sábado, 26 de marzo de 2016

EL BUDISMO Y EL ZEN

La mente es mediocre. La gente dice que alguien tiene una mente mediocre; eso es erróneo, porque todas las mentes son mediocres. La mente es en sí mediocre. Recuérdalo: la mediocridad es la cualidad de la mente misma.

La inteligencia no es de la mente, la inteligencia es del más allá. Cuando no está la mente, entonces hay inteligencia. Cuando la luna no está oculta tras una nube, entonces puedes verla, brillante, resplandeciente. Cuando está oculta tras una nube, la nube interfiere en su brillo; no puede llegar a ti. Entonces no puedes ver su brillo. Toda mente es una luna brillante oculta tras una nube. La nube es la mente: tú eres la no mente.

Y cuando no hay limitación, hay no mente.

En este momento de realización, ¿a quién le importa la iluminación?

Existen cientos de historias muy bellas en zen...

Alguien acude al maestro y le dice:

-Me gustaría llegar a ser un buda –y el maestro lo golpea con fuerza.

El hombre dice:

-Pero ¿por qué? ¿Por qué me pegas? ¿Qué error he cometido al preguntar?

Y el maestro dice:

-¿Eres un buda y quieres llegar a ser un buda? ¡Eso es imposible!

Un buda tratando de llegar a ser un buda es imposible. Por eso era necesario un buen golpe para llevarle de vuelta a casa, para que recobres el sentido... y veas que estás diciendo una tontería. Eres un buda.

A veces ha sucedido que tan sólo ese golpe la persona se ha iluminado. Tiene que ser el momento adecuado. Debe ser que el hombre ha estado buscando durante muchas vidas y está cansado ya del viaje, harto del viaje, y estaba listo, como si sólo se necesitara una última gota para que la copa se desbordase, y el golpe fue esa última gota.

Pero esto es cierto, ya eres lo que estás buscando.

El buscador no está en alguna parte lejana en el futuro. Está justo debajo de tus pies. Está exactamente donde estás. Puede que te lleve vidas darte cuenta, pero eso no cambia nada. El día en que te des cuenta, te reirás de las ridiculez de todo el asunto, que estaba justo bajo tus pies.

Todos los estados han sido trascendidos: la iluminación, la no iluminación; el mundo, el nirvana, todos han sido trascendidos.

¡Se acabó! Todo ha desaparecido. Ha sucedido la nada, ¿qué más puede suceder ahora? Todo ha sido trascendido. Ha sucedido la pura trascendencia, ¿qué más puede suceder ahora?

Esta es la diferencia entre el tao y el zen, y ésta es también la diferencia entre el budismo y el zen. El zen no es sólo budismo, es más que budismo. Es el florecimiento supremo, como si también Buda hubiera sido mejorado. Unos pocos toques, toques maestros, y el aspecto entero ha cambiado.

El zen trae una forma totalmente nueva de religión al mundo. El zen tal vez sea la religión del futuro de la humanidad, porque enseña a renunciar y enseña también a renunciar a la renuncia. Enseña a ir más allá del mundo, y enseña a ir más allá del más allá. Parece paradójico, pero no lo es, porque cuando vas más allá del más allá estás de vuelta en el mundo; el círculo está completo.

Con Buda, el círculo permanece un poco incompleto. El nirvana, el mundo sigue siendo el mundo, separado.

El hombre iluminado permanece iluminado, el hombre no iluminado permanece no iluminado, separado. El zen les tiende un puente. El florecimiento supremo sucede cuando un hombre no está ni iluminado ni no iluminado, más allá de las categorías. Vive en el mundo y, sin embargo, no vive en el mundo. Vive en el mundo pero el mundo no vive en él. Se ha convertido en una flor de loto.

Se una flor de loto. Permanece en el agua, y no dejes que el agua te toque.

Irse al Himalaya y ser puro no es muy difícil. ¿Qué otra cosa puedes hacer? Tienes que ser puro; es casi impotencia.

Trae tu Himalaya de vuelta al mundo. Deja que tu Himalaya esté “aquí ahora” en el mundo, en el mercado, y ese es el criterio, la prueba.

El verdadero criterio está en el mundo. Si realmente has alcanzado el nirvana, volverás al mundo, porque ya no hay miedo. Ahora puedes ir a cualquier parte. Ahora, incluso el infierno es cielo y la oscuridad es luz y la muerte es vida. Ahora nada puede distraerte. Tu realización es total, perfecta, suprema.
¡Se una flor de loto!

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