sábado, 17 de febrero de 2018

LA INCONSCIENCIA DEL PECADO


Jesùs dijo: “No tienen los sanos necesidad de médico, sino los que están enfermos”

El simplemente dijo: "Son aquellos que están enfermos los que necesitan al médico. Yo soy el médico; por lo tanto, los enfermos se han acercado a mí". Este debería ser el indicador: alrededor de un santo se reunirán los pecadores. Este debería ser el criterio. Si ves a un santo rodeado sólo de gente respetable, querrá decir que no es un santo en absoluto. El médico es falso, porque cuando un gran médico viene al mundo, los enfermos siempre corren hacia él. Siempre se aglomeran a su alrededor, porque ahí se encuentra su necesidad. Quieren sanar y curarse, y el médico ha llegado.

Pero lo contrario no es cierto, recuérdalo. Un pecador necesita a un santo, pero si piensas que tú no necesitas a ese santo, no significa que no seas un pecador. Un hombre enfermo busca a un médico y no es necesario que lo busque un hombre sano; pero si tú no lo buscas, no te engañes creyendo que estás sano. Recuerda que lo contrario no es cierto. Por ese motivo, en el siguiente sutra Jesús dice:
“Id, pues, y aprended lo que eso significa”.

El dijo: "Esta es la verdad: los pecadores necesariamente me buscarán y la gente enferma necesariamente vendrá a mí. Soy el médico de sus almas. No soy para aquellos que están sanos; ellos no necesitan venir. Id, pues, y aprended lo que eso significa: no es simple. Ve y medítalo. Puede que tú también estés enfermo y me necesites, puede que sólo hayas estado pensando que no lo estás".

La mayor enfermedad que puede sufrir un hombre es estar enfermo y creer que no lo está. Entonces nadie le puede curar, ninguna medicina le puede ayudar. El médico puede vivir en la casa contigua, pero el hombre morirá sin curarse. Esta es la mayor desgracia que pueda ocurrirle a un hombre: estar enfermo y creer que está sano.

“Id, pues, y aprended lo que eso significa; más estimo la misericordia que el sacrificio.”

Este es uno de los dichos más significativos que Jesús nunca haya pronunciado. Este es todo su secreto: “…más estimo la misericordia que el sacrificio.”.

Mahavir no es tan misericordioso, ni Mahoma, ni siquiera el compasivo Buda es tan misericordioso como Jesús, porque todos ellos dicen que tendrás que sacrificarte, tendrás que cambiar de forma de actuar y tendrás que dar cuenta de tus karmas pasados.

En la India hemos hablado de compasión durante mucho tiempo, pero hemos hablado continuamente acerca del karma. Uno debe arreglar cuentas, y todas las malas acciones que hayas hecho tendrás que contrarrestarlas con buenas acciones. Tendrás que llegar a un equilibrio; sólo entonces puedes saldar cuentas. A esto se refiere Jesús con "sacrificio".

El dice: más estimo la misericordia. Esta es su llave secreta. ¿Qué quiere decir cuando dice: más estimo la misericordia? Quiere decir que te será casi imposible anular todos los malos karmas que has cometido, porque la totalidad es inmensa, gigantesca. Durante millones de vidas has estado haciendo cosas, y todo lo que has hecho ha sido malo: tiene que serlo, porque has estado inconsciente. ¿Cómo puedes hacer algo bueno estando inconsciente? Has hecho millones de cosas, pero todas malas.

Mientras uno está dormido no puede hacer nada bueno. La virtud es imposible en la inconsciencia; sólo el pecado es posible. La inconsciencia es la fuente del pecado. Has cometido tantos pecados que la tarea parece casi imposible. ¿Cómo saldrás de esto? el esfuerzo mismo no parece probable, el esfuerzo mismo parece inútil. Jesús dice: "La misericordia lo hará. Sólo entrégate a mí". Jesús dice: "Y yo tendré misericordia". ¿Qué es lo que quiere decir? Simplemente quiere decir que: "Si puedes confiar en mí y confías en que has sido perdonado, eres perdonado", porque has cometido todos esos karmas mientras estabas en un sueño inconsciente. No eres responsable de ellos.

Este es el mensaje clave de Jesús: que el hombre no es responsable, a menos que esté alerta. Es igual que si un niño cometiese un pecado. Ningún tribunal castigará al niño, porque dirán que el niño no sabe, que lo ha hecho en forma inconsciente. No tenía intención de hacerlo: simplemente ha ocurrido. Èl no es responsable. O bien, un loco que comete un crimen, que asesina a alguien. Una vez que se ha probado que el hombre está loco, el tribunal tiene que perdonarle, porque un loco no es responsable. O un borracho que ha hecho algo, y se prueba que estaba bebido, absolutamente borracho. A lo más, puedes castigarle por beber. No puedes castigarle por su acto.

Jesús dice: "He venido. Tendré misericordia". No quiere decir que dependa de Jesús el perdonarte, recuérdalo. Esa ha sido una equivocación. Los Cristianos han creído que, puesto que Jesús es el único hijo engendrado por Dios y que él es misericordioso, no hay necesidad de hacer nada. Sólo rezarle, confesar tus pecados. El es misericordioso, te perdonará.

De hecho, Jesús es sólo un pretexto. Èl dice: si llegas a estar alerta, y llegas a darte cuenta de que todo lo que has hecho hasta ahora, lo has hecho en inconsciencia, èsta sola consciencia de que eras inconsciente, la sola comprensión, perdona, se convierte en perdón. No es que Jesús esté haciendo nada.

Cuando Jesús dice: más estimo la misericordia, está diciendo: Estoy aquí para perdonarte. Tú sólo entrégate. Ven y sígueme, y más estimo la misericordia que el sacrificio. Pues no he venido a llamar a los virtuosos al arrepentimiento, sino a los pecadores. Esto es tremendamente hermoso. Cada vez que sucede un Jesús, un Buda o un Krishna: es a esto que vienen.

“…Pues no he venido a llamar a los virtuosos...”

En primer lugar, ellos nunca escuchan la llamada. Los virtuosos son gente muerta; están sordos, están demasiado llenos de su propio ruido. Y están tan seguros respecto a sus virtudes. No tienen tierra en la cual pararse más que la de sus creencias y la de su imaginación; creen estar parados en un terreno muy seguro. No tienen base alguna, su edificio es tal como uno de naipes hecho por un niño: una brisa y la casa se habrá ido. Pero ellos creen en ella. La casa existe sólo en su imaginación.

En primer lugar, ellos no escucharán la llamada. En segundo lugar, si insistes demasiado, se pondrán furiosos. En tercer lugar, si eres obstinado, como lo era Jesús, te matarán. Y en cuarto lugar, cuando estés muerto, te venerarán. Así se dan las cosas.

“Pues no he venido a llamar a los virtuosos al arrepentimiento, sino a los pecadores.”

De hecho, darte cuenta de que eres un pecador es ya una transformación. Apenas reconoces que eres un pecador, te has arrepentido. No hay otro arrepentimiento.

Míralo de esta manera. Por la noche estás profundamente dormido, soñando. Si te das cuenta de que estás soñando, ¿qué significa? Significa que ya no estás durmiendo. Una vez que te das cuenta de que estás soñando, estás despierto. Una vez que te das cuenta de que estás dormido, ya no lo estás, terminado. El sueño ya te ha abandonado.

Para seguir siendo un pecador, necesitas creer que no eres un pecador, sino que eres un hombre virtuoso. Para esconder el pecado, necesitas la seguridad de que eres virtuoso, no un pecador. A veces la gente que se llama a sí misma virtuosa piensa que, aunque pequen algunas veces, es sólo para proteger su virtud, para proteger su rectitud.

Sucede en estos días que casi todos estamos en ànimo guerrero, pero nos encontramos y escuchamos que se dice que la guerra es para proteger al país de la no violencia. Si hay que usar la violencia, hay que usarla, para proteger al país. ¿Te das cuenta del truco? La no violencia tiene que ser protegida por medio de la violencia. Uno tiene que ir a la guerra para que reine la paz. Tengo que matarte porque te quiero; lo estoy haciendo por tu bien.

Un hombre que cree que es un pecador ya se ha entregado. Se da cuenta: "Soy un pecador y no he hecho otra cosa que pecar y pecar. No es que a veces haya cometido un pecado. Más bien, lo contrario: soy un pecador. No es cuestión de actos: es una continuidad de inconsciencia. Soy un pecador, y no importa si he hecho algo malo o no. A veces no hago nada malo, pero aún así soy un pecador".

Ser un pecador es una cualidad de la inconsciencia. No guarda relación con los actos. Puede que no hayas hecho nada malo durante veinticuatro horas puede que te hayas quedado en casa, ayunando, sentado en silencio, meditando; no has hecho nada malo, pero aún así, sigues siendo un pecador. Si estás inconsciente, eres un pecador.

El que seas un pecador no es consecuencia de los pecados que has cometido. El ser un pecador es simplemente el estado de inconsciencia. No es porque cometas pecados que eres un pecador. Cometes pecados porque eres un pecador. Es una continuidad de inconsciencia, un continuo, sin intervalo alguno. Una vez que te das cuenta de esto, el mismo darte cuenta es un despertar. La mañana ha llegado, ha llamado a tu puerta: has despertado. La consciencia aún es muy frágil, muy delicada, puedes adormecerte otra vez, sí, existe la posibilidad pero aún así, estás consciente. Puedes utilizar este momento y salir de la cama.

2 comentarios:

Gorri dijo...

Muchas gracias por el artículo.❤️

Unknown dijo...

Excelente. Considero el universo infinito amoroso incapaz de destruir su creación humana. Ejemplo digno el sacrifico universal. Hermoso..

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