sábado, 4 de julio de 2015

AMOR Y COMPROMISO

Cuando digo que el amor es compromiso, ¿qué quiero decir? No significa que tengas que hacer promesas sobre el mañana, tiene que haber una promesa. No tienes que prometer, pero tiene que haber una promesa. Ésta es la complejidad y la sutileza. No dices: «Te amaré por siempre», pero en el momento del amor esa promesa está ahí, totalmente presente. No necesita expresión.

Cuando amas a una persona no puedes pensar de otra forma. No puedes pensar que vas a dejar de amar a esa persona algún día; es imposible, eso no es parte del amor. Y no te estoy diciendo que no podrías ser capaz de salir de esta aventura sentimental; quizás puedas, quizás no. Ese no es el asunto. Pero cuando estás en el momento del amor, cuando la energía está fluyendo entre dos personas, hay un puente, un puente dorado, y a través de él se unen. Simplemente no sucede: la mente no puede concebir y comprender que habrá un tiempo en que no estarás con esta persona y en que esta persona no estará contigo. Esto es compromiso. No el que digas esto y lo otro, no el que vayas al juzgado y hagas una declaración formal: «Permaneceré contigo para siempre». De hecho hacer esta declaración formal simplemente demuestra que no hay amor; necesitas una disposición legal. Si hay compromiso, no hay necesidad de ningún arreglo legal.

El matrimonio es necesario porque no hay verdadero amor. Si el amor es profundo, no hará falta el matrimonio. ¿Qué sentido tiene el matrimonio? Es como ponerle piernas a la serpiente, o pintar de rojo una rosa roja. Es innecesario. ¿Por qué ir al juzgado? Debes de tener algún miedo en tu interior..., el amor no es total.

Incluso mientras estás profundamente enamorado estás pensando en la posibilidad de que quizás mañana dejes a esa mujer. La mujer está pensando: «¿Quién sabe? Puede que mañana este hombre me abandone. Es mejor ir al juzgado. Primero vamos a legalizarlo». Pero ¿qué es lo que demuestra? Demuestra que el amor no es total. De otra forma, el amor total tiene la cualidad del compromiso de forma intrínseca. No hay que incluirla, es una cualidad intrínseca.

Y cuando estás enamorado te llega naturalmente, no es que lo planees. Este sentimiento surge de forma natural y a veces además en palabras: «Te amaré para siempre». Ésta es la profundidad de este momento.

Recuerda, no está diciendo nada del mañana. No es una promesa. Sólo que es tal la profundidad y la totalidad del amor que te sale automáticamente decir: «Te amaré por siempre y para siempre. Incluso la muerte será incapaz de separamos». Ese es el sentimiento de amor total.

Y déjame que te lo repita: esto no quiere decir que mañana estaréis juntos. ¿Quién sabe? Ese no es el asunto. El mañana se ocupará de sí mismo. El futuro nunca entra en una mente enamorada, no se concibe en absoluto, desaparece; este momento se convierte en la eternidad. Esto es compromiso.

Y cuando mañana... Es posible que quizás no estéis juntos, pero no os estáis traicionando. No os estáis mintiendo, ni engañando. Os sentiréis tristes, os dará pena, pero tenéis que separaros. Y no estoy diciendo que tenga que suceder; podría no suceder. Depende de mil cosas.

La vida no depende sólo de tu amor. Si tuviera que depender sólo de tu amor entonces vivirías para siempre. Pero la vida depende de mil cosas. El amor da la sensación de que: «Viviremos juntos para siempre», pero el amor no lo es todo en la vida. Cuando está presente es muy intenso, uno está borracho. Pero luego hay mil cosas, a veces cosas pequeñas.

Quizás te enamores de un hombre, y en ese momento estés dispuesta a irte hasta el infierno con él, y se lo puedes decir, y no estás mintiendo. Eres sincera y honesta del todo y le dices: «¡Si tengo que ir al infierno contigo, iré!», y te repito, estás siendo sincera, no dices nada falso. Pero mañana, viviendo con ese hombre, cosas pequeñas -un cuarto de baño sucio¬ pueden alterar vuestra historia. El infierno está demasiado lejos, no hace falta ir tan lejos; ¡un cuarto de baño sucio! O una pequeña costumbre: ¡este hombre ronca y te está volviendo loca! Y estabas decidida a ir hasta el infierno, y era verdad. Era auténtico en ese momento, no era falso, no tenías otra idea; pero el hombre ronca por la noche. O su sudor huele a demonios. Cosas pequeñas, cosas muy pequeñas; uno nunca piensa en eso cuando está enamorado. ¿Quién se preocupa por el cuarto de baño, quién piensa en roncar? Pero cuando se vive con una persona, están implicadas mil cosas, cualquier detalle puede convertirse en una roca y destruir la flor del amor.

Por eso no estoy diciendo que el compromiso implique una promesa, simplemente digo que el momento del amor es el momento del compromiso. Estás completamente en él, es decisivo. Y, claro, de este momento nacerá el siguiente, de modo que existen muchas posibilidades de que estéis juntos. Del día de hoy nacerá el mañana.

No nacerá de la nada, crecerá sobre el día de hoy. Si en el día de hoy estás viviendo un gran amor, el mañana llevará implícito también ese amor. Será una continuación. Por eso existen muchas posibilidades de que puedas amar, pero siempre es un quizás. Y el amor conlleva estas circunstancias.

Y si un día dejas a tu mujer, o ella te deja a ti, no le gritarás: «¿Qué quieres decir ahora? Me dijiste un día que: "Viviré contigo para siempre", ¿Y ahora qué? ¿Adónde te vas?». Si amaste, si has conocido el amor, lo entenderás. El amor tiene la cualidad del compromiso.

El amor es un misterio. Cuando está ahí, todo parece celestial. Cuando se ha ido, todo parece rancio, carente de significado. No podías haber vivido sin esa mujer, y ahora no puedes vivir con ella. Y ambos eran estados auténticos.

Lo que yo entiendo por compromiso y lo que entiendes tú es diferente. Para ti es algo legal, para mí no. Yo estoy simplemente describiendo la cualidad del amor, que sucede cuando estás inmerso en él: el compromiso ocurre.

Si un día el amor desaparece, el compromiso también dejará de existir; era una sombra. Cuando el amor se ha ido, no hables de compromiso; si lo haces estás siendo un necio. Era la sombra del amor. Siempre llega con el amor. Y si el amor deja de estar, se va, desaparece. No sigas porfiando inoportunamente en el compromiso: «¿Qué hay del compromiso?». Si no hay amor deja de haber compromiso. ¡El amor es el compromiso! Si desaparece, el compromiso deja de existir: ese es mi significado.

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