sábado, 29 de octubre de 2016

EL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO

En el mundo existe mucha competitividad. Cada lugar está guardado y uno ha de luchar por cada objeto; no es fácil, es algo muy extraño. En este mundo nada es importante y aùn así has de luchar por todo. Nada parece ser importante, pero hay mucha competitividad, mucho conflicto. Todo el mundo se abalanza en su busca; eso crea el problema, no el que contenga algo en sí. No hay nada en ello, pero todo el mundo se dirige apresuradamente en su busca. Todo el mundo suspira por el lugar de otro; por esto el mundo está tan atestado. ¬

En realidad, no está tan atestado como parece. Mira... estamos sentados aquí, todo el mundo está sentado en su sitio. No hay excesiva gente. Pero si una especie de frenesí se apodera de vuestras mentes y todo el mundo empezara a tratar de llegar al sitio de otro, entonces este lugar quedaría atestado. Ahora estáis sentados religiosamente; en la otra situación estaríais corriendo políticamente en pos de los demás. Ahora mismo estáis satisfechos con vuestros lugares y no suspiras por el lugar de nadie. Pero si comenzarais a apelotonaros en el lugar del vecino, los demás se pondrán a la defensiva y comenzaran a empujaros. Se organizará una pelea, una guerra.

¿Por qué hay tantas guerras en el mundo? La razón es que todo el mundo está tratando de obtener el territorio del vecino y el vecino está tratando de hacer lo mismo. Puede que te esté observando.

Aunque no tengas éxito, tus deseos, tus esperanzas están continuamente allí. Esto es lo que hace tanta gente, esperando que suceda algún milagro.... uno espera y espera. Y nunca sucede porque uno desperdicia su vida esperando.

Buscas en algún otro lugar eso que ya está en ti.Y un hombre que ha comprendido la vida, presenta sus respetos a la vida porque ella le ha despertado de su sueño. No está en contra de la vida; simplemente sabe que él no tiene nada que ver con la vida, sabe simplemente que estaba buscando en la dirección equivocada.

La vida siempre ha sentido compasión hacia ti, siempre te ha estado diciendo, una y otra vez, que no encontrarías nada aquí, que regresaras a casa. Pero no escuchas.

Ganas dinero y un día el dinero está ahí; entonces la vida te dice, «¿Qué es lo que has obtenido?» Pero no escuchas. Ahora piensas que has de invertir el dinero en política, que has de llegar a ser el Primer Ministro o el Presidente; entonces todo estará bien. Un día llegas a Primer Ministro y la vida te dice de nuevo, «¿Qué has obtenido?» Y tú no escuchas. Sigues pensando en otras cosas, en más y más cosas. La vida es inmensa, por eso es que tantas vidas son desperdiciadas.

Pero no te enfades con la vida. No es la vida la que está haciendo que te sientas frustrado, eres tú el que no escuchas a la vida. Y a esto yo lo considero el criterio a seguir, la piedra de toque; si ves a un santo que está en contra de la vida, amargado contra la vida, has de tener claro que no la ha comprendido todavía. Si lo hubiera hecho se habría postrado ante ella en profunda reverencia y respeto porque la vida lo ha sacado de sus sueños. La vida te conmociona; ese es el por qué la vida es dolorosa. El dolor surge porque estás deseando algo que no es posible. No surge de la vida, surge de tus expectativas.

La gente dice que el hombre propone y Dios dispone. Nunca ha sido así. Dios nunca ha dispuesto nada. Pero con tu mismo proponer te has pre-dispuesto de alguna manera. Escucha la proposición de Dios y guárdate tus proposiciones para ti. Mantente tranquilo. Atiende a lo que el Todo quiere. No trates de tener tus metas particulares, no trates de tener tus anhelos privados. No pidas nada individualmente; el Todo se está moviendo hacia su destino. Sé simplemente una parte suya. Coopera. No te pongas en conflicto. Entrégate a él. Y la vida siempre te devolverá a tu propia realidad; por eso es que conmociona.

Conmociona porque no satisface tus sueños. Y es bueno que la vida nunca satisfaga tus deseos; siempre hace arreglos, en cierta forma. Te da mil y una oportunidades para que te sientas frustrado de modo que alcances a comprender que las expectativas no son buenas y que los sueños son fútiles y los deseos nunca son satisfechos. Entonces abandonas el desear, abandonas el soñar, abandonas el proponer. De repente estás de vuelta a casa y el tesoro está ahí.

Tu tesoro está en tu propio ser; no lo busques en ninguna otra parte. Todos los palacios y todos los puentes que conducen a palacio no valen para nada; has de crear tu propio puente en tu propio ser. El palacio está ahí; el tesoro está ahí. .

Dios no envía nunca a nadie a este mundo sin un tesoro. El te envía preparado para cualquier contingencia; ¿cómo podría ser de otra forma? Cuando un padre envía a su propio hijo a un largo viaje, dispone todos los preparativos. El padre incluso prevè las situaciones imprevistas. Lo prevè todo.

Llevas contigo todo lo que necesitas. Simplemente sumérgete en el buscador, no busques en el exterior. Busca al buscador; deja que el buscador sea buscado.

Y recuerda, si rezas para pedir algo, eso no es oración. Cuando oras para agradecerle algo, solamente entonces es oración. Orar siempre es dar gracias. Si pides algo entonces la oración es corrompida por el deseo. Entonces no es aún oración; aún està envenenada por el soñar. La auténtica oración surge solamente cuando has alcanzado tu verdadero ser, cuando has conocido lo que Dios te ha dado sin haberlo pedido. Cuando descubres lo que te ha sido dado, las infinitas fuentes que te han sido dadas, surge una oración. Te gustaría decirle a Dios, «Gracias». No existe nada más que un agradecimiento total.

Cuando una plegaria es solamente un agradecimiento entonces es oración. Nunca pidas nunca nada al orar; nunca digas, «Haz esto, haz eso; no hagas eso, no hagas esto». Nunca des consejos a Dios. Esto demuestra tu irreligiosidad, esto demuestra tu falta de confianza. Dale las gracias. Tu vida ya es una bendición; pura dicha. Cada instante es pura alegría, pero tú te la estás perdiendo; lo sé. Por eso la oración no surge; si no fuera así construirías una casa de oración; tu vida entera se convertiría en esa casa de oración, te convertirías tú mismo en ese templo, en Su santuario; su santuario emergería desde tu propio ser. El florecería en ti y Su fragancia se esparciría en todas direcciones.

Eso no sucede porque estás pasando por alto algo. Y te lo estás perdiendo, no por Su culpa, sino por la tuya. Si deseas y crees que el tesoro está en alguna otra parte, te desplazas al futuro. El futuro es necesario porque deseas, el futuro es un subproducto del desear. ¿Cómo, puedes proyectar deseo alguno en el presente? El presente está ya aquí; no puedes proyectar deseo alguno en él, no tolera deseo alguno. Si deseas, el presente se ha esfumado; solamente puedes desear en el futuro, solamente puedes hacerlo en el mañana.

Esto ha de ser entendido. El deseo siempre se sitúa en el futuro, pero el futuro nunca está ahí. El futuro es eso que no es, y el deseo solamente mora en el futuro. Y el deseo surge del pasado, que tampoco existe. El pasado se ha esfumado y el futuro no ha llegado todavía. El deseo surge del pasado porque debes de haber conocido algo de eso que deseas en el pasado. ¿Cómo vas a desear algo que sea completamente nuevo? No puedes desear lo nuevo, solamente puedes pedir que algo se repita. Tuviste algo de dinero; pedirás más, pero al dinero ya lo conoces. Tuviste algo de poder; pedirás más, pero al poder ya lo conoces. El hombre no puede desear aquello que no conoce. El deseo es una mera repetición de lo conocido. Obsérvalo. Lo conociste y no te sentiste satisfecho, por eso pides más otra vez. ¿Crees que te sentirás satisfecho? Y lo más que puedes pedir es mayor cantidad, pero si una rupia no te satisface, ¿cómo te van a satisfacer mil rupias? Si una rupia es insatisfactoria, diez mil rupias más serán diez mil veces más insatisfactorias. Es pura lógica. Si una mujer no te ha satisfecho, entonces diez mil mujeres no te van a satisfacer. Si una mujer ha creado tal infierno, entonces diez mil mujeres...simplemente piensa en ello! Es pura aritmética. Puedes hallar la solución.

Puedes pedir solamente basándote en el pasado y para el futuro, y ambos no existen. Eso que existe es el presente. Este mismo momento es el único momento que existe. En él no hay posibilidad de desear; solamente puedes estar presente. Solamente puedes disfrutarlo.

Y nunca me he encontrado con nadie que pueda ser desgraciado en el presente. Te sorprenderás. Muchas veces la gente viene mí y me cuentan que son muy desgraciados y que eso y lo otro, y yo les digo, «Cierra tus ojos y dime ahora mismo si eres o no eres desgraciado». Ellos cierran los ojos, luego los abren y me dicen, «Ahora mismo no soy desgraciado».

Ahora mismo nadie es desgraciado. No existe esa posibilidad. La naturaleza de las cosas no la permite. ¿Te sientes desgraciado en este mismo instante? ¿En este mismo instante? Puede que hayas sido desgraciado justo un momento antes, vale, de acuerdo. Puede que te sientas desgraciado un momento después; eso también vale. Pero en este mismo instante, entre estos dos momentos que no tienen existencia, ¿eres desgraciado? Nadie lo ha sido nunca.

Este instante es siempre pura bendición, este instante siempre es un momento de alegría, de tremenda dicha, este momento es el momento de Dios. El pasado es tuyo, el futuro es tuyo, el presente es de Dios. Dividimos al tiempo en estos tres tiempos: pasado, presente y futuro, pero no deberíamos dividirlo de esta forma. Esa división es incorrecta. El tiempo puede ser dividido en pasado y futuro, pero el presente no forma parte del tiempo, es parte de la eternidad. Dios no tiene pasado, recuérdalo, no puedes decir que Dios era. Dios no tiene futuro, no puedes decir que Dios será. Dios posee solamente un tiempo, el presente. Dios es. Dios siempre es. De hecho, Dios es otro nombre para la condición de ser de la ¬existencia. Siempre que estés en este momento, siempre que estés en esta condición de ser, eres feliz, dichoso. Surge una oración. Te conviertes en un santuario.

sábado, 22 de octubre de 2016

LA SALVACIÓN

Tus ideas, tus ideologías, tu religión; tu política, tus escrituras, tu saber; tu identidad. Todo está en tu cabeza. ¿Cómo puedes desembarazarte de eso? Con sólo pensar en abandonar la cabeza, ¿quién serás entonces? Sin la cabeza no eres nadie.

El abandonar la cabeza es una de las cosas más difíciles porque estás identificado con tu cabeza.' ¡Tú eres la cabeza!.

Has de crecer en la comprensión. Cuando seas capaz de hacer surgir una cabeza sobre la que ahora tienes, solamente entonces, podrás abandonar esta cabeza. Ese es todo el esfuerzo de la meditación, ayudarte a desarrollar una nueva cabeza, una nueva cabeza que no necesite pensamientos, que no necesite ideologías, que sea pura consciencia y suficiente por sí misma, que no necesite de influencias externas para vivir, que viva desde su propio centro interior. Cuando tú hayas desarrollado una nueva cabeza, la antigua será abandonada con facilidad. Se desprenderá por sí misma.

Eso no puede hacerlo alguien que no seas tú. No es algo que pueda ser hecho desde el exterior. De hecho, tú tampoco puedes hacerlo: Tú has de crecer en ello. No es algo que puedas hacer u obligar. Llega a través de una profunda comprensión.

Nadie puede hacerte cambiar excepto tú mismo.

Si yo fuerzo algo en ti, te resistirás, te asustarás, te atemorizarás. Y nadie quiere morir. Este es un gran arte que ha de aprenderse.

Oí una vez.

Era el día de la ejecución y Mulla Nasrudin era conducido al patíbulo. De repente se detuvo y rehusó dar un paso más.

«Vamos», dijo el guarda con impaciencia. «¿Qué es lo que pasa?»

«Esos escalones», dijo Mulla Nasrudin, «no parecen muy seguros. No me ofrecen la suficiente garantía para que suba por ellos”.

¡Va a ser colgado, pero esos escalones no parecen muy seguros! ¡No son suficientemente seguros para pisarlos! Incluso en el momento de morir una persona sigue estando apegada; hasta el mismo final. Nadie quiere morir y a menos que aprendas a morir nunca serás capaz de vivir. Nunca serás capaz de saber lo que es la vida. Una persona que es capaz de morir es una persona que es capaz de vivir porque la vida y la muerte son dos aspectos de la misma moneda. Puedes escoger ambos o puedes desechar ambos, pero ambos van en el mismo paquete; no son cosas diferentes.

Una vez que te asustas de la muerte, te asustas de la vida. El arte de morir es también el arte de vivir. Morir como ego y renacer como un no-ego. Morir como parte y renacer como todo. Morir como hombre es un paso fundamental para renacer como un Dios. Pero morir es muy difícil, muy difícil. ¿Lo has observado? Excepto el hombre ningún animal puede suicidarse. No es posible para ningún animal ni siquiera pensar en cometer suicidio. ¿Has pensado en ello? ¿Has oído de algún árbol que cometiera suicidio, de algún animal que cometiera suicidio? No. Solamente el hombre, la inteligencia del hombre, puede hacer que un hombre sea capaz de suicidarse. Yo no estoy hablando del suicidio común porque ése no es el verdadero suicidio; simplemente cambias de cuerpo. Estoy hablando del suicidio supremo. Una vez que mueres en la forma que te estoy enseñando a morir, nunca renacerás de nuevo. Desaparecerás en el cosmos, no asumirás ninguna otra forma nunca más, te convertidas en Lo-Sin-Forma.

Solamente el hombre es capaz de cometer suicidio. Solamente el hombre es capaz de pensar que la vida no vale la pena ser vivida, solamente el hombre es capaz de reflejar que esta vida es totalmente fútil. Por lo general cuando la gente se suicida no lo hacen porque hayan comprendido la futilidad de la vida, lo hacen solamente porque esperan que en otra vida, en alguna parte, las cosas vayan mejor.

El suicidio espiritual significa que un hombre ha llegado a comprender que no solamente esta vida es fútil, sino que la vida como tal es fútil. Entonces él empieza a pensar en cómo liberarse del renacer una y otra vez, de cómo liberarse de entrar en el túnel corporal y de ser encerrado y encapsulado. Entonces él empieza a pensar en cómo permanecer absolutamente libre sin forma alguna. Esto es lo que es el Moksa, esto es lo que es la Liberación, o puedes llamarlo Salvación.

Un hombre nunca puede ser feliz en el cuerpo porque es una prisión. Todo a su alrededor son paredes; estás encerrado en una prisión. No parece una prisión porque la prisión camina contigo, dondequiera que vaya va contigo, por eso no la percibes como una prisión. Una vez has conocido una vida sin el cuerpo, una vez que has sido capaz de salir del cuerpo; aun por un solo instante, verás en qué manera estás aprisionado, de qué modo estás encerrado.

El cuerpo es una esclavitud, la mente es un esclavitud, pero, y lo has de comprender, no puedo obligarte a que te liberes. Recuerda una cosa: puedes ser obligado a esclavizarte desde el exterior, pero no puedes ser obligado a liberarte desde el exterior. Alguien puede obligarte a que te metas en una prisión, pero nadie puede sacarte de una prisión. Si quieres seguir estando en una celda, encontrarás alguna otra celda en algún otro lugar. Puedes escapar de una prisión pero te, meterás en otras. De la sartén al fuego. Puedes fácilmente cambiar tus prisiones, pero eso no comporta diferencia alguna. Eso es lo que todo el mundo ha estado haciendo durante milenios. En cada vida has estado en una prisión, a veces como hombre, a veces como mujer, a veces negro, a veces blanco, a veces, como indio, a veces como chino, a veces como americano. Has, adoptado todas las formas posibles.

Cuando la gente acude a mí y los observo por dentro, es, sorprendente ver el gran número de formas en las que han vivido, el gran número de cuerpos, la multitud de formas en que han vivido, la gran multitud de nombres y religiones y países ... , y aún no están hartos, siguen repitiendo el viejo círculo una y otra vez.

Recuerdo una cosa más: Así como les he dicho que el suicidio es absolutamente humano, que ningún animal lo comete, lo mismo es aplicable al aburrimiento. El aburrimiento es absolutamente humano. Un búfalo nunca se aburre, y un asno nunca está aburrido, solamente lo está el hombre. Solamente lo está una consciencia altamente evolucionada. Si tú no te aburres con tu vida, eso simplemente refleja que vives en un estado muy bajo de consciencia.

Un Buda está aburrido, un Jesús está aburrido, un Mahavira está aburrido. ¡Están aburridos en grado sumo! Pura repetición siempre y nada más. De este aburrimiento nace la renunciación. Un hombre que está aburrido con el mundo, se convierte en un sanyasin. La búsqueda no es en pos de otro mundo; es en pos de un final de la búsqueda misma. Esto es el suicidio total, esto es la salvación suprema.

sábado, 15 de octubre de 2016

LA ETERNA BÙSQUEDA

La vida es una búsqueda, una constante búsqueda, una búsqueda desesperada, una búsqueda sin esperanzas... una búsqueda en pos de algo que uno desconoce. Hay una profunda urgencia de buscar, pero uno no sabe lo que está buscando.

Y hay un cierto estado mental en el que cualquier cosa que obtengas no te va a proporcionar satisfacción alguna. La frustración parece ser el destino de la Humanidad, porque todo aquello que obtienes deja de tener importancia en el instante en que lo alcanzas. Empiezas a buscar de nuevo.

La búsqueda continúa tanto si obtienes algo como si no. Parece irrelevante lo que obtengas o lo que dejes de obtener; la búsqueda sigue de todos modos. El pobre busca, el rico busca, los enfermos buscan, los sanos buscan, los poderosos buscan, los débiles buscan, los estúpidos buscan, los sabios buscan, y nadie sabe exactamente qué. .

La búsqueda misma - en lo que consiste y su objetivo - ha de ser comprendida. Parece que existe una brecha en el ser humano, en la mente humana. En la estructura misma de la consciencia humana parece que existe un agujero, un agujero negro. Sigues lanzándole cosas y ellas siguen desapareciendo. Parece que nada lo llena, parece que no hay nada que lo pueda llenar. Es una búsqueda desesperada. Lo buscas en este mundo, lo buscas en el otro mundo, a veces lo buscas en el dinero, en el poder, en la fama y a veces lo buscas en Dios, en la dicha, en el amor, en la meditación, en la oración, pero la búsqueda continúa. Parece que el hombre padece la enfermedad del buscar.

El buscar no te permite estar aquí y ahora porque el buscar siempre te lleva a alguna otra parte. El buscar es una proyección, el buscar es un deseo. En alguna parte está lo que se necesita, eso que existe, pero existe en alguna otra parte, no aquí donde tú estás. Existe con certeza, pero no en este mismo instante del tiempo; no ahora, sino en otra parte. Existe allí, nunca aquí y ahora, sigue tirando de ti, empujándote, lanzándote más y más hacia la locura. Te vuelve loco y nunca es satisfecha.

Oí de una gran mujer sufí, una mística, Rabia Aldavia. Una noche la gente la encontró sentada en medio del camino buscando algo. Era una anciana, sus ojos estaban cansados y le era difícil ver bien. Así que los vecinos acudieron para ayudarla.

Le preguntaron, «¿Qué es lo que estás buscando?» Rabia dijo, «Eso no tiene importancia. Estoy buscando. Si podéis ayudarme, ayudadme».

Ellos se rieron y le dijeron. «Rabia, ¿te has vuelto loca? Dices que lo que te preguntamos no es importante, pero si desconocemos qué es lo que estás buscando ¿cómo vamos a ayudarte?»

Rabia dijo, «Sólo para satisfaceros os diré que estoy buscando mi aguja. He perdido mi aguja».

Ellos empezaron a ayudarla, pero de inmediato se dieron cuenta de que el camino era demasiado grande y que una aguja era algo muy pequeño.

Por eso le preguntaron a Rabia. «Dinos por favor dónde la perdiste, el lugar preciso, exacto. Sino será difícil. El camino es grande y podemos seguir buscando por toda la eternidad. ¿Dónde la perdiste?»

Rabia les dijo, «Volvéis a preguntarme algo que no tiene importancia ¿Qué tiene que ver con mi búsqueda?»

Ellos se detuvieron. Le dijeron, «En verdad te has vuelto loca».

Rabia les dijo, «De acuerdo. Solamente para satisfaceros os diré que la he perdido en mi casa».

Ellos le preguntaron, «Entonces, ¿por qué la estás buscando aquí?»

Y se dice que Rabia les dijo exactamente esto: «Porque aquí hay luz y en casa no tengo luz».

El sol se estaba poniendo y aún quedaba algo de luz en el camino.

Esta parábola es muy significativa. ¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que estás buscando? ¿Has hecho del saber lo que estás buscando un objeto de profunda meditación? No. Incluso aunque en ciertos momentos, en momentos de ensoñación, hayas tenido alguna intuición de qué es lo que estás buscando, nunca es algo preciso, nunca es exacto. Aún no lo has definido. Si tratas de definirlo, cuanto más lo definas más sentirás que no hay necesidad de buscarlo. La búsqueda puede continuar solamente en un estado de vaguedad, en un estado de ensoñación.

Cuando las cosas no están claras simplemente sigues buscando, empujado por una urgencia interior, arrastrado por una urgencia interior. Has de saber una cosa: necesitas buscar. Es una necesidad interior. Pero tú no sabes qué es lo que estás buscando.

A menos que sepas lo que estás buscando, ¿cómo vas a encontrarlo? Es algo difuso, crees que es el dinero, el poder; el prestigio, la respetabilidad. Pero cuando ves a los que son respetables, a los que son poderosos, ellos también están buscando. Luego ves a gente que es tremendamente rica; ellos también están buscando. Hasta el final de sus vidas están buscando. Así que la riqueza no servirá de ayuda, el poder no servirá de ayuda. La búsqueda continúa a pesar de lo qué tú tienes.

El buscar debe ser para algo más. Esos nombres, esas etiquetas: dinero, poder, prestigio, son solamente para satisfacer tu mente. Están ahí sólo para ayudarte a que sientas que estabas buscando algo. Ese algo se mantiene todavía indefinido, es un sentimiento muy difuso.

Para el auténtico buscador; para el buscador que está un poco alerta, consciente, lo primero es definir la búsqueda; es formular un concepto nítido de ella, de lo que es, sacándola de la consciencia que sueña, enfrentándola con profunda atención, mirando en ella directamente, encarándola. Inmediatamente empieza a suceder una transformación. Si empiezas a definir lo que buscas, empezarás a perder tu interés en la búsqueda. Cuanto más definida resulte, menos se hará presente. Una vez sabes con claridad lo que es, de repente desaparece. Existe solamente cuando tú no estás atento.

Déjame que te lo repita: la búsqueda existe solamente cuando estás dormido. La búsqueda existe solamente cuando no eres consciente. La búsqueda existe solamente por tu falta de consciencia. La inconsciencia crea la búsqueda.

Sí, Rabia está en lo cierto. Dentro no hay luz y debido a que no hay luz y no hay consciencia adentro, sigues buscando afuera porque el exterior parece estar más despejado.

Nuestros sentidos se dirigen hacia el exterior. Los ojos se abren al exterior, las manos se mueven, actúan en el exterior, las piernas se mueven en el exterior, los oídos escuchan los ruidos, los sonidos exteriores. Todo aquello que te es accesible, lo es por una apertura al exterior. Los cinco sentidos operan de modo extrovertido. Empiezas a buscar allí donde ves, allí donde sientes, allí donde tocas. La luz de los sentidos ilumina el exterior. Y el buscador está dentro.

Esta dicotomía ha de ser comprendida. El buscador está dentro, pero debido a que la luz es exterior, el buscador empieza ambiciosamente a moverse tratando de descubrir algo afuera, lo cual resulta insatisfactorio.

Nunca sucederá. Nunca ha sucedido. No puede suceder por la naturaleza misma de las cosas, porque a menos que hayas buscado al buscador, toda tu búsqueda carece de sentido. A menos que descubras quién eres, toda tu búsqueda será fútil, porque no conoces al buscador. Sin conocer al que busca ¿cómo podrás moverte en la dimensión correcta, en la dirección adecuada? Es imposible. Lo primero ha de ser lo primero.

Pero buscas en la dirección equivocada. La dirección está equivocada; por eso no lo encuentras. Y no es que no puedas lograrlo en tu vida; puedes lograrlo, pero aún así serás un fracasado. Nada te va a satisfacer porque nada puede obtenerse del mundo exterior que sea comparable al tesoro interior, a la luz interior, a la dicha interna.

sábado, 8 de octubre de 2016

LAS MUJERES Y LAS EXCLUSIONES

Lo primero que hay que recordar, que hay que recordar siempre, es que no hay que juzgar el pasado mediante los estándares actuales. Eso no es correcto. Por ejemplo, cuando el hasidismo estaba surgiendo, el permitir que las mujeres se incorporaran a una danza extática religiosa hubiera sido algo imposible. No es que los místicos hasídicos no se dieran cuenta, no es que a ellos no les hubiera gustado permitirlo. Les habría encantado, pero era imposible. Incluso Buda temía iniciar a las mujeres en su orden.

¿De qué tenía miedo? ¿Era él una persona ortodoxa? No, no puedes hallar una mente más revolucionaria, pero él insistió durante muchos años en no permitir a las mujeres ingresar en su orden. No, la razón ha de radicar en alguna otra parte.

El budismo desapareció en la India: ¿Sabes por qué? Fue porque Buda permitió finalmente que las mujeres ingresen en su orden. Se dice que él mismo dijo: «Mi religión hubiera durado al menos cinco mil años, pero ahora no sobrevivirá más de quinientos porque estoy asumiendo un gran riesgo». Permitir que las mujeres ingresaran en su orden era un riesgo tal, que Buda dijo, «La vida de mi religión se reducirá de cuatro mil, a quinientos años. Como máximo alcanzará solamente los quinientos años». Y sucedió exactamente de esa forma. El budismo vivió únicamente quinientos años y durante su exis¬tencia no se mantuvo en el clímax, en el punto óptimo. Cada día, su vida era màs lenta, cada día la muerte se iba acercando más y más. ¿Qué sucedió?

La sociedad ha estado desde siempre orientada hacia lo masculino. Aceptar a las mujeres en una orden religiosa suponía destruir la vieja jerarquía, la superioridad del hombre. Incluso un hombre como Mahavira, un hombre muy revolucionario, se dice que dijo que las mujeres no podían entrar en el moksa directamente como mujeres. Primero tenían que renacer como hombres y entonces... Por eso ninguna mujer ha entrado en el moksa jaino, en el nirvana, directamente como mujer. Primero ha de cambiar su cuerpo, asumir una forma y apariencia masculina y entonces puede entrar.

¿Porque decía esto Mahavira? La sociedad, los políticos del país, los sacerdotes y los políticos, todos eran también chauvinistas. Era necesario cierto compromiso pues si no, no hubieran permitido nada. Mahavira vivió desnudo, pero él no permitió a ninguna mujer que fuera desnuda porque la sociedad no estaba dispuesta a aceptar ni incluso la desnudez de él mismo. Poco a poco la gente le aceptó, a regañadientes, a duras penas, pero el aceptar la idea de que las mujeres pudieran ir desnudas hubiera sido demasiado.

Y debido a que Mahavira dijo, «A menos que lo abandones todo, incluso las ropas, a menos que seas tan inocente como un niño tal y como eras el día en que naciste, no podrás entrar en el reino de Dios», les tuvo que decir que las mujeres no podrían acceder directamente. Si él hubiera dicho que las mujeres podían entrar directamente, entonces algunas mujeres valientes podrían haberse presentado y despojado de sus ropas, podrían haberse desnudado. Tan solo para evitar esas mujeres desnudas, tuvo que decir algo totalmente falso, incierto. Y yo sé que él sabía que era falso. Pero hemos de vivir en una sociedad, en un determinado estado, en un estado de confusión particular, en un estado neurótico determinado. Si tú vivieras con locos tendrías que hacer constantes concesiones. Si vives con locos, como mínimo has de hacerte tú también el loco.

No puedes imaginar lo que le sucede a alguna persona cuando se convierte en un Buda, en un país, en un mundo, que está absolutamente loco. El ya no está loco, pero ha de seguir tus leyes; si no acabarán con él. Ha de hacer concesiones. Desde luego no puede esperar que tú hagas concesiones con él. Tú no estás en un estado en el que puedas pensar. Pero él puede pensar. Solamente lo superior puede hacer concesiones a lo inferior, solamente lo mayor puede hacer concesiones a lo inferior, solamente los sabios pueden hacer concesiones a la gente estúpida.

Por esto las mujeres nunca fueron aceptadas. Solamente en este siglo, muy recientemente, las mujeres empiezan a salir de la oscura noche de su historia pasada.

He oído.

Sucedió que cuando Golda Meir era Primer Ministro de Israel, Indira Gandhi, Primer Ministro de la India, fue a Israel. Y cuando Indira Gandhi visitó Israel fue recibida por Golda Meir.

Después de visitar todos los lugares históricos, la señora Gandhi le dijo, «Me gustaría visitar una sinagoga».

«De acuerdo», contestó la Primer Ministro israelí.

Dos semanas después, la señora Gandhi estaba ante su consejo.

«¿Que aprendió en Israel?», le preguntó uno de los miem¬bros.

«Muchas cosas», contestó la Primer Ministro india, «pero principalmente aprendí que en las sinagoga israelíes los hombres rezan en el primer piso y los Primer Ministros "'rezan desde el balcón».

Dos mujeres, pero ella pensó que los Primer Ministro rezan desde el balcón y los hombres en el piso inferior.
Una vez algo se convierte en un hábito es muy difícil cambiarlo, incluso para un Primer Ministro. Incluso para un Primer Ministro es difícil cambiar la tradición.

Yo existo aquí en un mundo extraño y desconocido. Me gustaría darte muchas cosas pero no puedo, porque tú mismo te resistes. Me gustaría hacerte consciente de muchas cosas en tu ser, pero tú te pondrías en mi contra. He de ir muy despacio, he de dar muchas vueltas, no puedo hacerlo directamente.

Observa simplemente. En mi comunidad, hombres y mujeres no están ya separados. Por eso los indùes han dejado de acudir a mi ashram. No son capaces de venir. Cuando solían venir, sus preguntas estaban más o menos relacionadas con qué tipo de ashram era éste, hombres y mujeres entremezclados y conociéndose, estrechando sus manos unos a otros; viviendo juntos. ¿Incluso después de las meditaciones,... abrazarse, desearse unos a otros? ¿Qué clase de situaciones eran ésas? Eso no era lo correcto. Solían acudir a mí y decirme, «Eso no está bien, no debería permitirse eso. Osho, deberìas intervenir». Yo nunca intervine porque para mí no hay nada malo, no se debería distinguir entre hombres y mujeres. No están separados, nadie es más alto ni nadie está más bajo. Son diferentes, pero iguales. La diferencia es hermosa, ha de estar ahí. La diferencia ha de ser resaltada, pero la igualdad ha de mantenerse. Y para mí, el amor es un camino hacia Dios.

Yo no les escuché. Poco a poco fueron desapareciendo.

Ahora, solamente los indùes muy valientes pueden entrar aquì.

Ahora, solamente unos cuantos indios son capaces de entrar aquí, ésos que no tienen represión en sus mentes, los que son ¬post-freudianos. Solamente ésos son capaces de entrar aquí.

Pero la India como conjunto es pre-freudiana, Freud es todavía desconocido en la India. Freud no ha penetrado todavía en el alma india.

Pero yo lo he hecho. Incluso ahora es muy difícil. He de enfrentarme a dificultades cada día. Por cosas insignificantes surgen dificultades. Esas dificultades podrían haberse evitado si me hubiera comportado de un modo ortodoxo. Yo no puedo comportarme de forma ortodoxa porque entonces no tendría sentido mi presencia aquí, entonces no podría entregarnos el mensaje, y tampoco puedo ser absolutamente revolucionario porque entonces no habría posibilidad de que algo sucediera entre tú y yo.

Y no estoy interesado en forma alguna en ser un mártir porque eso también me parece un cierto tipo de masoquismo. La gente que está buscando siempre convertirse en mártir no se da cuenta de lo que está haciendo; están buscando el suicidio. Yo no soy un mártir. Amo la vida, amo todo lo que está implícito en la vida.

Tú estás aquí conmigo. Tú estás encarando algo original. Cuando se lo digas a alguien, dejará de ser original. Lo has oído de mí, luego lo contarás a alguien y con eso se perderá mucho. Y entonces esa persona se lo dirá a algún otro y le entregará el mensaje. De nuevo se volverá a perder mucho. Al cabo de unos pocos años, tras unas cuantas transacciones, la verdad será completamente distorsionada; sólo quedarán mentiras y otra vez, un movimiento revolucionario se convertirá en una tradición ortodoxa.

sábado, 1 de octubre de 2016

EL ESFUERZO PROPIO

A un hombre muy, muy rico, le preguntó una vez un pobre, «En el mundo, ¿cuál es el mejor método para hacerse rico?»

El rico le contestó, «El mejor método es encontrar los padres adecuados».

Puedes tener; mucho sin haberlo ganado si has sido suficientemente inteligente para encontrar los padres adecuados. Muy poca gente fue así de inteligente. ¡Simplemente se precipitaron hacia el primer vientre que vieron disponible!

Aquello que no ganas con tu propio trabajo, no es tuyo».

Esto es cierto. En el mundo más interior esto es absolutamente cierto, aunque pueda no ser tan cierto en el mundo exterior. En el mundo exterior hay mil y una formas de ser deshonesto, de estafar, de robar, de extorsionar. En realidad, en el mundo exterior los trabajadores no poseen mucho, sólo los estafadores. La gente que es astuta posee mucho. Los que trabajan no poseen muchas cosas. Los que no trabajan, ésos tienen mucho.

Pero en el mundo interior esa frase es absolutamente cierta. No puedes poseer en tu ser nada que no te hayas ganado. Y lo has de ganar esforzándote; no hay atajos. No trates pues de engañar a Dios.

Un hombre que se engaña a sí mismo con el poseer cosas, pierde toda oportunidad de adquirir el estado de ser.

He oído.

Un marido le hirió con un tiro a su suegra, de modo que ella lo llevó a los tribunales.

«Usted estaba borracho», le dijo el juez, «así que debo decirle algo: Fue el alcohol el que le hizo explotar. Fue el alcohol el que le hizo odiar a su suegra. Fue el alcohol él que le hizo comprar el revólver para disparar. Fue el alcohol el que hizo que fuera usted a la casa de su suegra, le apuntara, apretara el gatillo y disparara. Y dese cuenta, ¡Fue el alcohol el que hizo que fallara!

Es la misma historia, el mismo alcohol. Durante toda tu vida es tu ambición de poseer que funciona como el alcohol.

Préstale atención pues. Cuidado. Esta es la única ilusión que existe en el mundo.

Un día, cuando te vayas, te darás cuenta, pero entonces será demasiado tarde.

Me contaron que un hombre se fue a Florida con su mujer y quedó fascinado por el espectáculo de ver ocho caballos corriendo por una pista. El y su esposa empezaron a jugar fuerte y al cabo de pocos días solamente les quedaban dos dólares entre los dos. Pero él era un hombre difícil de derrotar y convenció a su esposa de que todo iría bien si ella le permitía que fuera a las carreras solo.

Un amigo le acompañó. En la primera carrera las apuestas estaban cuarenta a uno y él decidió apostar. Ese caballo ganó.

En cada carrera el hombre siguió apostando al más difícil y en cada carrera ganó. Al llegar a la última carrera había ganado más de diez mil dólares, y entonces decidió exprimir su buena suerte, De regreso al hotel se paró en un pequeño club de apuestas y llego a ganar hasta cuarenta mil dólares en la ruleta. Decidió jugar una sola vez más y luego irse. Se lo jugó todo, los cuarenta mil, al negro.

La rueda giró. El croupier anunció, «Número 14, rojo”.

El hombre regresó al hotel. Su esposa le llamó desde el balcón.

«¿Cómo te fue?» le preguntó impaciente.

El esposo se encogió de hombros, «Perdí los dos dólares».

Al final, cuando la muerte llega, todo el juego de miles de invisibles dólares, de alcanzar esto, de obtener eso, de llegar a ser esto otro, de llegar a ser eso, del prestigio, del poder, del dinero, de la respetabilidad, nada cuenta. Finalmente has de decir, «He perdido mi ser”.

Al precipitarte, al lanzarte a la carrera hacia la dimensión del tener, solamente sucede una cosa: pierdes tu ser. La vida es una gran oportunidad, una gran oportunidad. En ella surgen millones de oportunidades para llegar a ti mismo, para saber quién eres. Pero eso se alcanza a través del esfuerzo. Has de trabajar para ello.

No trates de obtener nada prestado. En ese mundo interior nada puede ganarse de prestado. Y no trates de llegar a ser un erudito. Alcanza la claridad, alcanza una visión donde no existan pensamientos en tu mente. Esta es la tarea más dura que hay en el mundo, el reto mayor. Todos los otros retos son muy pequeños. Esta es la mayor aventura que puedes emprender y aquellos que son valientes aceptan el reto y se sumerge en ello.

El mayor reto es cómo abandonar la mente porque solamente cuando la mente desaparece, puede existir Dios. Solamente cuando lo conocido desaparece, surge lo desconocido. Solamente cuando no hay mente, cuando no estás tú, cuando no queda nada de ti, de improviso te encuentras con eso que has estado buscando desde siempre. Dios se presenta cuando tú desapareces. Esta es la tarea más difícil.

Eso es todo lo que puedo decirte. Deberías probar el estado de no-mente, el estado de «ser». Es mejor que todos los mundos puestos juntos.

El mundo del «ser» es el único mundo real, el mundo de la Verdad. Y a menos que lo alcances, seguirás perdido en tierras extrañas. Nunca llegarás a casa. Llegas a casa solamente cuando alcanzas el centro más profundo de tu ser; lo cual es posible. Es difícil, pero no imposible. Arduo, pero no imposible. Es verdaderamente difícil, pero ha sucedido. Me ha sucedido a mí, puede sucederte a ti.

Pero no hay que atenerse a remedios baratos. No trates de encontrar atajos, químicos o de los que sean. No trates de adquirir conocimiento prestado. No sigas acumulando.

«Eso» ya está ahí, el acumular solamente lo esconde. «Eso» está ahí una vez que dejas de acumular y que te deshaces de toda la basura que has acumulado dentro de ti; eso es lo que es tu mente, basura. Si te deshaces de esa basura, de repente Eso está ahí en su absoluta pureza, en su absoluta belleza, en su absoluta dicha.

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