sábado, 18 de abril de 2015

SER MADURO

Prabhu Maya dice: ser maduro no quiere decir adoptar una actitud madura. De hecho, adoptar una actitud madura será uno de los mayores obstáculos para madurar.

Adopción significa algo impuesto, algo cultivado, practicado. No está saliendo de ti. Es una máscara, una cara pintada; no es tu ser verdadero. Esto es lo que ha estado haciendo todo el mundo. Por eso, la gente en la tierra es aparentemente madura, pero no es cierto, las personas son absolutamente inmaduras en lo profundo; son actitudes adoptadas. Siguen siendo infantiles. Su madurez es superficial, o ni siquiera eso. Rasca un poco en cualquier hombre y verás cómo surge su parte más pueril. Y no sólo la gente denominada corriente, rasca en tus santos y verás cómo aparece su parte más inmadura. O rasca en tus políticos y en tus líderes, ve y observa cualquier parlamento del mundo, y nunca encontrarás ninguna otra reunión de gente tan inmadura e infantil.

El hombre se ha estado engañando a sí mismo y a los demás. Si adoptas, serás falso, pseudo. No te he dicho que adoptes nada. ¡Sé! El adoptar es una barrera para el ser. Y la única manera de ser es empezar desde el principio. Te quedaste atascado en algún lugar porque tus padres no te lo permitieron en tu infancia. La edad mental de la gente denominada normal no supera un lugar situado entre los diez y los trece años; ¡ni siquiera catorce! Y puedes tener setenta u ochenta años, pero tu edad mental se quedó atascada en algún momento antes de la madurez sexual. Una persona queda sellada para siempre en el momento en que alcanza la madurez sexual, a los trece o a los catorce años. Después se va volviendo cada vez más falso. Una falsedad tiene que ser protegida con otras falsedades, una mentira tiene que ser defendida con otras mentiras. Y esto no tiene fin. Te conviertes en un montón de basura; eso es la personalidad. La personalidad tiene que ser abandonada, sólo entonces emerge la individualidad. No significan lo mismo. La personalidad es sólo un escaparate; es una exhibición, no es algo real.

La individualidad es tu realidad, no es un escaparate. Uno puede escarbar en ti todo lo que quiera y siempre encontrará el mismo sabor.

Se cuenta que el Buda dijo: «Pruébame de cualquier lado y encontrarás el mismo sabor, del mismo modo que si das un sorbo del océano en cualquier lado lo encontrarás salado». La individualidad es un todo. Es orgánica. La personalidad es esquizofrénica: el centro es una cosa y la circunferencia es otra, y nunca se encuentran, no están juntas. No sólo nunca se encuentran, no sólo son diferentes, son diametralmente opuestas la una a la otra, están constantemente en lucha.

Por eso lo primero que hay que entender es: nunca adoptes una actitud madura. Sé maduro o sé inmaduro. Si eres inmaduro sé inmaduro. Siendo inmaduro estarás permitiendo el crecimiento. Hazle un sitio a la inmadurez; no seas falso, no seas hipócrita con esto. Si eres infantil, entonces sé infantil. ¿Y qué? Sé infantil. Acéptalo, acompáñalo. No crees una di¬visión en tu ser, sino estarás creando la locura básica. Sé tú mismo.

No hay nada malo en ser infantil. Empiezas a adoptar actitudes porque te han enseñado que hay algo malo en ser infantil. Desde tu infancia has estado tratando de ser maduro, pero ¿cómo puede ser un niño maduro? Un niño es un niño, tiene que ser infantil.

Pero no está permitido, por eso los niños pequeños se vuelven diplomáticos; empiezan a fingir, a comportarse de forma falsa, se vuelven una mentira desde sus mismos comienzos. Y la mentira además comienza a crecer. Y después un día empiezas a buscar la verdad; entonces tienes que acudir a las escrituras, y las escrituras no contienen ninguna verdad. La verdad está contenida en tu ser, esa es la verdadera escritura. Los Vedas, el Corán, la Biblia ¡están en tu consciencia! Llevas contigo todo lo que necesitas, es un regalo de Dios. Todo el mundo ha nacido con la verdad en su ser; la vida es la verdad. Pero tú empezaste aprendiendo mentiras.

Cuando estés conmigo, abandona todas las mentiras. Ten coraje. Y por supuesto sentirás cómo te entra mucho miedo, porque siempre que abandones la personalidad, tu puerilidad, que nunca fue permitida, emergerá. Y sentirás miedo: «¡Qué! ¿Voy a tener que ser un niño a estas alturas? ¿Cuando todo el mundo sabe que soy un gran profesor -o doctor o ingeniero¬ y tengo un doctorado en filosofía voy a comportarme como un niño?». Surge el miedo: el miedo a la opinión de los demás, al qué dirán.

Ese mismo miedo te ha destruido desde el principio. Ese miedo ha sido el veneno: «¿Qué pensará mi madre? ¿Qué pensará mi padre? ¿Qué pensará la gente, qué pensarán los profesores y la sociedad?». Y el niño pequeño empieza a volverse astuto, no mostrará su corazón, sabe que no será aceptado por los demás. Por eso se inventará una cara, un camuflaje. Enseñará aquello que la gente quiere ver. Eso es diplomacia, eso es ser político !Eso es veneno!

Todo el mundo es político. Tú sonríes porque queda bien sonreír, lloras porque se espera que llores. Dices algunas cosas porque eso facilita las cosas. Le dices a tu mujer «Te quiero» porque la mantiene acallada. Le dices a tu marido «Me moriría sin ti, eres la única persona del mundo, eres mi vida», porque él espera que se lo digas, no porque lo estés sintiendo. Si lo estás sintiendo, es bello, entonces es una rosa real. Si sólo estás fingiendo, acariciando su ego masculino, adulándole porque tienes unas metas que alcanzar a través de él, entonces es una flor artificial, una flor de plástico.

Y estás cargado con mucho plástico: ese es el problema. El mundo no es el problema. La gente denominada religiosa no deja de decirte: «Renuncia al mundo». Yo te digo que el mundo no es el problema en absoluto. Renuncia a la falsedad, ese es el problema; renuncia a lo artificial, ese es el problema. No hace falta que renuncies a tu familia, pero renuncia a toda la pseudofamilia que has creado. Sé de verdad, sé auténtico.

Algunas veces es muy doloroso ser de verdad y ser auténtico. No es fácil. Ser falso y no ser auténtico es fácil, conveniente, cómodo. Es un truco, es una estrategia para protegerte; es una armadura. Pero entonces no descubrirás la verdad que está en tu espíritu. Pero entonces nunca sabrás lo que es Dios, porque Dios sólo puede ser conocido en tu interior: primero en tu interior, luego en tu exterior; primero dentro, luego fuera, porque eso es lo más próximo a ti, tu propio ser. Si no encuentras a Dios dentro de ti, ¿cómo puedes ver a Dios en Krishna, Cristo, Buda? Tonterías. No puedes ver a Dios en Krishna si no puedes verlo en ti mismo. ¿Y cómo vas a ver a Dios en ti mismo si estás fabricando continuamente mentiras a tu alrededor? Son tantas las mentiras que casi has olvidado el camino a tu ser. Estás perdido en una selva de mentiras.

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