sábado, 15 de febrero de 2014

EL TERRORISMO (SEGUNDA PARTE)

El hombre es básicamente un cazador; no es vegetariano por naturaleza. En principio se hizo cazador y durante miles de años sólo comía carne, y el canibalismo prevalecía por todas partes. Comerse a los humanos de la tribu enemiga contra la que estaba luchando era perfectamente ético. Todo esto se arrastra en el inconsciente de la humanidad.

Las religiones han impuesto cosas en el ser humano de una manera muy superficial; su inconsciente no está de acuerdo. Todo hombre está en desacuerdo consigo mismo. Por eso, cuando tiene una oportunidad, una buena causa -la libertad, la democracia, el socialismo- cualquier palabra hermosa puede convertirse en el paraguas que esconda su horrible inconsciente, que simplemente quiere destruir y disfruta de la destrucción.

Ahora la guerra mundial se ha hecho casi imposible; si fuera posible, no habría terrorismo. Ya ha pasado suficiente tiempo desde la Segunda Guerra Mundial; la tercera guerra mundial debería haber ocurrido hacia 1960 y 1990. Pero no ha ocurrido. Y esta ha sido la rutina prevaleciente durante toda la historia, el hombre está programado para ella.

El terrorismo va a ir cada vez a más, porque la tercera guerra mundial es casi imposible; Y los estúpidos políticos no tienen otra alternativa. El terrorismo simplemente significa que lo que se ha estado haciendo a escala social ahora debe hacerse a escala individual. Irá en aumento. Sólo puede impedirse si cambiamos la base misma de la comprensión humana, lo que es una tarea hercúlea; y aún no es más porque la misma gente que quieres cambiar luchará contra ti. No te permitirán que les cambies fácilmente.

De hecho, les encanta el derramamiento de sangre, aunque no tienen el valor de admitirlo.

Hasta que cambiemos el fundamento básico de la humanidad, el terrorismo se va a convertir en un asunto cada vez más normal. Alguien aparecerá de repente y te disparará, no porque le hayas hecho nada, sino porque ha regresado el cazador.

El cazador se sentía satisfecho en la guerra. Actualmente la guerra se ha detenido y quizá ya no tenga ninguna posibilidad.

El cazador ha vuelto; ahora no podemos luchar colectivamente.

Cada individuo tiene que hacer algo para aliviar su propia presión.

Las cosas están interconectadas. Lo primero que hay que cambiar es que el hombre debería ser más gozoso; es algo que todas las religiones han matado. No se atrapa a los verdaderos criminales, los terroristas y demás criminales en realidad son las víctimas.

Los verdaderos criminales son las religiones, porque han destruido todas las posibilidades de alegría. Han destruido la posibilidad de disfrutar de las cosas pequeñas de la vida; han condenado todo lo que te proporciona la naturaleza para hacerte feliz, para hacer que te sientas animado, placentero.

Se lo han llevado todo; y si no han sido capaces de llevarse algunas cosas porque están profundamente enraizadas en tu cuerpo, como el sexo, al menos han sido capaces de envenenarlo.

En mi opinión, Friedrich Nietzsche es uno de los grandes videntes del mundo occidental; sus ojos realmente penetran hasta la raíz del problema. Pero como los demás no podían verlo -sus ojos no eran tan penetrantes ni su inteligencia tan aguda-, el hombre vivió solo, abandonado, aislado, sin amor, sin respeto.

Él dice en una de sus declaraciones que el hombre ha sido adiestrado por las religiones para condenar el sexo, para renunciar al sexo. La religión no ha podido controlarlo; y el hombre lo ha intentado duramente pero ha fracasado, porque está profundamente enraizado en su biología; es lo que constituye su cuerpo. Nace del sexo, ¿cómo podría librarse de él si no es cometiendo un suicidio?

Por eso el hombre lo ha intentado y las religiones le han ayudado a liberarse de él: se han usado miles de disciplinas y estrategias. El resultado final es que el sexo sigue allí, pero envenenado. La palabra «envenenado» es una comprensión tremenda. Las religiones no han sido capaces de apartarlo, pero sí que han logrado envenenarlo.

Y la situación es muy parecida en otros aspectos: las religiones condenan que vivas con comodidad. Ahora bien, un hombre que vive en la comodidad y rodeado de lujo no puede convertirse en un terrorista. Las religiones han condenado la riqueza y han alabado la pobreza; pero un hombre rico no puede ser un terrorista. Sólo los «benditos» pobres pueden ser terroristas: no tienen nada que perder y están hirviendo contra la sociedad porque los demás tienen cosas que ellos no poseen.

El terrorismo no está en las bombas, ni en tus manos; el terrorismo está en tu inconsciente.

Si no se limpia, tal estado de cosas sólo va a empeorar. Parece que hay mucha gente ciega que tiene armas a mano y las está usando a discreción.

La tercera guerra mundial habría liberado a la gente durante diez o quince años. Pero la tercera guerra mundial no puede tener lugar porque si tiene lugar no aliviará a la población, sino que la destruirá.

Así pues la violencia individual irá en aumento; está aumentando. Todos vuestros Gobiernos y todas vuestras religiones seguirán perpetuando las antiguas estrategias sin comprender que la situación es nueva.

La nueva situación es que cada ser humano necesita hacer terapia, necesita comprender sus intenciones inconscientes, necesita meditar para poder calmarse, tranquilizarse; y mirar al mundo desde una nueva perspectiva, de silencio.

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