sábado, 20 de diciembre de 2014

LOS DERECHOS HUMANOS (PARTE II)

El Artículo II dice: Todo el mundo es libre de ejercer los derechos y libertades establecidos en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, lengua, religión, opiniones políticas o de otra clase, origen social o nacional, propiedad, nacimiento u otros estados.

Esto son tonterías.

En todas partes hay discriminación... de diferentes formas, en diferentes países, pero la discriminación está ahí.

La Humanidad necesita rebelarse contra los que se dicen humanitarios. Ellos creen que están haciendo un gran servicio.

Por ejemplo, en la India y en muchas partes del mundo, por la misma cantidad de trabajo, a la mujer se le paga menos. Y en esta Declaración se dice que a igual cantidad de trabajo, igual remuneración, se trate de hombre o mujer, blanco o negro; no importa. Pero no es verdad.

Los gobiernos siguen haciendo toda clase de cosas ilegales, toda clase de cosas en contra de los derechos humanos. Y los representantes de los gobiernos hacen esa Declaración sin ninguna vergüenza. Quizá sin sentir siquiera lo que están haciendo. Mienten descaradamente, ¡blancas mentiras!

El Artículo III dice: Todos tienen derecho a la vida, la libertad y la seguridad personal.

Pero la muerte no está incluida; y es importante. Porque el nacer no está en tus manos; sin tu consentimiento, naces. Sólo queda la muerte. Tienes la elección: morir sin tu consentimiento o morir con la dignidad de un ser humano, con tu propio consentimiento, sin darle la oportunidad a la muerte. Yéndote tú mismo cuando has vivido.

Y es que incluir la muerte les preocupa. Entonces todas las religiones y todos los partidos políticos crearían problemas. Todo ha de ser consolador. Vida, pero ¿qué clase de vida?

Varios países que pertenecen al Mercado Común Europeo habían acumulado montañas de mantequilla y otros alimentos. La gente, en Etiopía, se estaba muriendo –mil personas por día- y ellos tenían excedentes. No se los dieron. Los excedentes han de ser arrojados al océano. Aunque para hacerlo se malgasten dos billones de dólares. Y no era el valor de la comida; era simplemente el costo del trabajo de llevarlo y arrojarlo al océano. Lo están haciendo cada seis meses, porque cada seis meses hay excedentes, y se necesitan más almacenes. ¿Y qué van a hacer con ello? Nuevas cosechas siguen llegando. Pero no las darán a Etiopía.

En la India el cincuenta por ciento de la gente vive por debajo del nivel médico de nutrición y otro veinticinco por ciento de la gente en los pueblos come sólo una vez al día; y cuando digo come, no pienses en el Hotel Taj Mahal. Se trata sólo de pan, sal, un poco de salsa de mangos y otras frutas..., eso es todo. No es comida.

A menos que el mundo sea uno, no seremos capaces de darles suficiente alimento a todos.

¿Y qué significa decir que tienes derecho a la vida? Porque la gente está ahí, la gente está muriéndose, la gente se ha muerto. EE.UU está haciendo lo mismo, la Rusia de Stalin hacía lo mismo. No es algo que suceda sólo en Europa. EE.UU arroja cada tres meses sus excedentes, por valor de millones de dólares. Rusia, en tiempos de Stalin, estuvo utilizando trigo en lugar de carbón para sus trenes. Porque el trigo es barato, hay excedentes y el carbón es costoso y difícil de obtener.

La gente se está muriendo; eso no es importante.

La gente se está muriendo de hambre; eso no es importante.

El Artículo XVIII dice: Todo el mundo tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia, y la libertad, ya sea solo o en comunidad, en público o en privado, de manifestar éstas en la enseñanza, en la práctica, el culto y la observancia.

“Libertad de pensamiento y expresión”. Nunca he hecho otra cosa que expresar mis pensamientos. Si eso es un derecho humano, ningún gobierno tiene nada contra mí. No soy activo políticamente, no estoy interesado en ningún poder. Tan sólo, digo lo que veo de manera más clara que todos esos políticos ciegos.

¿De qué tiene miedo?

Precisamente el Papa convocó a una Conferencia Mundial de Religiones. Todos los principales sacerdotes y líderes de otras religiones han sido llamados. Mis sannyasins en Italia me han escrito: “Estamos insistiendo ante el Papa; su secretario está muy interesado en ti y desea extenderte una invitación, pero el Papa está en contra”. De hecho, durante ocho meses el gobierno italiano ha estado pensando en si me otorgaba un visado de turista por tres semanas o no. El Papa ha sido el causante de toda esta demora.

Y esta gente sigue diciendo: “Amamos la libertad de pensamiento, la libertad de expresión. Nadie ama la libertad de pensamiento. Tiene que ir a tu favor; entonces la amas.

“Libertad de expresión...”. El Papa ha puesto mis libros en la lista negra, ningún católico debe leerlos. Tienen una lista negra. En la Edad Media, cuando un libro aparecía en ella, era quemado en toda Europa. Ahora no pueden hacerlo, pero sí pueden hacer esto: que ningún católico los lea. Y los católicos no son una pequeña minoría: setecientos millones de personas; un mundo en sí mismo. Impedirles que los lean, simplemente significa que se ha aceptado la derrota; significa que no se tiene ninguna respuesta. Entonces, ¿por qué toda esta insensatez acerca de la Declaración de los Derechos Humanos?

El Artículo XIX dice: Todos tienen el derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye la libertad de mantener opiniones sin que sea objeto de intromisiones, y de buscar, recibir e impartir información e ideas mediante cualquier medio de comunicación, prescindiendo de fronteras.

Esto no es cierto. El Parlamento de la India ha iniciado a la gente y a los periodistas indios a que no le concedan ningún espacio a mis ideas. El gobierno americano ha presionado al gobierno indio para que no permita a ningún periodista occidental hacerme una entrevista.

El gobierno americano ha estado haciendo dos cosas: diciendo a todos los gobiernos de Europa y de Australia que deben prohibirme la residencia en sus países, y que desde cualquier lugar debo ser enviado de vuelta a la India.

Así que todos los países de Europa han tramitado resoluciones en sus Parlamentos para que no se me admita ni siquiera como turista por tres semanas.

La idea americana es que no sea permitida mi entrada en ningún país, que a nadie que quiera verme o reunirse conmigo, le sea permitido venir a la India.

Así creen poder destruir el movimiento sannyasin.

Esto sucede en la realidad. Y en palabras, grandiosos y bellos slogans... pero vacíos.

El Artículo XXII dice: Todos tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad.

No veo que te sea permitido tener libertad para desarrollar la personalidad. En primer lugar la gente que escribió esto no sabe que la personalidad es tu parte falsa y no debería ser desarrollada en absoluto. Tu realidad es tu individualidad, la cual tiene que ser descubierta. Pero ellos no hablan de individualidad. Es posible que ni siquiera lo hayan pensado. Porque ellos son sólo personalidades, no tiene todavía su individualidad despierta, alerta. Naturalmente, escriben la palabra “personalidad”. “Personalidad” es una fea palabra. Significa “máscara”; “máscara” es la verdadera raíz de la palabra.

No queremos que la gente lleve máscaras. La gente debería ser natural, espontánea, ella misma.

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