosas. En la estación de las lluvias, disfruta del lago y de las barcas que he traído conmigo." Y esas barcas están tan podridas que se hundirán la primera vez que el hombre se monte en ellas. No te preocupes. Habían estado por aquí desde ni se sabe cuándo. Y les hemos sacado un buen precio.»

El jefe dijo: «¡Esto es demasiado! Has vuelto a timar a ese hombre y ahora encima le has puesto en una situación peligrosa. Esas barcas le matarán.»

El agente le respondió: «Así es como funciona el mundo. No tienes que pensar en lo que les vaya a ocurrir a los demás; sólo tienes que pensar en tus propios bolsillos.»

Y ese parece ser el estado de algunos terapeutas: están pensando en sus propios bolsillos. No les preocupa lo que le ocurra a la gente. No han vivido lo que sugieren a la gente; no es su experiencia personal. Es deshonesto decir cosas a la gente que no forman parte de tu propia experiencia personal y ponerles en estados que pueden hacerles enloquecer.

La hipnosis también puede ser peligrosa. En manos equivocadas, cualquier cosa puede ser peligrosa; por lo demás, la hipnosis es una forma simple de relajación. Pero puede ser peligrosa porque si el hipnotizador tiene la intención de timarte, puede sugerirte bajo hipnosis que hagas cosas que no deseas hacer. Y tendrás que hacerlas al despertar.

Si eres una persona que trata de timar a los demás puedes hacerles cualquier cosa bajo hipnosis.

La hipnosis puede emplearse mal. Todo lo grande puede emplearse mal. Quizá ésta sea la razón por la que la mayoría de los países y de las culturas han tratado de evitar cualquier enredo con la hipnosis. El «hipnotismo» se ha convertido en una palabra condenatoria. Pero eso no está bien porque puede hacer un bien inmenso. Cualquier persona que tenga problemas con un tema determinado puede ser hipnotizada y se le puede decir: «No tienes ese problema. Ese tema es sencillo, y tienes la suficiente inteligencia como para comprenderlo.» Y el hombre empezará a comportarse de manera diferente desde el día siguiente; su inconsciente ha entendido: no tiene que tener miedo.

A la gente se le puede ayudar con sus enfermedades, porque casi el setenta por ciento de las enfermedades son mentales. Puede que se expresen a través del cuerpo, pero su origen es mental. Y si puedes poner en tu mente la idea de que la enfermedad ha desaparecido, de que no tienes que preocuparte por ella, de que ya no existe, la enfermedad desaparecerá.

La mente tiene un poder tremendo sobre tu cuerpo. La mente lo dirige todo dentro de tu cuerpo. El setenta por ciento de las enfermedades pueden cambiarse cambiando la mente, porque es allí donde empiezan; sólo el treinta por ciento de las enfermedades empiezan en el cuerpo. Si te caes y te haces una fractura, la hipnosis no puede ayudarte con esa fractura diciéndote que no la tienes. Seguirás teniéndola. La fractura ha empezado en el cuerpo y el cuerpo no puede ser hipnotizado. El cuerpo tiene su propia forma de funcionar. Pero si el proceso empieza en la mente y se extiende a algún punto del cuerpo, entonces es muy fácil cambiarlo.

sábado, 18 de octubre de 2014

LA REPRESIÓN DEL SEXO

Alrededor de seiscientos libros llevan mi nombre. Yo no he escrito nada, son recopilaciones de mis charlas. De todos ellos sólo hay uno oficialmente sobre sexo y ni siquiera ese libro trata exactamente de sexo; trata básicamente sobre cómo trascender el sexo, de cómo llevar la energía sexual a un estado sublimado, porque es nuestra energía básica.

Puede producir vida... Esa es una de las cosas que sabemos de ella, pero en eso toman parte hasta los animales. Y los científicos dicen que incluso los árboles tienen su propia sexualidad, toda la existencia muestra algún tipo de energía sexual. Sólo el hombre tiene el privilegio de poder cambiar el carácter y la cualidad de su energía sexual.

El nombre del libro es From Sex to Superconsciousness,, pero nadie habla de la superconsciencia. El libro es sobre la superconsciencia, el sexo sólo es el principio, el lugar donde está todo el mundo. Existen métodos que permiten impulsar la energía hacia arriba, y en Oriente, durante al menos diez mil años, se ha desarrollado una ciencia especial que lo estudia, el Tantra. En Occidente no existe ningún paralelo de esta ciencia.

Durante diez mil años la gente ha experimentado con la conversión de la energía sexual en espiritualidad, con la conversión de la sexualidad en espiritualidad. El método está probado más allá de toda duda, miles de personas han sido transformadas. El Tantra es una ciencia que antes o después será aceptada en todo el mundo, porque la gente sufre todo tipo de perversiones. Por eso siguen preguntando sobre sexo como si ese fuera mi trabajo, como si estuviera hablando de sexo las veinticuatro horas del día. El problema está en su sexualidad reprimida.

Un gran poeta, Heinrich Heine, una vez se perdió en el bosque. Tardó tres días en encontrar el camino de salida. Estaba hambriento, cansado, se pasaba toda la noche subido a los árboles y preocupado por los animales salvajes, y por el día iba dando tumbos, intentando encontrar algún ser humano... Durante tres días no pudo encontrar a nadie que le mostrara el camino. La tercera noche era una noche de luna llena. Estaba sentado en un árbol, totalmente exhausto. Miró a la luna, y de repente se echó a reír.

Se reía porque había escrito muchos poemas sobre la luna y también había leído muchos poemas sobre el mismo tema.

La luna es un fenómeno tan romántico que ningún poeta de renombre puede prescindir de ella, ningún pintor de renombre puede prescindir de ella. Su impacto es profundo, su belleza enorme. ¿Entonces por qué se reía? Se reía porque cuando miró hacia la luna no vio todas las cosas románticas de las que hablaba en sus poemas; vio una rebanada de pan redonda, flotando en el cielo.

Y dijo: «¡Dios mío! ¿Qué me ha ocurrido?» Después de tres días de cansancio y de hambre, eso era lo natural, pero quizá su experiencia fue única: ¡Nadie más ha visto una rebanada de pan flotando en el cielo! Se rió de sí mismo y por primera vez comprendió que lo que había estado diciendo sobre la luna no tenía nada que ver con la luna; tenía que ver con él mismo.

Por eso la gente que habla de sexo y me condena no entiende que es su propia represión. El sexo se ha reprimido tradicionalmente en todo el mundo. Naturalmente surgirá de una forma u otra. No puedes evitarlo.

Si reprimes algo en el ser humano surgirá por algún otro lado, de una forma o de otra.

Esta represión del sexo por parte de todas las religiones ha ayudado a que la literatura pornográfica del mundo sea la más leída.

La mayoría de internos en las cárceles tienen la Biblia, y vi alguna vez que alguno de ellos colocaba ritualmente cada mañana y cada tarde la Biblia sobre la cama, ponía su cabeza sobre la Biblia, y rezaba. Parecía muy piadoso.

Yo le pregunté: «Esto es precioso, lo que haces es muy bueno, ¿pero por qué tienes fotografías de mujeres desnudas por toda la habitación? ¿Y no tienes ni una fotografía de Jesucristo?»

Se quedó conmocionado y me dijo: «Nunca lo había pensado. Soy un cristiano devoto, un fundamentalista.»

Yo le dije: «Debes de ser un fundamentalista; si no, ¿cómo se explican las fotos? Para que existan esas fotos es absolutamente necesario un fundamentalista cristiano. ¡No te preocupes! No son cosas contradictorias, son complementarias. Se trata de una conspiración entre las iglesias y la gente que está explotando tu mente.»

Todo mi esfuerzo ha ido dirigido a que el sexo sea un fenómeno natural y aceptado para que no haya represión; entonces no necesitarías la pornografía, no habría represión y no soñarías con el sexo. La energía puede ser transformada. Hay métodos válidos y accesibles por medio de los cuales la misma energía que aporta nueva vida al mundo puede aportarte nueva vida a ti. Ese era el tema del libro. Pero a nadie le importaba el tema y a nadie le importaba tampoco por qué hablaba de él. La palabra «sexo» estaba en el título y eso era suficiente.

En Khajuraho, un templo indio, el templo más famoso del mundo... hay treinta templos; quizá se tardaron miles de años en construirlos. Como esculturas son las mejores, no se puede crear nada mejor. Pero se puede observar, en dicho templo, algunas posturas sexuales tan absurdas que no te lo puedes ni imaginar...

Allí están absolutamente todos los tipos de posturas que el hombre -sano o enfermo- se ha podido imaginar. ¿Pero por qué ocurrió esto? ¡Y esta gente debe haber trabajado duro! Reprime cualquier cosa y alcanzará proporciones perversas.

Actualmente conocemos la homosexualidad, el lesbianismo, la sodomía, y todo tipo de perversiones distintas, y nadie piensa nunca en quién es el responsable. Los animales salvajes nunca son homosexuales, pero en un zoo, cuando no hay hembras disponibles, se vuelven homosexuales. Eso nos da una pista. Parece que hemos hecho de nuestra sociedad un zoo, no un fenómeno natural. Hemos reprimido tanto el sexo que ahora asume formas extrañas.

Por ejemplo, la homosexualidad debe haber nacido en los monasterios, por eso digo que es una cosa religiosa. En los monasterios los hombres están separados; no hay mujeres disponibles. En los conventos de monjas las mujeres están separadas; no hay hombres disponibles. En Athos, Grecia, hay un monasterio que tiene mil años: puedes entrar en él, pero no puedes salir vivo de él. Renuncias al mundo para siempre.

Si entras en ese monasterio, el mundo se acabó. En él no se admite ni siquiera a una niña de seis meses de vida, ni animales que sean hembras. Y a veces me pregunto: ¿Son monjes los que viven dentro del monasterio o son monstruos? No se permite la entrada ni a una niña de seis meses; ninguna mujer de ninguna edad ha entrado allí jamás, ni viva ni muerta.

Ahora bien, se está forzando a la gente... Estas personas se vuelven homosexuales. Sigues predicando que los monjes deben ser célibes, que las monjas deben ser célibes, y paradójicamente algunos de ellos están leyendo o pensando en la literatura pornográfica.

Estamos viviendo en una sociedad muy enferma, que podría haber sido muy sana y puede sanar inmediatamente... sólo es cuestión de entender.

sábado, 11 de octubre de 2014

FILOSOFIA Y PHILOSIA

Occidente nunca ha creído en la idea de iluminación. Va en contra de la sociedad, en contra de la religión; nunca se han preocupado por ella.

Las desviaciones son peligrosas para las sociedades podridas. En Occidente -donde nunca he existido la idea de iluminación- aún es más así, porque iluminación simplemente significa ir más allá de la mente. Si vas más allá de la mente serás tú mismo.

Puedes pensar sobre la verdad, ¡eso está permitido! Por eso, en Occidente, la filosofía se ha desarrollado hasta grandes alturas y profundidades. Pero siempre se trata de pensar en la verdad. Es como si los locos pensaran en la salud, como si los ciegos pensaran en la luz...; pueden crear grandes sistemas de pensamiento sobre qué es la luz, pero no se parecerán en nada a la luz. Para ver la luz tienes que usar los ojos.

No puedes pensar sobre la verdad porque lo que piensa es tu mente, que está llena de mentiras, nada más que mentiras. ¿Cómo vas a pensar en la verdad? La verdad sólo puede ser hallada cuando has dejado la mente a un lado.

En Oriente decimos que verdad es la experiencia que tiene lugar en el estado no mental, en el estado más allá de la mente. Pero en Occidente esta misma idea no ha existido. Y esto te dejará una cosa clara: la filosofía es occidental. En Oriente no hay nada que se le parezca.

Es muy extraño: Oriente es mucho más antiguo, su cultura tiene al menos diez mil años, pero no tiene nada parecido a la filosofía. La llamada filosofía oriental tiene un nombre equivocado. En Oriente se le llama darshan; darshan significa «ver.» No tiene nada que ver con pensar. La misma palabra darshan significa «ver.»

Yo tuve que acuñar mi propia palabra para ello: le llamé philosia, como opuesto a filosofía, porque filosofía significa «el amor al pensar».

Y philosia significa «el amor a ver.» Filosofía significa «el amor a pensar, pero ¿qué puedes pensar? Se ha creado un sustituto, un juguete, para evitar que los individuos vayan más allá de la mente y se vuelvan peligrosos para la sociedad. Eso es la filosofía.

Ningún filósofo llega a experimentar nada. Ningún filósofo se ilumina o llega a despertar; permanece en el mismo terreno que tú, es tan inconsciente como tú.

Darshan -philosia- es un planteamiento totalmente diferente. El planteamiento es observar la mente, no pensar sino simplemente convertirse en un observador de la mente y crear distancia entre tú y tus pensamientos. Al verlos como si estuvieras en lo alto de una colina y todo el tráfico mental ocurriera abajo, en el valle, llega un momento en que los pensamientos comienzan a desaparecer porque su vida reside en la identificación con ellos. Son parásitos; te chupan la sangre.

Si estás lejos y no los alimentas, tus pensamientos empiezan a encogerse y a morir. Y cuando no quedan pensamientos a tu alrededor, sino un inmenso silencio, una tremenda nada, sólo un observador sin nada que observar..., en ese momento te liberas de los grilletes de la mente. Y es el momento del comienzo de una nueva vida.

Pero puede que a la gente le parezcas un loco, porque a partir de ese momento tu comportamiento será diferente.

Desde ese momento serás original; ya no puedes ser parte de la multitud. La gente pensará que te has equivocado en algo. Es extraño, ¡son ellos los que se equivocan! Pero no es tan extraño: si te presentas en una sociedad de ciegos con los ojos abiertos, nadie va a creer que tienes ojos. Debes estar teniendo algún tipo de ilusión o alucinación, los ojos no existen. Nadie los tiene, ¿cómo vas a tenerlos tú?

La persona iluminada en Occidente será condenada por loca.

La gente loca de Occidente está loca porque ha creado tanta tensión, ansiedad y angustia, y se les has dado una mentalidad tan podrida que no pueden funcionar. Cuando la mente colapsa, la persona cae por debajo de la mente; de ahí que el psicoanálisis sea un fenómeno occidental. En Oriente no hay nada que se parezca al psicoanálisis.

En Oriente hemos intentado despertar, no entrar en crisis. El despertar te lleva más allá de la mente mientras que la crisis simplemente te deja en un nivel subhumano. Pero la sociedad también es responsable de ello. Incita excesivamente tu ambición y no la puede satisfacer. Incita en ti demasiados deseos -de dinero, de poder- que no puede satisfacer. Sólo te enseña a ir ascendiendo por la escala de poder, cada vez más alto, y te dice que vayas rápido porque sólo tienes una breve vida y ¡tienes tanto que hacer! No queda tiempo para vivir, no queda tiempo para amar, no queda tiempo para alegrarse.

La gente va posponiendo todo lo que es significativo. Mañana se reirán; hoy tienen que ganar dinero..., más dinero, más poder, más cosas, más artilugios. Ya amarán mañana, hoy no tienen tiempo. Pero mañana nunca llega, y un día se encuentran cargados de todo tipo de cosas, cargados de dinero. Han llegado a la cima y ya no queda ningún lugar donde ir, excepto saltar a un lago.

Y ni siquiera pueden decir a los demás: «No os molestéis en venir aquí, no hay nada», porque eso les haría parecer estúpidos. Te conviertes en el presidente del país y dices: «Aquí no hay nada, no os molestéis. Esta es una escalera que no lleva a ninguna parte»; te sentirías muy estúpido.

Por eso siguen aparentando que han logrado algo, que han encontrado lo que buscaban; y en lo profundo están vacíos, no encuentran sentido a su situación, han desperdiciado toda su vida. Si la gente entra en crisis bajo tanta presión, la sociedad es la responsable: la sociedad vuelve loca a la gente.

En Oriente no encontrarás gente tan loca, gente que se suicide; y Oriente es pobre, tan pobre que la gente no tiene garantizada ni una comida diaria. Lógicamente debería haber más gente que se suicidase, más gente que se volviese loca. Pero no, ni se vuelven locos, ni se suicidan. Parecen disfrutar de cierta alegría porque la ambición no es parte de la mentalidad que les transmite la sociedad; su sociedad también les hace ambiciosos, pero no de este mundo, sino del otro. Este mundo está condenado.

Intenta entender... su sociedad también les hace ambiciosos: ambición de alcanzar el paraíso, de conocer a Dios, pero esa ambición va en contra de las ambiciones mundanas. «¡Renuncia al mundo! Aquí no hay nada más que sombras; es ilusorio.» Han pensado que es ilusorio duran¬te miles de años, que no merece la pena preocuparse por él, ¿por qué no buscar lo real? Entonces no se vuelven locos.

Están en medio de la pobreza total, de la enfermedad, de la muerte..., pero no los verás ansiosos ni tensos, y no necesitan psicoterapia.

La psicoterapia es absolutamente occidental; es una necesidad de la mente occidental. En primer lugar la mente occidental crea todo tipo de deseos y ambiciones que tarde o temprano producirán una crisis; entonces viene la psicoterapia. Ahora mismo es la profesión mejor pagada, pero lo extraño es que entre los psicoterapeutas se cometen más suicidios que en cualquier otra profesión, el doble que en cualquier otra profesión, y además la tasa de locura también es el doble que en cualquier otra profesión. iY ellos son los que ayudan a los demás a estar sanos! Es un verdadero lío.

Pero la mente puede limpiarse. Simplemente se trata de comprender que nuestra mentalidad es incapaz de encontrarse con la realidad, porque la realidad es contemporánea y nuestra mentalidad tiene dos mil años. La brecha es grande y la mente fracasa al tratar de encontrarse con la realidad. La mente tiene que ir con la realidad, paso a paso; no debe quedarse atrás.

Y eso sólo es posible si cada individuo tiene su propia mentalidad, su propia individualidad.

Yo soy básicamente un individualista, porque sólo el individuo tiene alma. Ningún grupo puede reivindicar un alma; sólo tienen acuerdos muertos. Sólo el individuo es un fenómeno vivo. Tenemos que ayudar a que el fenómeno vivo sea contemporáneo, a que siga siendo contemporáneo, porque lo que hoy es contemporáneo no lo será mañana; por eso tienes que aprender a fluir con la existencia como un río, a cada momento. Mueres cada momento al pasado y naces cada momento a lo nuevo.

A menos que esa se convierta en tu religión, vas a tener problemas y tu sociedad también los tendrá.

sábado, 4 de octubre de 2014

SER DIFERENTE SER INDIVIDUO

Ese es mi delito por el que me persiguen: yo creo una duda en ti respecto a tu mentalidad. Quiero que entiendas que no es tuya, y tú búsqueda debe ir orientada a encontrar tu propia mentalidad. Estar bajo el impacto de otros implica seguir siendo un esclavo psicológico. Y la vida no está hecha para ser esclavos, sino para saborear la libertad.

La verdad existe, pero con esta mentalidad nunca puedes saberlo, porque la mente está llena de mentiras repetidas siglo tras siglo. Puedes encontrar la verdad cuando dejas esta mentalidad completamente de lado y miras a la existencia con ojos nuevos, como un niño recién nacido; entonces cualquier cosa que experimentes es la verdad. Y si permaneces constantemente alerta para no dejar que nadie impida tu crecimiento interno, llega un momento en el que te sintonizas tanto con la existencia, estás tan unificado con la existencia... Sólo esa experiencia es una experiencia religiosa.

Esta vida es la que yo llamo espiritual.

Quiero que todo el mundo sea religioso, pero no quiero que nadie sea cristiano, hindú, musulmán, porque esas son las barreras que nunca te permitirán ser religioso. Y puedes verlo con claridad: Gautama Buda no es budista, nunca oyó la palabra budismo; Jesucristo no es cristiano, nunca oyó la palabra cristiano y ciertamente no es judío; si no los judíos no le habrían crucificado.

Si los judíos decidieron crucificar a Jesús, eso significa que había abandonado la mentalidad que debía haber tenido durante toda su vida, que estaba diciendo cosas que no eran propias de la mentalidad recibida. Y Jesús lo recuerda constantemente. Dice: «Ha sido dicho por los antiguos profetas» -¿quiénes eran esos antiguos profetas? Todos judíos- “ha sido dicho que la ley es ojo por ojo y diente por diente." Pero yo os digo que si alguien os golpea en una mejilla, poned también la otra.»

Esto no formaba parte de la mentalidad judía. El Dios judío declara: Soy un Dios iracundo, soy muy celoso. Y Jesús dice: «Dios es amor.»

Estoy intentando mostraros que Jesús abandonó la mentalidad judía, y la recompensa que consiguió es la crucifixión. La crucifixión fue la recompensa por abandonar la mentalidad judía. Era peligroso en el sentido de que crearía la duda en la mente de los demás: «Nuestro Dios dice que está enfadado, celoso, que destruirá a los que estén contra él, y Jesús dice que Dios es amor. Está yendo en contra de nuestros intereses creados.»

Fue asesinado, no era judío; tampoco era cristiano porque la palabra «cristiano» no existe en la lengua hebrea, la palabra «Cristo» no existe en hebreo. Le llamaban el mesías, esa es la palabra que equivale a «Cristo». «Cristo» es una palabra griega. Trescientos años después las palabras de Jesús fueron traducidas al griego; el mesías se convirtió en Cristo, y sus seguidores fueron los cristianos.

Lo que os estoy tratando de decir es que Gautama Buda no era hindú. Nació en una familia hindú, pero renunció a ella; renunció a ella el mismo día que comenzó su búsqueda de la verdad. Observa lo simple que es la cuestión: el hindú no tiene que buscar la verdad; ya le viene dada. Le viene dada por la tradición, por la religión, por las escrituras; no tiene que salir a buscarla.

El día que Gautama Buda salió a buscar la verdad dejó atrás la mentalidad hindú. Y por supuesto que no era budista; ese es el nombre que los hindúes dieron más tarde a sus seguidores, para hacer la distinción. Él tenía su propia mentalidad. En este mundo, tener una mentalidad propia es la mayor riqueza posible. Pero ninguna sociedad lo permite; todas las sociedades te mantienen en la pobreza. En tu nombre, cada sociedad, y especialmente los que tienen el poder -económico, político, religioso, científico o cualquier otro- los que tienen el poder, no quieren que la gente tenga su propia mentalidad. Es peligroso para sus intereses. No quieren hombres sino ovejas, no quieren individuos sino multitudes que siempre necesitan ser guiadas, que siempre necesitan que se les diga lo que tienen que hacer y lo que no tienen que hacer, que no tienen mentalidad propia, sus propias comprensiones, su propia consciencia. Siempre son dependientes.

El miedo a que seas diferente, a que seas un extraño, a que seas un marginal, siempre es el mismo, por la simple razón de que la sociedad no tendrá el coraje de aceptarte. Esa sociedad no ha forjado tu mentalidad y no puede confiar en que siempre le obedecerás, en que no pondrás pegas a nada, en que no crearás dudas ni te mostrarás escéptico res¬pecto a nada.

Por ejemplo, en India a la vaca se le rinde culto como madre. Cualquiera que no haya sido educado en la religión hindú será escéptico: «¡Esto no tiene sentido!» Y eso no es todo, algunos hindúes hacen cosas inconcebibles; beben la orina de vaca porque es sagrada, comen excrementos de vaca porque son sagrados.

Y no son sólo los pueblerinos o los que no tienen educación. En el ashram de Mahatma Gandhi había un hombre, un profesor universitario, que vivió durante seis meses únicamente de orina y de excrementos de vaca; no comía nada más, no bebía nada más. Y Mahatma Gandhi le ensalzaba, decía que era un santo.

Los hindúes están enfadados conmigo porque yo no puedo aceptar estas estupideces. ¡Que eso pueda convertir a alguien en santo!.

Simplemente prueba que aquel hombre era idiota! Pero Mahatma Gandhi era un político; tampoco era un santo. Si hubiera sido un santo; habría dicho: «Esto es una tontería. No puedes hacerte santo comiendo excrementos de vaca.» Pero él era el político par excellence, disfrazado de santo.

Diciendo que ese hombre es un santo satisfacía a toda la comunidad hindú; era el único líder de la comunidad hindú. Cualquiera que no haya sido educado en el hinduismo no podrá aceptarlo.

Por eso cualquier desviación de la norma, en cualquier sociedad... Hay mucha gente a la que llamas loca, pero no están locos. Simplemente no están de acuerdo con tu locura; tienen su propia locura privada. Tú tienes una locura colectiva.

Todos los grandes maestros, a lo largo de los siglos, sólo han dicho una única cosa: «Ten tu propia mentalidad y tu propia individualidad. No seas parte de la muchedumbre; no seas una rueda del mecanismo social. Se un individuo, se por ti mismo. Vive la vida con tus propios ojos; escucha la música con tus propios oídos.»

Pero no estamos haciendo nada con nuestros propios oídos, con nuestros propios ojos, con nuestras propias mentes; se nos enseña todo y nosotros lo seguimos.

sábado, 27 de septiembre de 2014

LIBERARSE DE LA MENTALIDAD

La mente está dentro de ti, pero en realidad es una proyección de la sociedad sobre ti. No es tuya.

Ningún niño nace con mente, con una mentalidad. Nace con un cerebro. El cerebro es el mecanismo; la mente es la ideología. El cerebro es alimentado por la sociedad, y cada sociedad crea una mentalidad de acuerdo a sus propios condicionamientos. Por eso hay tantas mentalidades en el mundo. La mentalidad hindú evidentemente está separada de la cristiana, así como están separadas entre otras ideologías o religiones.

Pero en el individuo se crea la falacia de que la mente es suya, y entonces empieza a actuar de acuerdo a la sociedad, siguiendo a la sociedad, pero sintiendo que funciona independientemente. Éste es un dispositivo muy astuto.

Tu mente no es tu mente, esto es algo básico a recordar. Tu mente es un implante de una sociedad en la que has nacido accidentalmente. Si hubieras nacido en un hogar cristiano, pero hubieras sido transferido inmediatamente a una familia musulmana y educado por los musulmanes, no tendrás la misma mentalidad; tendrías una mentalidad muy distinta que no puedes ni concebir.

Bertrand Russell, uno de los genios de nuestro tiempo, trató denodadamente de liberarse de la mentalidad cristiana, no porque fuera cristiana, sino porque le había sido dada por otros. Quería tener su propio punto de vista sobre las cosas. No quería ver las cosas con las gafas de los demás; quería entrar en contacto con la realidad de manera directa inmediata.

Quería tener su propia mentalidad.

La cuestión es ver si tu mentalidad es tuya o te ha sido implantada por otros, porque la mentalidad que otros te implantan no está a tu servicio, sino al servicio de sus intereses.

Tus padres, profesores, sacerdotes, y el sistema educativo te prepara para tener cierta mentalidad, y vives toda tu vida con esa mentalidad. Esa es una vida prestada. Y por eso hay tanta miseria en el mundo: porque nadie vive auténticamente, nadie vive su propio yo; simplemente sigue las ordenes que le han sido implantadas.

Bertrand Russell lo intentó con mucho empeño y escribió un libro: Why I Am Not A Christian. Pero en una carta a un amigo escribió: «Aunque he escrito el libro, aunque creo que no soy cristiano y que he abandonado esa mentalidad, todavía, en el fondo... Un día me pregunté: "¿Quién es el mayor personaje de la historia?" Racionalmente se que es Gautama Buda, pero no podía poner a Gautama Buda por encima de Jesucristo.

»Ese día supe que todos mis esfuerzos habían sido, inútiles. Sigo siendo cristiano. Se racionalmente que Jesucristo no puede ser comparado con Gautama Boda, pero sólo es a nivel racional. Emocionalmente, sentimentalmente, no puedo poner a Gautama Buda por encima de Jesucristo. Jesucristo sigue estando en mi inconsciente, aún afecta mis actitudes, mis planteamientos, mi comportamiento. El mundo cree que ya no soy cristiano, pero yo se... ¡Resulta difícil liberarse de esta mentalidad! La han cultivado con tanta agudeza, con tanto arte.»

Es un largo proceso. No sueles pensar en él. Un hombre vive setenta y cinco años, y durante veinticinco tiene que ir a escuelas, institutos, universidades; dedica un tercio de su vida a cultivar cierta mentalidad; Bertrand Russell fracasó porque no sabía cómo librarse de ella.

Luchaba, pero estaba caminando a tientas en la oscuridad.

Hay métodos de meditación que con absoluta certeza te pueden alejar de la mente y entonces, si lo deseas, es muy fácil dejarla atrás. Pero sin separarse de ella es casi imposible abandonarla, ¿quién va a dejar a quién?

Bertrand Russell luchaba con una mitad de su mente contra otra mitad, y ambas eran cristianas; es imposible. Y ahora ha sido probado científicamente. Una de las contribuciones científicas más importantes es de Delgado. Ha encontrado setecientos centros en el cerebro. Cada uno de ellos es capaz de contener una gran cantidad de información; es como una grabación. Y sus experimentos son muy sorprendentes: toca cierto centro cerebral con un electrodo y el hombre comienza a hablar. Aleja el electrodo y el hombre deja de hablar. Vuelve a poner el electrodo en el mismo centro y el hombre comienza a hablar de nuevo, desde el principio.

Delgado mismo aún no ha descifrado como darle la vuelta a esta especie de grabación, porque el hombre siempre empieza a hablar desde el principio. No importa dónde lo haya dejado, no vuelve a empezar donde lo dejó. Se llegará a descubrir algún proceso mental automático...

Delgado dice: «Antes o después este descubrimiento se convertirá en una bendición para la humanidad o en una maldición.»

Es, fácil implantar un electrodo a cada niño. Tendrás gente muy obediente; no tendrás ningún rebelde, no habrá revolucionarios, pero todo el encanto de la vida desaparecerá. La gente será como simples vegetales, esclavizados científicamente. Y no lo sabrán, porque la unidad de control remoto puede estar en la capital, en manos del Gobierno.

Puede ser útil para protegerse de los criminales, de los asesinos, se puede cambiar a los ladrones, se puede transformar a los violadores; pero también es algo muy peligroso. Cualquiera que esté en el poder puede hacer de todo el país una partida de esclavos. Y no puedes hacer nada parque no lo sabes.

La estrategia para crear un tipo de mentalidad en ti es repetir ciertas cosas continuamente. E incluso si es mentira lo que se repite continuamente, empieza a convertirse en verdad; te olvidas de que en un principio era mentira.

Por ejemplo, la cristiandad, el hinduismo y el islam son tres religiones que repiten a los niños: «Dios existe.» El jainismo, el budismo y el taoísmo son otras tres religiones que dicen: «Dios no existe.» El primer grupo de tres religiones tiene cierta mentalidad. Toda su vida está llena de la idea de Dios, el infierno, el cielo, la oración. El segundo grupo de religiones no tiene oraciones porque no hay nadie a quien rezar, no hay Dios. Y esa misma cuestión no llega a surgir.

Tu mentalidad no es tuya. Y tu mentalidad no es joven; tienes siglos de antigüedad, tres mil años, cinco mil años. Por eso todas las sociedades tienen miedo de que alguien cree una duda sobre sus mentalidades.


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