sábado, 24 de mayo de 2014

LA AVARICIA

El hombre se siente pleno si está en sintonía con el Universo; si no está en armonía con el Universo está vacío, totalmente vacío. Y de ese vacío procede la avaricia.

Basta con entender la naturaleza de la avaricia. No tienes que hacer nada más para librarte de ella; la comprensión misma aclarará todo el lío.

La avaricia, intenta llenarlo: con dinero, con casas, con muebles, con amigos, con amantes, con cualquier cosa, porque uno no puede vivir como vacío. Es horrible, es una vida fantasmal. Si estás vacío y no tienes nada dentro de ti, te será imposible vivir.

Para sentir que tienes mucho dentro de ti, sólo hay dos caminos: o te pones en armonía con todo el Universo... Entonces te llenas de la totalidad, de todas las flores y estrellas. Están tanto dentro de ti como fuera. Esa es una plenitud real. Pero si no haces eso, y hay millones de personas que no lo hacen, entonces lo más fácil es llenar el vacío con cualquier trasto del mundo exterior.

La avaricia simplemente significa que estás sintiendo un profundo vacío y quieres llenarlo con cualquier cosa que puedas, sea lo que sea. Una vez que la entiendes, no te queda nada que hacer con la avaricia. Tienes que hacer algo para entrar en comunicación con la totalidad de manera que desaparezca el vacío interno. Y cuando desaparece, también desaparece toda avaricia. Eso no significa que empieces a vivir desnudo; simplemente significa que no dedicas la vida a coleccionar cosas. Cuando necesitas algo, puedes obtenerlo.

Pero hay gente loca en todo el mundo que se dedica a reunir... Unos reúnen dinero aunque nunca lo usen. Las cosas tienen que tener utilidad; si no tienen utilidad es que no son necesarias.
Esto puede ir en cualquier sentido: la gente come; no tienen hambre, pero sigue comiendo. Saben que eso les va a crear sufrimiento, se pondrán enfermos, pero no pueden evitarlo. Esta forma de comer también es un proceso de llenarse.

Por eso puede haber muchas formas y muchos caminos para llenar el vacío, pero nunca se llena: permanece vacío, y tú te sientes desgraciado porque nunca es suficiente. Hace falta más, y esa demanda de más nunca tiene fin.

No considero la avaricia como un deseo, es una enfermedad existencial. No estás en sintonía con la totalidad, y sólo esa sintonía con la totalidad puede darte la salud. Esa sintonía con la totalidad puede hacerte sagrado.

Es extraño que (en inglés) las palabras health (salud) y holy (sagrado), ambas provengan de wholeness (totalidad). Cuando te sientes uno con la totalidad, toda avaricia desaparece. Por lo demás..., ¿qué han estado haciendo las religiones? Han malinterpretado la avaricia como deseo, por eso tratan de reprimirla: «No seas avaro.» Entonces uno se va al otro extremo, a la renuncia. Un tipo de persona, la persona avara, reúne; y la persona que quiere librarse de la avaricia comienza a renunciar. En la renuncia, tampoco hay final.

Pero cuando consideras que la avaricia es un deseo y te opones a ella de manera testaruda, entonces todo se convierte en una posesión.

Para mí, la avaricia no es un deseo en absoluto. Por eso no tienes que hacer nada al respecto.

Tienes que entender el vacío que estás tratando de llenar, y preguntarte: «¿Por qué estoy vacío?» Toda la existencia está tan llena, ¿por qué estoy yo tan vacío? Quizá haya perdido la pista, quizá ya no esté moviéndome en la misma dirección que ella, ya no soy existencial. Esa es la causa de mi vacío.»

Por tanto, se existencial.

Abandónate y acércate a la existencia en silencio y en paz, en meditación, y un día verás que estás tan lleno -más que lleno, rebosas- de alegría, de dicha, de bendición. Tienes tanto que puedes dárselo a todo el mundo y no se agota.

Ese día, por primera vez, no sentirás ninguna avaricia: de dinero, de alimento, de objetos, de nada. Vivirás naturalmente y encontrarás todo lo que necesites. Y vivirás, no estarás siempre con una avaricia constante e imposible de satisfacer, con una herida que no se puede curar.

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