sábado, 13 de diciembre de 2014

LOS DERECHOS HUMANOS (PARTE I)

En la introducción de esta declaración se dice: “Estamos decididos a eliminar toda forma de intolerancia o discriminación basada en la religión o creencia”. Esto no es cierto en ningún país. Las religiones luchan constantemente y si el gobierno está compuesto de fanáticos religiosos, la minoría es aplastada y destruida por todos los medios posibles. Es un buen deseo, pero la gente que lo desea está completamente equivocada.

En la convención en la cual la ONU proclamó estos Derechos Fundamentales, la Unión Soviética estaba ausente, así como otros ocho países comunistas. EE.UU estaba presente. La Declaración fue adoptada por unanimidad –todos a favor, nadie en contra-. Lo menciono porque el hacer esta declaración fue básicamente una iniciativa de EE.UU. Y éste es el primer país que va en contra de cada derecho humano.

En la década de los 60 EE.UU financió doscientos millones de dólares a los terroristas en Nicaragua, para destruir a un pequeño país que, como Cuba, se hizo comunista, América lo ha inundado de terroristas; miles de millones de dólares son vertidos continuamente, para apoyar a los terroristas con armas y con todo. Y esta Declaración dice que todos los Países son soberanos y ninguno debería interferir en la vida de otro, en su religión –eso es asunto suyo-, en cómo quieren vivir, en qué quieren creer o no creer. No es asunto de nadie más. Si en algún pequeño país la gente ha aceptado como estilo de vida y estructura social el comunismo, ¿quiénes son los EE.UU? ¿Y qué derecho tienen?

Nicaragua apeló al Tribunal Mundial; y el Tribunal Mundial aunque lleno de jueces americanos, le dijo a EE.UU: “Vuestra acción está en contra de la Declaración de los Derechos Humanos. Es criminal”. Ronald Reagan simplemente lo ignoró. Dijo: “No nos importa el Tribunal Mundial, ni sus declaraciones”.

Ahora bien, ésta es la gente que hizo la Declaración. Crearon este Tribunal para decidir en situaciones en las que surgiera algún conflicto, pero esta gente no está dispuesta a escuchar. ¿Ves a los políticos detrás de todo esto? El Tribunal Mundial, la Declaración, todo son fachadas para esconder las cosas. Si algún país pequeño hiciera lo mismo, se le daría la razón al Tribunal, y EE.UU actuaría a su favor para destruir a ese país por estar cometiendo un acto criminal. Pero al ser EE.UU quien comete esta acción criminal, puede simplemente decir: “No nos importa el Tribunal Mundial”.

¿Y qué puede hacer este Tribunal? No tiene ejércitos, no tiene poder. Tiene todo el poder que le ha sido dado a los políticos; pero si los mismos políticos ignoran la ley que ellos han hecho, ¿qué puede hacer el Tribunal?

Y la ONU guarda silencio. Su Tribunal ha sido insultado. Si la gente de la ONU tuviese alguna dignidad, debería disolverla y disolver el Tribunal Mundial, porque, ¿qué sentido tiene? Hoy lo hace EE.UU; otros países lo harán mañana.

En el Artículo 1 se dice: Todos los seres humanos nacen libres.

Esto es una absoluta tontería.

Si todos los seres humanos nacen libres, deja a un niño en libertad: morirá en veinticuatro horas. El hijo del hombre es la criatura más desamparada del mundo. ¿Qué libertad puede tener? No puede caminar, no puede hablar, no puede volar...

De hecho, un científico tuvo la idea –y yo siento alguna simpatía por ella- de que el niño nace más temprano de lo que debería. Necesita por lo menos, nueve meses más en el vientre de la madre, porque no está completo; está creciendo. Mira las crías de los animales. Nacen y empiezan a caminar y a buscar comida; son más independientes y completas. Al niño le es imposible sobrevivir sin el sostén de la madre, del padre, de la familia u otros seres humanos.

¿Qué es lo que te digo, la parte más sibilina de la mentalidad de los políticos es proporcionarte la idea de que no necesitas libertad. “No pidas libertad. Naces libre, todos los seres humanos nacen libres”.

Todos los seres humanos nacen totalmente desamparados y dependientes. Liberarse les puede llevar años. E incluso millones de personas nunca llegan a ser libres. Esta Declaración dice que nacen libres. Yo digo, millones de personas mueren... y aún entonces no son libres. Y tú lo sabes por tu vida: no eres libre.

El marido está presente, la esposa no es libre. La esposa está presente, el marido no es libre. He visto maridos y mujeres caminando por la calle, ¡el marido ni siquiera es libre de mirar aquí o allá! Mira hacia delante como un monje budista, sólo algunos centímetros delante de él. Y su mujer está mirándole de reojo, ¿dónde está él?... ¿qué clase de libertad es ésta? En el momento en que el marido llega a casa, la primera pregunta es: “¿Dónde has estado?” –y eres un hombre libre-. “¿por qué llegas tarde?”.

Y este artículo primero dice: “Todos los seres humanos nacen libres”.

Estas son las estrategias para hipnotizar y condicionar a la Humanidad. Te han dado la idea de que naces libre, así que no hay necesidad de luchar por la libertad, no hay necesidad de crear una revolución interna que te haga realmente libre; libre de todo, libre del cuerpo... porque el cuerpo es una esclavitud.

Oriente es más verás. Dice que naces esclavo, no que naces libre. Tu cuerpo es una prisión, tu cuerpo y tu cerebro son prisiones. Tu conciencia está confinada en un espacio muy pequeño. Y es capaz de expandirse por todo el universo. Como no conoces tu potencial, crees que no eres más que eso.

Para mí estos son los criminales –criminales mayores que los que van a la horca- porque están engañando a toda la Humanidad. Pero el engaño es muy sagaz: “Tú naces libre”. Naturalmente tu libertad no es algo que deba crearse, merecerse, ganarse, algo de lo que tengas que ser digno: ¡Tú ya eres libre! Todo el mundo, todas las religiones, creen que tienes alma, que vienes con un alma. La voz de George Gurdieff es la única en toda la Historia que dice que ningún hombre nace con alma. Que el lugar del alma está vacío. Hay una posibilidad; puedes trabajar, crear el alma, pero no naces con ella.

Yo sé, y Gurdieff sabe, que naces con alma, pero la idea de que naces con alma no ha servido de ayuda. Ha adormecido más al hombre. Nacemos con un alma. Dios está en ti, el reino de Dios está en ti, así que, ¿qué te queda por hacer? Trabajas con ahínco para obtener las cosas que no están en ti –dinero, poder, respetabilidad- porque nadie dice, “Todo niño nace con dinero, con poder político, con respetabilidad”. Nadie dirá eso. Esas cosas hay que ganárselas.

La libertad, la conciencia, Dios... llámalo como quieras, tiene que ser descubierto. Está escondido, dormido. Tienes que convertirlo en algo totalmente dinámico, tienes que hacerlo madurar totalmente. Deberá convertirse en flores y frutos. Pero decirle a la gente: “Has nacido libre e igual en dignidad y derechos...”. Los políticos pueden seguir mintiendo tranquilamente con palabras tan hermosas... destruyendo esas palabras.

Nadie es igual.

Esta es una verdad psicológica.

Ni los cuerpos, ni las mentes, ni los talentos... Entre los genios, no hay ninguno igual. Un Sigmund Freud es un Sigmund Freud, un Bertrand Russell es un Bertrand Russell, un D. H. Lawrence es un D. H. Lawrence. No hay siquiera otro D. H. Lawrence, ni nunca lo habrá.

Cada individuo es único.

Esta idea de igualdad es muy fea, pero se ha vuelto casi la religión del hombre contemporáneo: igualdad.

Yo te digo que es la idea más destructiva que ha penetrado en la mente humana. ¡Hay que recordarte tu ser único!

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