sábado, 28 de enero de 2017

DISFRUTA DEL HOY

Las religiones han condicionado a tu mente para pensar. Pensáis como lo hacen los cristianos, los hindúes, los musulmanes, los jainas. Los cristianos piensan que Cristo vino para liberar al mundo del pecado. ¡Todo tonterías! Puedes ver que el mundo aún no ha sido liberado. De hecho, si el mundo hubiera sido completamente liberado no habría quedado trabajo para Cristo. Hubiera quebrado. Hubiera ido a la bancarrota. Hubiera tenido que cerrar la tienda. Los jainas creen que los Tirtankaras vinieron para ayudar a la Humanidad. Puedo comprenderlo: necesitas ayuda, de modo que la proyectas.

Pero un Tirtankara no te servirá de ayuda. El está, sencillamente, disfrutando de él mismo. Y si tú quieres disfrutar, puedes participar. El, simplemente, abre una puerta del desarrollo espiritual, del gozo espiritual. Y no le preocupa si vas o no vas, no le preocupa si llegan unos millones o unos pocos. Si no acude nadie es tan correcto como si acuden millones. No busca clientes. El es feliz. Las cosas están perfectamente bien para él. Si unos pocos acuden y bailan con él, bien. Si nadie va, él baila solo. Su danza sigue siendo perfecta. No es un trabajo.

Los hindúes creen que, los avataras vienen cuando el mundo está sumido en el sufrimiento, cuando el mundo está sumido en la ignorancia. Cuando la religión desaparece del mundo, entonces llegan los avataras. ¡Pura estupidez! Los avataras han venido muchas, muchas veces, pero el sufrimiento no ha desaparecido, la ignorancia no ha desaparecido.

La religión nunca se convierte en un hecho perfectamente establecido; en realidad, en el momento en que se establece, deja de ser religión; se convierte en iglesia: La religión establecida deja de ser religión; la religión solamente sigue siéndolo cuando no está establecida. La verdadera religión es una rebelión. No puedes establecer nada mediante ella; es intrínsecamente rebelde. Y el juego continúa.

Pero puedo entender cómo la gente ha proyectado su necesidad de ayuda en todo el mundo. Esa es su esperanza. Están sumidos en el sufrimiento, eso es cierto, y anhelan que alguien les ayude. ¿Por qué quieres que alguien te ayude? Porque tú no quieres asumir la responsabilidad. Primero dices que los demás te han hecho un desgraciado; ahora dices que alguien ha de sacarte del sufrimiento. ¿Qué es lo que estás haciendo? ¿No creas tú tu propio sufrimiento? ¿No puedes tú salir de él...? ¿Existes pues o no existes?

La responsabilidad es existencial, la responsabilidad te otorga tu ser. Si continúas descargando la responsabilidad en algún otro - es el Diablo el que crea el sufrimiento y es Dios quien se convierte en Cristo, quien se convierte en Mahoma, quien se convierte en Mahavira, y te saca de tu aflicción - ¿qué estás haciendo? Parece que eres como el fútbol: de un lado el Diablo, del otro lado Dios y tú estás siendo pateado de aquí para allá. ¡Ya basta! Di simplemente, «¡Basta! No voy a dejar que me pateen más».

¿Eres como el fútbol? Reclama la responsabilidad.

No estoy aquí para ayudarte. Puede que tú estés aquí para que te ayuden, pero yo no. Solamente disfruto con lo mío. Estoy haciendo mis cosas. Y serás más beneficiado si abandonas la idea de ayuda y de trabajo y de Cristo y de los avataras. Serás más beneficiado si abandonas todas las ideas de ayuda. Simplemente permanece conmigo. No metas los negocios en esto. Déjalo que sea puro juego.

No hay nada, no hay riesgo, porque no es una misión. No estoy asumiendo ningún riesgo porque no hay nada que arriesgar, no hay nada que perder. Todo lo que es, siempre es. Y todo lo que no es, nunca es. Así que ¿dónde está el riesgo?.

Si alguien llega y me mata, solamente mata mi cuerpo, que está ya muerto, siempre ha estado muerto; forma parte de la tierra. Así que, polvo convertido en polvo. No puede matarme.

Yo ya era antes de nacer; seguiré siendo después de morir. ¿Qué es pues lo que ha hecho? Nada muy importante, nada serio. Puede que piense que ha hecho algo muy importante, que me ha matado, que ha crucificado a Jesús o que ha matado a Sócrates. Esa es su idea. Pero en mí, lo que es materia volverá a la materia y lo que es consciencia volverá a la consciencia, de forma que nadie puede matarme. Puedes dispararme, pero no puedes acabar conmigo. Puedes cortarme la cabeza, pero tu espada no me tocará. La espada es material y no puede tocar lo espiritual.

No existe un riesgo y por tanto, no hay posibilidad de fracaso, porque tampoco hay posibilidad de éxito. Al no poder triunfar, ¿còmo puedo fracasar? De hecho la terminología misma, de éxito, fracaso, beneficio, pérdida, es absurda, irrelevante.

La libertad es tan absoluta que no existe ni lo bueno, ni lo malo. La libertad es tan absoluta que hagas lo que hagas está bien. No es que tengas que hacer algo y a veces esté bien y a veces esté mal. Trata de comprender mi punto de vista, desde donde yo estoy, desde el centro. Todo lo que hagas está perfectamente bien; no ha de satisfacer criterio alguno de lo que está bien; simplemente no existe el criterio de lo que està bien. Por eso puedo estar con los hasidas, puedo estar con los sufíes, puedo estar con los tántricos, puedo estar con los yoguis. Esto es muy difícil para la mal llamada gente religiosa. Si están con Mahavira, ¿cómo van a estar con Mahoma? Imposible. Si uno tiene razón, el otro está equivocado, Si estás con Krishna, ¿cómo van a estar con Cristo? Si uno está en lo cierto el otro está equivocado. Sus matemáticas son claras: solamente uno está en lo cierto. Para mí no existe criterio. No puedes juzgar quién está en lo cierto y quien está equivocado. Mahavira tiene razón porque disfrutaba con lo que hacía; Buda tiene razón porque también disfrutaba con lo que hacía; Mahoma tiene razón porque disfrutaba con lo suyo, tremendamente. El gozo es lo correcto. De modo que todo lo qué hago lo disfruto tremendamente. Y ser dichoso es estar en lo cierto.

Incluso, aunque según tú, cometo errores... Puede que a veces sientas que cometo errores. Eso será de acuerdo contigo porque sostienes un determinado criterio.

Si acudes a cualquier persona verás que posee un criterio y que mira a través de esa ventana para ver si encaja o no encaja. Pero yo no estoy aquí para cumplir con tus expectativas. Siempre estoy en lo cierto porque no cargo con ningún criterio. No existe; Ni siquiera puedes descubrir en mí contradicciones, porque todo lo que he dicho hasta ahora es irrelevante! Me tiene sin importancia. ¡Para mí se ha acabado! En el instante en que digo algo, disfruto diciéndolo; eso es todo. Más allá no es cosa mía. Cuando hago algo lo disfruto infinitamente; más allá no es cosa mía.

No hay comentarios:

Buscar este blog