sábado, 18 de octubre de 2014

LA REPRESIÓN DEL SEXO

Alrededor de seiscientos libros llevan mi nombre. Yo no he escrito nada, son recopilaciones de mis charlas. De todos ellos sólo hay uno oficialmente sobre sexo y ni siquiera ese libro trata exactamente de sexo; trata básicamente sobre cómo trascender el sexo, de cómo llevar la energía sexual a un estado sublimado, porque es nuestra energía básica.

Puede producir vida... Esa es una de las cosas que sabemos de ella, pero en eso toman parte hasta los animales. Y los científicos dicen que incluso los árboles tienen su propia sexualidad, toda la existencia muestra algún tipo de energía sexual. Sólo el hombre tiene el privilegio de poder cambiar el carácter y la cualidad de su energía sexual.

El nombre del libro es From Sex to Superconsciousness,, pero nadie habla de la superconsciencia. El libro es sobre la superconsciencia, el sexo sólo es el principio, el lugar donde está todo el mundo. Existen métodos que permiten impulsar la energía hacia arriba, y en Oriente, durante al menos diez mil años, se ha desarrollado una ciencia especial que lo estudia, el Tantra. En Occidente no existe ningún paralelo de esta ciencia.

Durante diez mil años la gente ha experimentado con la conversión de la energía sexual en espiritualidad, con la conversión de la sexualidad en espiritualidad. El método está probado más allá de toda duda, miles de personas han sido transformadas. El Tantra es una ciencia que antes o después será aceptada en todo el mundo, porque la gente sufre todo tipo de perversiones. Por eso siguen preguntando sobre sexo como si ese fuera mi trabajo, como si estuviera hablando de sexo las veinticuatro horas del día. El problema está en su sexualidad reprimida.

Un gran poeta, Heinrich Heine, una vez se perdió en el bosque. Tardó tres días en encontrar el camino de salida. Estaba hambriento, cansado, se pasaba toda la noche subido a los árboles y preocupado por los animales salvajes, y por el día iba dando tumbos, intentando encontrar algún ser humano... Durante tres días no pudo encontrar a nadie que le mostrara el camino. La tercera noche era una noche de luna llena. Estaba sentado en un árbol, totalmente exhausto. Miró a la luna, y de repente se echó a reír.

Se reía porque había escrito muchos poemas sobre la luna y también había leído muchos poemas sobre el mismo tema.

La luna es un fenómeno tan romántico que ningún poeta de renombre puede prescindir de ella, ningún pintor de renombre puede prescindir de ella. Su impacto es profundo, su belleza enorme. ¿Entonces por qué se reía? Se reía porque cuando miró hacia la luna no vio todas las cosas románticas de las que hablaba en sus poemas; vio una rebanada de pan redonda, flotando en el cielo.

Y dijo: «¡Dios mío! ¿Qué me ha ocurrido?» Después de tres días de cansancio y de hambre, eso era lo natural, pero quizá su experiencia fue única: ¡Nadie más ha visto una rebanada de pan flotando en el cielo! Se rió de sí mismo y por primera vez comprendió que lo que había estado diciendo sobre la luna no tenía nada que ver con la luna; tenía que ver con él mismo.

Por eso la gente que habla de sexo y me condena no entiende que es su propia represión. El sexo se ha reprimido tradicionalmente en todo el mundo. Naturalmente surgirá de una forma u otra. No puedes evitarlo.

Si reprimes algo en el ser humano surgirá por algún otro lado, de una forma o de otra.

Esta represión del sexo por parte de todas las religiones ha ayudado a que la literatura pornográfica del mundo sea la más leída.

La mayoría de internos en las cárceles tienen la Biblia, y vi alguna vez que alguno de ellos colocaba ritualmente cada mañana y cada tarde la Biblia sobre la cama, ponía su cabeza sobre la Biblia, y rezaba. Parecía muy piadoso.

Yo le pregunté: «Esto es precioso, lo que haces es muy bueno, ¿pero por qué tienes fotografías de mujeres desnudas por toda la habitación? ¿Y no tienes ni una fotografía de Jesucristo?»

Se quedó conmocionado y me dijo: «Nunca lo había pensado. Soy un cristiano devoto, un fundamentalista.»

Yo le dije: «Debes de ser un fundamentalista; si no, ¿cómo se explican las fotos? Para que existan esas fotos es absolutamente necesario un fundamentalista cristiano. ¡No te preocupes! No son cosas contradictorias, son complementarias. Se trata de una conspiración entre las iglesias y la gente que está explotando tu mente.»

Todo mi esfuerzo ha ido dirigido a que el sexo sea un fenómeno natural y aceptado para que no haya represión; entonces no necesitarías la pornografía, no habría represión y no soñarías con el sexo. La energía puede ser transformada. Hay métodos válidos y accesibles por medio de los cuales la misma energía que aporta nueva vida al mundo puede aportarte nueva vida a ti. Ese era el tema del libro. Pero a nadie le importaba el tema y a nadie le importaba tampoco por qué hablaba de él. La palabra «sexo» estaba en el título y eso era suficiente.

En Khajuraho, un templo indio, el templo más famoso del mundo... hay treinta templos; quizá se tardaron miles de años en construirlos. Como esculturas son las mejores, no se puede crear nada mejor. Pero se puede observar, en dicho templo, algunas posturas sexuales tan absurdas que no te lo puedes ni imaginar...

Allí están absolutamente todos los tipos de posturas que el hombre -sano o enfermo- se ha podido imaginar. ¿Pero por qué ocurrió esto? ¡Y esta gente debe haber trabajado duro! Reprime cualquier cosa y alcanzará proporciones perversas.

Actualmente conocemos la homosexualidad, el lesbianismo, la sodomía, y todo tipo de perversiones distintas, y nadie piensa nunca en quién es el responsable. Los animales salvajes nunca son homosexuales, pero en un zoo, cuando no hay hembras disponibles, se vuelven homosexuales. Eso nos da una pista. Parece que hemos hecho de nuestra sociedad un zoo, no un fenómeno natural. Hemos reprimido tanto el sexo que ahora asume formas extrañas.

Por ejemplo, la homosexualidad debe haber nacido en los monasterios, por eso digo que es una cosa religiosa. En los monasterios los hombres están separados; no hay mujeres disponibles. En los conventos de monjas las mujeres están separadas; no hay hombres disponibles. En Athos, Grecia, hay un monasterio que tiene mil años: puedes entrar en él, pero no puedes salir vivo de él. Renuncias al mundo para siempre.

Si entras en ese monasterio, el mundo se acabó. En él no se admite ni siquiera a una niña de seis meses de vida, ni animales que sean hembras. Y a veces me pregunto: ¿Son monjes los que viven dentro del monasterio o son monstruos? No se permite la entrada ni a una niña de seis meses; ninguna mujer de ninguna edad ha entrado allí jamás, ni viva ni muerta.

Ahora bien, se está forzando a la gente... Estas personas se vuelven homosexuales. Sigues predicando que los monjes deben ser célibes, que las monjas deben ser célibes, y paradójicamente algunos de ellos están leyendo o pensando en la literatura pornográfica.

Estamos viviendo en una sociedad muy enferma, que podría haber sido muy sana y puede sanar inmediatamente... sólo es cuestión de entender.

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