sábado, 11 de octubre de 2014

FILOSOFIA Y PHILOSIA

Occidente nunca ha creído en la idea de iluminación. Va en contra de la sociedad, en contra de la religión; nunca se han preocupado por ella.

Las desviaciones son peligrosas para las sociedades podridas. En Occidente -donde nunca he existido la idea de iluminación- aún es más así, porque iluminación simplemente significa ir más allá de la mente. Si vas más allá de la mente serás tú mismo.

Puedes pensar sobre la verdad, ¡eso está permitido! Por eso, en Occidente, la filosofía se ha desarrollado hasta grandes alturas y profundidades. Pero siempre se trata de pensar en la verdad. Es como si los locos pensaran en la salud, como si los ciegos pensaran en la luz...; pueden crear grandes sistemas de pensamiento sobre qué es la luz, pero no se parecerán en nada a la luz. Para ver la luz tienes que usar los ojos.

No puedes pensar sobre la verdad porque lo que piensa es tu mente, que está llena de mentiras, nada más que mentiras. ¿Cómo vas a pensar en la verdad? La verdad sólo puede ser hallada cuando has dejado la mente a un lado.

En Oriente decimos que verdad es la experiencia que tiene lugar en el estado no mental, en el estado más allá de la mente. Pero en Occidente esta misma idea no ha existido. Y esto te dejará una cosa clara: la filosofía es occidental. En Oriente no hay nada que se le parezca.

Es muy extraño: Oriente es mucho más antiguo, su cultura tiene al menos diez mil años, pero no tiene nada parecido a la filosofía. La llamada filosofía oriental tiene un nombre equivocado. En Oriente se le llama darshan; darshan significa «ver.» No tiene nada que ver con pensar. La misma palabra darshan significa «ver.»

Yo tuve que acuñar mi propia palabra para ello: le llamé philosia, como opuesto a filosofía, porque filosofía significa «el amor al pensar».

Y philosia significa «el amor a ver.» Filosofía significa «el amor a pensar, pero ¿qué puedes pensar? Se ha creado un sustituto, un juguete, para evitar que los individuos vayan más allá de la mente y se vuelvan peligrosos para la sociedad. Eso es la filosofía.

Ningún filósofo llega a experimentar nada. Ningún filósofo se ilumina o llega a despertar; permanece en el mismo terreno que tú, es tan inconsciente como tú.

Darshan -philosia- es un planteamiento totalmente diferente. El planteamiento es observar la mente, no pensar sino simplemente convertirse en un observador de la mente y crear distancia entre tú y tus pensamientos. Al verlos como si estuvieras en lo alto de una colina y todo el tráfico mental ocurriera abajo, en el valle, llega un momento en que los pensamientos comienzan a desaparecer porque su vida reside en la identificación con ellos. Son parásitos; te chupan la sangre.

Si estás lejos y no los alimentas, tus pensamientos empiezan a encogerse y a morir. Y cuando no quedan pensamientos a tu alrededor, sino un inmenso silencio, una tremenda nada, sólo un observador sin nada que observar..., en ese momento te liberas de los grilletes de la mente. Y es el momento del comienzo de una nueva vida.

Pero puede que a la gente le parezcas un loco, porque a partir de ese momento tu comportamiento será diferente.

Desde ese momento serás original; ya no puedes ser parte de la multitud. La gente pensará que te has equivocado en algo. Es extraño, ¡son ellos los que se equivocan! Pero no es tan extraño: si te presentas en una sociedad de ciegos con los ojos abiertos, nadie va a creer que tienes ojos. Debes estar teniendo algún tipo de ilusión o alucinación, los ojos no existen. Nadie los tiene, ¿cómo vas a tenerlos tú?

La persona iluminada en Occidente será condenada por loca.

La gente loca de Occidente está loca porque ha creado tanta tensión, ansiedad y angustia, y se les has dado una mentalidad tan podrida que no pueden funcionar. Cuando la mente colapsa, la persona cae por debajo de la mente; de ahí que el psicoanálisis sea un fenómeno occidental. En Oriente no hay nada que se parezca al psicoanálisis.

En Oriente hemos intentado despertar, no entrar en crisis. El despertar te lleva más allá de la mente mientras que la crisis simplemente te deja en un nivel subhumano. Pero la sociedad también es responsable de ello. Incita excesivamente tu ambición y no la puede satisfacer. Incita en ti demasiados deseos -de dinero, de poder- que no puede satisfacer. Sólo te enseña a ir ascendiendo por la escala de poder, cada vez más alto, y te dice que vayas rápido porque sólo tienes una breve vida y ¡tienes tanto que hacer! No queda tiempo para vivir, no queda tiempo para amar, no queda tiempo para alegrarse.

La gente va posponiendo todo lo que es significativo. Mañana se reirán; hoy tienen que ganar dinero..., más dinero, más poder, más cosas, más artilugios. Ya amarán mañana, hoy no tienen tiempo. Pero mañana nunca llega, y un día se encuentran cargados de todo tipo de cosas, cargados de dinero. Han llegado a la cima y ya no queda ningún lugar donde ir, excepto saltar a un lago.

Y ni siquiera pueden decir a los demás: «No os molestéis en venir aquí, no hay nada», porque eso les haría parecer estúpidos. Te conviertes en el presidente del país y dices: «Aquí no hay nada, no os molestéis. Esta es una escalera que no lleva a ninguna parte»; te sentirías muy estúpido.

Por eso siguen aparentando que han logrado algo, que han encontrado lo que buscaban; y en lo profundo están vacíos, no encuentran sentido a su situación, han desperdiciado toda su vida. Si la gente entra en crisis bajo tanta presión, la sociedad es la responsable: la sociedad vuelve loca a la gente.

En Oriente no encontrarás gente tan loca, gente que se suicide; y Oriente es pobre, tan pobre que la gente no tiene garantizada ni una comida diaria. Lógicamente debería haber más gente que se suicidase, más gente que se volviese loca. Pero no, ni se vuelven locos, ni se suicidan. Parecen disfrutar de cierta alegría porque la ambición no es parte de la mentalidad que les transmite la sociedad; su sociedad también les hace ambiciosos, pero no de este mundo, sino del otro. Este mundo está condenado.

Intenta entender... su sociedad también les hace ambiciosos: ambición de alcanzar el paraíso, de conocer a Dios, pero esa ambición va en contra de las ambiciones mundanas. «¡Renuncia al mundo! Aquí no hay nada más que sombras; es ilusorio.» Han pensado que es ilusorio duran¬te miles de años, que no merece la pena preocuparse por él, ¿por qué no buscar lo real? Entonces no se vuelven locos.

Están en medio de la pobreza total, de la enfermedad, de la muerte..., pero no los verás ansiosos ni tensos, y no necesitan psicoterapia.

La psicoterapia es absolutamente occidental; es una necesidad de la mente occidental. En primer lugar la mente occidental crea todo tipo de deseos y ambiciones que tarde o temprano producirán una crisis; entonces viene la psicoterapia. Ahora mismo es la profesión mejor pagada, pero lo extraño es que entre los psicoterapeutas se cometen más suicidios que en cualquier otra profesión, el doble que en cualquier otra profesión, y además la tasa de locura también es el doble que en cualquier otra profesión. iY ellos son los que ayudan a los demás a estar sanos! Es un verdadero lío.

Pero la mente puede limpiarse. Simplemente se trata de comprender que nuestra mentalidad es incapaz de encontrarse con la realidad, porque la realidad es contemporánea y nuestra mentalidad tiene dos mil años. La brecha es grande y la mente fracasa al tratar de encontrarse con la realidad. La mente tiene que ir con la realidad, paso a paso; no debe quedarse atrás.

Y eso sólo es posible si cada individuo tiene su propia mentalidad, su propia individualidad.

Yo soy básicamente un individualista, porque sólo el individuo tiene alma. Ningún grupo puede reivindicar un alma; sólo tienen acuerdos muertos. Sólo el individuo es un fenómeno vivo. Tenemos que ayudar a que el fenómeno vivo sea contemporáneo, a que siga siendo contemporáneo, porque lo que hoy es contemporáneo no lo será mañana; por eso tienes que aprender a fluir con la existencia como un río, a cada momento. Mueres cada momento al pasado y naces cada momento a lo nuevo.

A menos que esa se convierta en tu religión, vas a tener problemas y tu sociedad también los tendrá.

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