sábado, 14 de mayo de 2016

CÒMO ES LA MUERTE

Todo regresa a su fuente original, ha de volver a su fuente original. Si comprendes la vida, también comprenderás la muerte. La vida es un olvidarse de la fuente original y la muerte es recordarla de nuevo. La vida es alejarse de la fuente original; la muerte es regresar a casa. La muerte no es algo repugnante, la muerte es hermosa; Pero la muerte es bella solamente para aquellos que han vivido la vida sin inhibiciones, plenamente, sin represión. La muerte es hermosa solamente para aquellos que han vivido su vida de forma bella, que no se han sentido asustados de vivir; que han tenido el coraje suficiente para vivir, que han amado, que han bailado, que han gozado.

La muerte se convierte en la celebración suprema si tu vida ha sido una celebración. Déjame que te lo diga de este modo: lo que tu vida ha sido, la muerte lo desvelará. Si has sido un desdichado en la vida, la muerte revelará esa desdicha. La muerte es el gran revelador. Si has sido feliz en tu vida, la muerte revelará esa felicidad. Si solamente has vivido una vida de comodidades físicas y de placeres físicos, entonces por supuesto, la muerte será algo muy desagradable e incómodo porque has de abandonar el cuerpo. El cuerpo solamente es una morada temporal, un refugio en el que pasamos la noche y que dejamos por la mañana. No es tu morada permanente. No es tu casa.

De modo que si has vivido solamente una vida corporal y no has conocido nunca nada más allá del cuerpo, la muerte será algo muy, muy desagradable, doloroso. La muerte será angustiosa. Pero si has vivido un poco por encima de tu cuerpo. Si has gustado de la música y de la poesía, si has amado y si has contemplado las flores y las estrellas y algo de lo perteneciente a lo que no es físico ha penetrado en tu conciencia, entonces la muerte no será tan mala, entonces la muerte no será tan dolorosa. Podrás llevarla con ecuanimidad, pero aún no será una celebración.

Si has acariciado algo de lo que hay de trascendental en ti, si has penetrado en tu propia vacuidad en el centro, en el centro de tu ser, donde dejas de ser un cuerpo y dejas de ser una mente, donde los placeres físicos quedan lejos y donde los placeres mentales - tales como la música, la poesía, la literatura y la pintura,- quedan muy lejanos. Donde tú eres simplemente pura consciencia, un puro estar alerta, entonces la muerte se convertirá en una gran celebración, en una gran comprensión, en una gran revelación.

Si has conocido algo de lo trascendental que hay en ti, la muerte te revelará lo que de trascendente hay en el universo. Entonces la muerte no será más una muerte, sino un encuentro con Dios, una cita con Dios.

Podemos encontrar tres expresiones de lo que es la muerte en la historia de la mente humana.

Una expresión es la del hombre corriente que vive apegado a su cuerpo, que nunca ha conocido nada superior al placer del comer y del sexo, cuya vida no ha sido nada más que comer y sexo, que ha disfrutado del comer, que ha disfrutado del sexo, cuya vida ha sido muy primitiva, cuya vida ha sido burda, que ha vivido en la antesala de su palacio sin haber entrado nunca en él y que siempre ha creído que eso es todo lo que la vida es. En el momento de morir tratará de aferrase. Se resistirá a la muerte; luchará contra la muerte. La muerte se le presentará como su enemigo.

Por eso, en todo el mundo, en todas las sociedades, la muerte ha sido presentada como algo oscuro, diabólico. En la India decimos que el mensajero de la muerte es muy feo, oscuro, negro, y llega sentado en un búfalo enorme. Esta es la actitud corriente. Esa gente se lo ha perdido, no han sido capaces de conocer todas las dimensiones de la vida. No han sido capaces de llegar a las profundidades de la vida y no han sido capaces de ascender a las alturas de la vida. Se han perdido la plenitud, se han perdido la dicha.

Luego hay un segundo tipo de expresión. Los poetas, los filósofos a veces han dicho que la muerte no es algo malo que sea sólo un descanso, un gran descanso; como un sueño. Esto es mejor que el primero. Al menos esa gente ha conocido algo más allá del cuerpo, han conocido algo de la mente. No han vivido solamente del comer y del sexo, su vida no ha sido simplemente un comer y reproducirse. Poseen algo de la sofisticación del alma, son algo más aristocráticos, más cultos. Ellos dicen que la muerte es como un gran descanso. Uno se encuentra cansado y se muere y descansa. Es reponedor. Pero ellos también están lejos de la verdad. ¬

Aquellos que han conocido la vida en su centro más interno, afirman que la muerte es Dios. Que no es solamente un descanso; sino una resurrección, una nueva vida, un nuevo comienzo. Una nueva puerta se abre.

Cuando un místico sufí, Bayazid, se estaba muriendo, la gente que se había congregado a su alrededor, sus discípulos, se vieron sorprendidos de repente, porque cuando llegó el instante final, su rostro se volvió radiante, tremendamente radiante. Tenía una hermosa aura.

Bayazid fue un hermoso hombre y sus discípulos siempre habían percibido un aura a su alrededor, pero nunca habían visto nada como esto, tan radiante.

Le preguntaron, «Bayazid, dinos qué es lo que te ha sucedido, qué es lo que te está sucediendo. Antes de que nos dejes, entréganos tu último mensaje».

El abrió sus ojos y dijo, «Dios me está dando la bienvenida, voy a su encuentro. Adiós». Cerró sus ojos y dejó de respirar, pero en el momento en que dejó de respirar hubo una explosión de luz. La habitación se inundó de luz y luego esa luz desapareció.

Cuando una persona ha conocido la trascendencia en sí mismo, la muerte no es más que otra cara de Dios. Entonces la muerte es una danza en su honor. Y a menos que seas capaz de celebrar la muerte misma, recuérdalo, te habrás perdido la vida; Toda la vida no es más que una preparación para esta culminación.

Todas las religiones no son nada más que una ciencia, o un arte, para enseñarte cómo morir. Y el único modo de enseñarte cómo morir es enseñarte cómo vivir. No están separados. Si conoces el modo correcto de vivir, sabrás cuál es el modo correcto de morir.

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